Pero no sé cómo

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La bañera estaba llena de esponjosas nubes de burbujas traslucidas, que a ojos del Hámster, no se veía como lo más higiénico, pero allí estaba el cachorro, en medio del jabón y era lo único que importaba. Aunque desearía que se estuviera frotando la piel y no solo moviendo automáticamente sus juguetes, sin verdaderos ánimos para jugar con ellos.


-Sera mejor que me lo lleve- Decidió Taehyung a la par que sacaba una muda de ropa para el cachorro. Calculaba que máximo en la tarde, ya tendrían noticias del estado de Yuna, así que jugar a ser un niñero por poco tiempo, no era un gran problema, aunque tenía muchas tareas que por perezoso, dejo para último momento, ósea hoy como su ultimo día.


-Sería magnífico porque yo no sé cómo tratar con un cachorro- Y no imagino que sería tan complicado, por eso estaba mejor solo. Desde ahora iba apreciar más su solitario espacio.


-Creía que solo eras tímido, pero ahora me doy cuenta que no sabes tratar con ningún otro ser vivo. Diciendo cosas tan crueles a un cachorro alterado, de verdad que no puedo creerlo- Jimin estaba molesto, porque él fue quien amenazaron para cuidar a ese mocoso, cuando siempre estaba alejado de todo, encerrado en su mundo, nadie debería tratar de invadirlo y luego por algo que saliera mal, culparlo.


Iba a reclamarle cuando el grito del cachorro los sorprendió, volteando a donde segundos antes estaba el lobezno tranquilo, ahora se encontraba llorando, rojo, como si se ahogara o algo estuviera causándole mucho dolor, por la forma en que retorcía su expresión y parecía tratar de aferrarse a una superficie -Mamá...- Gemía a la par que jadeos quebraban su voz, en un lamento desconsolado.


El Alfa mayor sabía exactamente qué estaba pasando, le dolió pensar que el pequeño Jungkook había perdido a temprana edad a su madre. Cuando un lazo tan importante se rompía de esa forma abrupta, las consecuencias llegaban a ser devastadoras en el cachorro - ¡Jimin sostén al cachorro!


-¿Qué?- El omega estaba desorientado, su instinto pulsaba por el malestar del pequeño, necesitaba tenerlo en sus brazos mientras que él mismo quería ir antes de tocar cualquier cosas, por unos guantes. Al final no importo, Tae lo jalo del antebrazo, empujándolo al suelo, haciéndolo caer en un doloroso sonido sordo sobre sus rodillas, justo enfrente y a la altura del cachorro.


No llego a quejarse cuando ya sostenía a Jungkook, quien temblaba por los espasmos de su dolor, de nuevo todos esos miedos e inseguridades lo atacaban, porque alguien como él, se lo volvía a repetía, no podía darle nada a un cachorro.


-Acaricia sus cabellos- La gran mano del Alfa guio la suya, pequeña y de deditos gorditos, que hizo pasear entre las hebras mojadas, hasta frotar el cuero cabelludo, en una caricia constante -Y a lo largo de su espalda- Así lo hizo, por sí solo, bajo con cuidado las yemas de sus dedos por la columna vertebral del pequeño, tomando confianza y fuerza, hasta convertir su toque en verdaderas caricias, que calmaron poco a poco los estremecimientos de dolor, convirtiéndolo todo en un débil lloriqueo que fue apagándose cuando el cachorro se quedó dormido, completamente exhausto.


-¿Ya pasó?- Temblando por todas las emociones que lo embargaban, siguió mirando al Alfa, en busca de más instrucciones.


-Sigue arrullándolo y...- Tae le palmeó gentilmente el hombro -...felicidades, acabas de aprender a consolar a una personita. Recuerda siempre estos pasos y se solo un poco más amable ¿Puedes?- El imponente Alfa de lobo, hizo una pequeña mímica con sus dedos, separándolos una pequeña distancia mientras recalcaba el "puedes" con un puchero extraño para su cara, pero que logro hacer sonreír al omega, por primera vez no se vio aterrador a sus ojos.


Al recibir la afirmación del Hámster, el lobo creyó ciegamente, en que la asustadiza mota de pelos, haría un mejor trabajo que él, por lo que se retiró luego de dejar todo en orden para el cachorro. Ahora quedaba en las enguantadas manitas de Jimin, seguir cuidando de Jungkook.


Lo que lo llevo a prepararle la comida al cachorro, lo cual era una muy mala idea, un Hámster no sabía nada de carne, solo veía alejado en un rincón, toda esa masa dispareja, entre diversos tipos, como lo que parecía un corazón y hígado. No iba a tocar nada de eso, así que con una larga espátula, separo una porción hasta arrogarla en un plato -uno... dos... tres...- Se dirigió a la pequeña mesa que tenía en la cocina, para que una sola persona coma, allí dejo la desagradable masa sanguinolenta.


Antes de ir por el cachorro, siguiendo el patrón correcto, fue al baño, se deshizo de los guantes, botándolos en la cesta de basura, para lavarse las manos, esta vez con agua caliente, varias veces por todas las superficies contaminadas que tocó, aunque le doliera, provocándole marcas rojas y quejidos. No se rindió ni ante el dolor o las cosquillas que comenzaban a picar sus manos, soló hasta que toda la necesidad de hacerlo se apagó, cuando creyó que estaba otra vez limpio.


Los números pasaban lento por sus pensamientos, hasta que se detuvo en el pequeño mueble donde había acomodado al cachorro, ya estaba despierto aunque parecía un lobezno completamente diferente al de hace una hora, sin ganas de nada, con sus ojitos aun irritados, acompañando el sonrojo que cubría toda su carita.


-...en la cocina esta tu comida, deberías ir a comer, ya llevas tiempo sin hacerlo y un cachorro debe alimentarse bien para crecer grande y fuerte...y...- Al parecer Jungkook no lo estaba oyendo, demasiado perdido buscando alguna forma, por inverosímil que fuera, en la pulcra y lisa pared, tan aburrida como todo en ese departamento.


Jimin salió del cuarto, tardándose demasiado, repitiendo el abrir y cerrar la puerta, luego buscando unos guantes de cocina, los cuales se puso tres veces hasta que calzaran bien. Ya cuando iba por el plato, tembló mientras lo rodeaba con ambas palmas, las cruzaba sobre la carne y luego por fin lo tomaba, llevándolo despacio hasta el cachorro.


Dejarle enfrente la comida parecía tampoco funcionar, Jungkook solo la miraba con desconfianza. Recurrió a su viejo televisor, pero él no veía nada, no tenía cable, solo algunos programas nacionales, por lo que le parecía poco probable encontrar unas caricaturas que animaran al cachorro.


Sin ideas recurrió a la grabadora que utilizaba para llenar el silencio, tenía solo algunos discos que seguro el pequeño odiaría, por lo que puso la radio, una emisora que parecía juvenil por la joven y animada voz del locutor. La dulce voz femenina, cantando sobre el amor en aparente armonía con la pegajosa melodía, llamo la atención del Lobezno, bien lo tenía.


-¿Te gusta? Es...- Tan irritante y estúpida -...linda...amm...di algo me estoy dando por vencido...y lo siento por no poder llegar hasta ti...- Era una mala casualidad, que la letra fuera tan conveniente a su situación. Imito la canción lo mejor que pudo, fue bueno que funcionara, al parecer al cachorro le gustaba como cantaba por lo que mientras el recitaba esas palabras repetitivas, el cachorro comía. Era fácil decir palabras agradables al imitarlas de aquellos artistas, tomaría nota de aquello -y yo...me siento tan pequeño, no lograba entenderlo, no sé nada de nada...-


-¡Papá!- Grito el pequeño mientras con renovadas energías, se bajaba del mueble y corría hacia la puerta del departamento, dejando atrás el plato vació y al omega sorprendido. Poco después sintió todo el alboroto afuera, el Líder había vuelto, que bien, se llevaría al cachorro y él volvería a su solitaria rutina.


CONTINUARÁ

Estréname /Yoonmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora