28. La Sentencia De Muerte

Magsimula sa umpisa
                                    

Nos sentamos en el césped y yo miro a cualquier parte con mis ojos vidriosos menos a ella.

-Suéltalo de una vez, Ellie.- me mira con la dulzura que la define y al levantar mi cabeza dejando a la vista mis llorosos ojos ella se acerca a mí y me abraza de lado, dejando mi cabeza sobre su hombro haciendo que yo abrace su torso.

-Soy una mala mejor amiga porque jamás te he contado esto.

-No lo eres, lo que pasa es que hay cosas que uno no está listo para decir, y no tiene por qué hacerlo hasta que no se sienta preparado. ¿Tú te sientes preparada para contarme lo que sea que te pasa?- asiento. -En ese caso empieza cuando quieras, estoy aquí para ti.- me susurra mientras acaricia mi cabello.

-Sabes como llamo yo a enamorarse, ¿no?

-Si, la Sentencia de Muerte, que primero se redacta y después firmas, lo que significa que ya no hay vuelta atrás.

-Exactamente. Pues esto, se remonta a una tarde de verano de hace ya años, una tarde que tú y yo recordamos bien...

-La tarde de los retos.- murmura más para sí misma aunque yo logro escucharla.

-Muy bien, la tarde de los retos. 2 mejores amigas y su mejor amigo, todos de 12 años jugando una tarde de verano a los retos. Lo que se estaba volviendo más popular entre los chicos y chicas de esa edad en ese juego, era poner besos de reto ya que muchos aún no lo habían dado y tal reto podía llegar convertirse en uno de los más difíciles o la perfecta vengaza por un anterior reto. En resumen, aquella tarde los castaños se habían puesto de acuerdo en retar a la rubia con algo bastante difícil, lo cual ella había cumplido con pesadez, por lo que era su turno para retar. La chica pensó un poco en que podría ponerle a sus mejores amigos... Hasta que se le encendió la bombilla... Sus primeros besos serían juntos, y así se hizo.- hago una pausa respirando profundamente.

<<Según la castaña, osea, yo, fue asqueroso, pero en realidad... No lo sentí así. Aunque fue muy cortito, sentí una chispa, y desde aquel entonces sentía chispas cada vez que estaba con James, pero jamás lo dije. En aquella tarde fue cuando mi Sentencia de Muerte se redactó, lista para que yo la firmase, pero nunca he querido firmarla, siempre me he resistido y la he esquivado durante estos 5 años... Hasta hoy.- Sophie me mira expectante.

<<Un castaño enmascarado me invita a bailar una lenta a lo que yo acepto. Yo le digo que me suena mucho y él que le sonaba tanto que ya sabe quien soy, así que le propongo que me lo diga pero él se niega excusándose con que lo hará cuando yo adivine quien es él, pero a mí no me llega ninguna idea, así que él dice de darme una pista, pero antes de poder preguntarle que pista, estampa sus labios contra los míos suavemente a lo que sorprendentemente no puedo negarme y tras acariciar su cabello, me doy cuenta de quien es...- hago otra pausa pasándome la mano por el cabello.

<<Me separo de él y le reclamo haber hecho eso, seguidamente me despido con la excusa de que debo buscarte pero claramente él no tiene idea del porque te he buscado. Pues bien, tras ese beso, las chispitas se han convertido en una hoguera y he firmado la Sentencia, ya no hay vuelta atrás.- de solo pensar en todo lo que esto causará de mis ojos brotan unas lágrimas que recorren mi rostro. Sophie se pone de rodillas frente a mí y me abraza de manera reconfortable dejando que me desahogue en su hombro.

-No te preocupes, peque, no pasará nada malo entre vosotros, te lo prometo. Y también te prometo que este secreto lo guardaré eternamente.

-Gracias Soph, tú si que eres la mejor amiga del universo universal.

***

-¡Chicas! ¡Hasta que por fin volvéis! ¿Dónde os habíais metido?- pregunta James nada más vernos entrar.

Gracias a una mudanza Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon