Capítulo 6

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Los segundos transcurrían con lentitud y mi cobardía no me dejaba continuar, era una débil

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Los segundos transcurrían con lentitud y mi cobardía no me dejaba continuar, era una débil. Intenté hacer presión sobre el brazo para causarme daño, pero las palabras de papá y mamá llegaron tan imprevistamente que me hacían desistir de esta idea. Rompí en llanto, haciendo memoria a los "Te amamos", palabras que son las acreedoras de ese nudo echo de llamas en mi garganta. Recuerdos tan hermosos que volvieron a restaurar cada pedazo roto en el suelo.

—No —Susurré con una respiración sofocada.

Mis ojos empañaron mi vista y la puerta de mi cubículo, se sacudió bruscamente hasta abrirse por completo. Mi mentó tiritó espantosamente mientras me perdía entre sus ojos ennegrecidos. Tal cual, como una corrida de atletismo, entre ambos surgía una única sinfonía de respiraciones entrecortadas. Se arrodilló ante mí para que su mirada estuviera a mi altura. Ambos estábamos perdidos entre una corriente que choca contra el arrecife. Sus ojos se extraviaron ante los míos y la suavidad de sus yemas se enlazaron con mis debiluchos dedos.

—¿Lo ibas hacer? —Preguntó con cierto temor.

Mordiendo mi labio inferior, negué al instante.

—No he podido lograrlo, soy una débil —Susurré al bajar la mirada y mis manos tiritaron—. Soy una cobarde.

Sollocé con el miedo poseyendo cada facción de mí.

—Una chica que ha soportado tanto en esta vida, para mí nunca será débil —Murmuró al posar una mano bajo mi mentón.

Elevó mi rostro mientras apreciaba una leve sonrisa en su semblante. Nos quedamos hipnotizados frente al otro y sin previo aviso, me hundió bajó la calidez de sus brazos. El llanto que por minutos deseé tirar, ahora se escuchó con más fuerza. La vulnerabilidad que surgía ante mis pensamientos tan crueles y mi forma de ver mi oscuro mundo, me hicieron decaer en esto.

—Empezar de nuevo es la mejor forma, no tienes que caer de esta manera —Murmura sobre mi cabello mientras lo acaricia con delicadeza.

—No, seguirán —Me quebré entre continuas lagrimas—. Ellas seguirán, no me dejarán. Estoy perdida en todo esto, es como si las luces se apagaran. Ya no soy nada, ¡Nada!

La desesperación volvió a consumirme y sin pensarlo, tomé ese pedazo de metal. Sin embargo, al momento de guiarlo a mi cuerpo, él me sujetó mis pequeñas muñecas con sus grandes manos

—No sigas, ¡Si lo vales para mí! —Selló con un pequeño grito—. Me ves acá sujetando tus manos, para que no caigas en una oscura manera de terminar. Hazte valer, por favor. Eres una chica preciosa que el mundo necesita conocer. Date solo una oportunidad más para continuar, por lo menos hazlo por esta persona que no deja pensarte.

Mis ojos se empaparon de nostalgia y como un salvavidas que necesito en este mar negro, me aferré a su compañía. Deseché toda la maldad que se refugió en un momento de fragilidad y cuando tuve la agachas suficientes para articular una palabra, le hablé.

Si las luces se apagaran ( disponible solo hasta el 18 de marzo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora