Capítulo 18

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—¡No sé qué mierda hace esa chica en este lugar! —gruñó con gran fuerza mientras su mano se posaba en la manilla de la puerta—, pero no dejaré que te siga lastimando

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—¡No sé qué mierda hace esa chica en este lugar! —gruñó con gran fuerza mientras su mano se posaba en la manilla de la puerta—, pero no dejaré que te siga lastimando.

—Derek, no...

Mis palabras no fueron lo suficientemente claras para él, quien, en cuestión de segundos, salió disparado del auto. Todo se tornó en cámara lenta. Y cuando ya estaba cerca de ella, decidí actuar. En ese preciso momento, en que mis nervios me torturaban, salí disparada del auto. Corrí y antes de que se acercara más a ella, interpuse una mano en su pecho desenfrenado, haciendo que él se detuviera.

—¡¿Qué mierda vienes acá?! —Sus gritos me ponía la piel de gallina. Volteé hacia la chica y todo fue más lento—. ¡Eres una víbora venenosa! ¡¿Qué mierda le quieres volver a hacer?

—Tranquilo —Le susurré con la adrenalina calándome las neuronas.

—¿¡Qué te interesa menudo bastardo!? ¡Basura, escoria de...! —Escuchar esas palabras salir de su boca desató una avalancha de ira que recorría por todo mi sistema sanguíneo. Sin esperar a que el tiempo corriera, me quedé frente a ella con una mirada de pocos amigos—. ¡Liz!

—¡Maldita sea, Jade! —Le grité al frente de su oscura presencia—. ¡¿A qué vienes?!

—Yo no vengo a disculparme porque todo lo hice fue en tu ayuda, pero quiero advertirte una cosa, ¡Aléjate de esta bestia! —Indicó a la persona que solo me hace sonreír.

Tomé el valor suficiente para no dejar mi mano sobre su mejilla.

—¿Bestia? ¿Hablas de él? ¡Tú eres la maldita bestia aquí! Como puedes decir eso cuando tú eres lo peor que existe y no eres capaz de aceptarlo —Tomé mi cabello refregándolo con gran remordimiento de no golpearla—. Eres la culpable de que varías ideas estúpidas pasaran por mi cabeza y que unas extrañas cartas llegaran a mi casillero. En conjunto con esa víbora eres peor que todas —Las lágrimas llenas de impotencia fueron las culpables de que me desmoronara—. Eres la peor víbora que he conocido y no te lo perdonaré nunca. Confiaba a ti más que nadie y no sé cómo pude ser tan ciega... Por tu culpa termino con mi vida, todo es un sufrimiento gracias a ti, eres peor que Zara y todas ellas. No quiero volver a verte nunca más en la vida.

—Liz, yo... —Sus ojos comenzaron a brillar—. Discúlpame, pero tenía que alejarte de este imbécil, te lastimará...

—¡Ya cállate! Vete de mi casa y no quiero volver a verte más aquí —Con lágrimas bajando continuamente la empujé con tal que retrocediera unos cuantos pasos—. La única que me lastima eres tú, ¡Vete de una buena vez!

—¡Detente con lo que digas! —Chilló por todo el patio—. Yo te lo advertí estúpida, no dejes que ese bastardo te ensucie la cabeza.

Sus insultos hicieron que toda la paz que existía en mi interior, se desmoronara para abalanzarme sobre ella como una felina y le pegué en toda la cara falsa que vestía. Mis manos con gran enfado se encontraban sobre ella y luego cuando me distraje, fui yo la arañada y golpeada hasta que Derek fue en mi auxilio y me separó de ella. La muy desgraciada me observó por unos segundos y luego corrió por la calle dejándonos por fin solos.

Si las luces se apagaran ( disponible solo hasta el 18 de marzo)Onde histórias criam vida. Descubra agora