R: Es bueno saber que has recuperado tu audición Alli.

A: Si, no podía soportar ni un segundo más sin poder escuchar que era lo que pasaba- exclame provocando las risas de ambas.

Esas fueron las últimas palabras antes de partir hacia el centro comercial, en donde nos pasamos cuatro horas, entrando de una tiendo a otra, buscando vestidos y zapatos, como la ultima vez fuimos al salón de belleza, en donde solo pedí que me alisen el pelo y me maquillen poco, pero lo suficiente como para marcar mis rasgos.

Cuando llegue a la habitación, me percate de que Ivan se estaba bañando, ya que podía escuchar como corría el agua de la ducha, así que con toda la tranquilidad del mundo saque el vestido, que horas antes había comprado, de su funda mi mirada se perdió en aquel rojo intenso, presente en la tela de mi vestido, y por alguna extraña razón aquella familiaridad que solía tener con ese color, se sentía diferente, como si no estuviera mas.

Cuando termine de cambiarme y ponerme los zapatos, me coloque una muslera para poder esconder la pistola que se encontraba dentro de la mesa al lado de mi cama. Una vez que guarde el arma en su funda. Ivan salió del baño con tan solo ropa interior, mientras se secaba el pelo con una toalla, acción que detuvo cuando me vio.

I: Siempre tan provocativa, pequeña Alli- dijo recorriéndome con su mirada de arriba abajo.

A: Lo dice el que se encuentra semidesnudo- dije mientras repetía su acción, no me interesaba Ivan, pero no iba a dejar que me intimide

I: Nunca dejas de sorprenderme-me contesto mientras se fundía en un pantalón de traje negro.

A: Bueno me gusta tener el factor sorpresa bajo mi mando-exclame ganando sus risas como respuesta y dando por finalizada la conversación.

Al cabo de unos minutos Ivan se termino de cambiar completando su traje con un saco de color azul marino, que le quedaba a la perfección. Esta vez al salir de la habitación, nos dirigimos al salón de conferencias, que tenía el hotel, pues faltaba media hora para que comience la fiesta y Stefano quería repasar el plan, una vez más, antes de tener que irnos.

Al llegar allí todos se encontraban sentados en sus respectivos asientos, vestidos elegantemente, preparados para la ocasión, sin embargo aunque sus ropas eran de fiesta, sus caras no representaban lo mismo, en ellos estaba una expresión que conocía al pie de de la letra, cada partícula de sus cuerpos reflejaban deseos de venganza. Claramente yo acompañaba ese sentimiento, y en ese momento me di cuenta que ellos me podrían ser de gran ayuda, podría utilizarlos a ellos para deshacerme de los Herzig, tal como ellos me utilizan a mí.

La reunión no fue la gran cosa, Stefano volvió a repetir el plan que ya todos sabíamos de memoria, esta noche no atacaríamos, sino que investigaríamos, este remarco, varias veces, lo fundamental que era mi papel en esta misión. Luego de eso nos dirigimos a los autos, en donde me toco viajar con Bastian, Keiran y Andrew, este último manejaba, mientras que los otros dos iban en la parte trasera y yo de copiloto. Al cabo de unos minutos llegamos a destino y como me esperaba la fiesta se haría en la casa de los Herzig, ningún mafioso se resistía a la idea de mostrar sus lujos y menos alguien de tan alta sociedad como Aleksandr.

Apenas baje del auto me quede sorprendida ante la enorme cantidad de gente que había en aquel lugar, aunque todavía no había pasado las puertas de la mansión, estas se encontraban abiertas y se podía ver el interior de la mansión, la gente seguía llegando en autos lujosos. Los hombres portaban trajes hechos a la medida de diseñador, mientras que las mujeres competían para ver quien tenía más brillos en sus vestidos o en su defecto en sus accesorios, mi personalidad no encajaba en este ambiente y era algo de lo que estaba agradecida.

Morir para estar en la mafia (en edición)Where stories live. Discover now