Capítulo 2

12.8K 946 205
                                    

Al terminar la jornada de clase, volví a mi casa con los pies a la rastra, aquel golpe me dejó un poco desganada

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al terminar la jornada de clase, volví a mi casa con los pies a la rastra, aquel golpe me dejó un poco desganada. Cinco cuadras más y me detuve apenas llegué al frente de mi hogar. El auto de papá no estaba y al juzgar por las luces apagadas, tampoco había indicios de que ambos estuvieran en ella. Saqué de mi mochila la única llave que me dieron y la introduje en la puerta principal. No hubo un solo ruido y ni siquiera en la cocina donde mi mamá siempre estaba. Solo una nota en la mesa que decía que llegarían por la noche, ya que fueron por unas cosas importantes que olvidaron.

La dejé sobre la misma mesa y subí a mi habitación para quitarme la ropa. Me saqué toda la ropa de arriba, manchada de sangre y ambas prendas las metí a la lavadora, sin antes oler aquel perfume masculino. Era una deliciosa esencia que... pero, ¿qué sucede conmigo? Revolví mi cabeza apenas intenté sacar esos pensamientos. El golpe en serio me afectó.

Por la noche ordené sin apuros, mi nuevo cuarto. Este era un tanto angosto y contaba con un único armario, el cual guardé todos mis libros que atesoraba y un par de CD de música clásica que he coleccionado. Al terminar, no hice más que deberes para no quedar tan atrasada. Ellos estaban muy avanzados en matemáticas y quedarme atrás era algo que no desearía.

Pasaron las horas y mis padres aparecieron con dos cajas grandes de la cocina. Papá se veía abatido y mamá que hablar, sus ojos pesados la delataban. No comieron en toda la tarde, así que esa pasta recién hecha por mí fue lo suficiente para cenar. Después en la mesa, las preguntas sobre la escuela cayeron como bomba. Preguntaron por mi día, lo cual yo respondí nerviosa. Quise omitir todo sobre el percance con esa chica y Derek, y solo me concentré en mis amigos.

Por la mañana de mi segundo día, me alisté para ir a la escuela. Mi atuendo era igual que el de siempre, lo único que no ha cambiado hasta ahora. Decidí ir a desayunar y sin pensarlo, mi sweater se quedó trabado apenas cerré la puerta de mi habitación. De alguna manera eso hizo que recordara la cazadora de Derek y quise bajar lo antes posible. Jalé con fuerza mi ropa y llegué apresurada a la primera planta. Vi a mamá lavando loza así que pasé con cautela y llegué al patio. Tomé la cazadora del tendedero y la introduje rápidamente en la mochila. Los nervios me estaban matando.

—¿Qué haces hija? —Me tensé por un momento al escuchar la voz de mamá.

—Y-yo ¡Eh! Nada—Mordí mi labio inferior.

—Nada, no es una respuesta, hija —La escuché detrás de mi espalda e hice una mueca afligida.

—¡Eh! Es solo que estoy guardando un sweater en el caso de que me dé frio —Lentamente volteé hacia ella.

Mamá me miró convencida y se dio la vuelta, caminando hacia a la cocina. Miré el reloj de mi teléfono y descubrí que estaba retrasada por diez minutos. Decidí desayunar en el colegio y solo regresé a la cocina para despedirme de mamá y papá.

—Los veo en la tarde y los quiero mucho.

—Hija, ¿Segura de que no quieres que te lleve?... La herida —Papá preguntó inquieto.

Si las luces se apagaran ( disponible solo hasta el 18 de marzo)Where stories live. Discover now