Percabeth entre mortales

Debo prestar más atención en historia

Es aburrida, pesada, lenta, hay que leer demasiados enormes libros, el profesor me odia, estoy por suspenderla y es mi primera clase el primer día de la semana y la última el último día. El único lado bueno es que la uso para aumentar mis horas de sueño y que la comparto con Annabeth.

Hablando de Annabeth, Parker me dijo que el asunto de los rumores ya estaba resuelto, aunque podría no habérmelo contado y de todas formas yo lo habría adivinado, y es que sentía un cambio en el ambiente cuando Annabeth y yo nos encontrábamos cerca o algunas miradas pícaras que me dirigían algunas chicas que, supongo, shippeaban nuestra relación.

Eso me puso de buen humor, solo era cuestión de tiempo para que Annabeth oiga los rumores y comience a pensar que tal vez sería buena idea que ella y yo estemos juntos.

Eso me emocionaba, hacía tiempo que me gustaba. Era como un sueño hecho realidad, tenía tantas preguntas, tantas cosas que quería hacer con ella una vez que estemos juntos.

Quería saber cómo se sentía tomar su mano, besarla o salir en una cita con ella. Todo eso sonaba tan perfecto, que pensar que probablemente en menos de 24 horas ella se volvería mi novia parecía irreal. Y gracias a eso cursis pero bellos pensamientos pude sobrevivir a historia, y también al resto de mis clases.

Antes de darme cuenta ya era la hora del almuerzo, busqué mi bandeja de comida y me dirigí a mi mesa para alimentarme acompañado de mis amigos. A penas nos sentamos, mis ojos se encontraron, por accidente, con los gris tormenta de Annabeth, quien me dirigió una mirada cargada de odio.

—Tranquilízate Eliott, tal vez te está mirando así porque está teniendo un mal día. No saques conclusiones.—me dije.

Y es que lo último que quería era que Annabeth comience a odiarme a causa de los rumores. Ese no era el objetivo.

—Entonces, ¿es cierto?—me preguntó Riley, mi melliza.

—¿Qué?

—Que tú y Annabeth Chase están saliendo.—dijo obvia.

—Ah, no aún no—me limité a decir.

—¿Aún?—curieseó con una sonrisa divertida.

—Planeaba preguntárselo al final del día.—informé.

—¿Y cómo sabes que te dirá que sí?— intervino Paige.

—Simple,—me encogí de hombros— aún no desmintió los rumores, así que supongo que no le molestan.

—Me gustaría saber quién inició los rumores—comentó Riley mientras alternaba la mirada entre Parker, quien a decir verdad estaba demasiado silencioso, y yo.

—No sé de qué hablas, hermanita.—dije antes de darle una mordida a mi manzana.

—¿Te tomaste tantas molestias por una chica?—preguntó Paige enojada, una vez que comprendió a que se refería Riley.

—No es solo una chica, es Annabeth.—dijo una entusiasmada Riley.

—¿Y eso?—volvió a preguntar Paige.

—Sería genial tenerla como cuñada.— exclamó mi hermana.

—Dame una buena razón.

—Es interesante, inteligente, bonita, amable, genial, atlética—comenzó a enumerar— Y, ¡cierto!—dijo como si hubiera recordado algo sumamente importante— No se parece, en ningún aspecto, a ti.— dijo tratando de sonar inocente.

¿Ya dije que a Riley no le agrada Paige?

—¿Qué quieres decir con eso?—preguntó Paige tratando de mantener la calmada.