FEMBOY

Interesante motivación para estudiar

Jelou ~ les traigo un nuevo capítulo (mil disculpas nuevamente por demorar, intentaré no tardar aunque aún sigo sin ánimos </3) ~ espero les guste ^^ ~

Un ansioso pelinegro miraba la hora del reloj de pared del salón de clases y como aún faltaba media hora para que las clases terminaran, gruñó.

"El tiempo camina a paso de tortuga... a la salida debo ir a la escuela de Jiyong para que vayamos a mi casa a estudiar"

Suspiró.

"Hace días no lo veo porque estuvo ocupado estudiando en grupo"

No pudo evitar volver a suspirar ya que lo extrañaba. Deseaba poder abrazarlo y besarlo.

Su mente le hizo recordar que de las veinte veces que le mandó un mensaje a Jiyong, éste le respondía poco y nada.

Comenzando a enojarse, desvió su vista hacia su cuaderno frunciendo el ceño ya que estaban en clases de matemáticas y había anotado todos los ejercicios con un nuevo tema que no había comprendido. Eran muchos y sabía que serían extensos a la hora de intentar descifrarlos.

"Espero que Jiyong logre hacer que entienda estos jeroglíficos"

Tomó su lápiz e intentó hacer un ejercicio mientras leía el nuevo tema que acababan de enseñarle.

Dio unos cuantos golpecitos con su lápiz sobre la hoja pero no podía escribir nada, no comprendía lo que leía.

Miró a su profesor con claras intenciones de llamarlo para que le vuelva a explicar pero sería la tercera vez y el profesional no cambiaba su manera de hablar.

Suspiró rendido y miró la hoja sin pensar en nada hasta que su mente comenzó a jugarle una mala pasada logrando que recordara momentos donde Jiyong lucía sexy y provocador.

Mordió su labio inferior al pensar en las largas, suaves y delicadas piernas del pelirrojo.

Realmente Jiyong era sensual por naturaleza y muy precioso. Su sonrisa, su forma de ser dulce y travieso...

"Me estoy calentando... ¡mierda!"

Apretó sus piernas y volvió a mirar la hora notando que sólo faltaban quince minutos.

"Pensar en él logró que el tiempo comience a pasar rápido pero... no quiero seguir pensándolo porque saldré duro de aquí"

Masajeó sus cien y comenzó a dibujar garabatos sin sentido en otra hoja hasta que sintió unos leves golpecitos en su hombro, por lo que volteó a ver quién lo llamaba.

-Si no entiendes puedo explicarte, precioso- su rubia compañera le guiña un ojo sonriéndole coqueta.

"Me serviría para que pase el tiempo rápido hasta que pueda salir a ver a Yongie"

-Por favor, me serías de gran ayuda- le sonríe de lado moviéndose un poco para que la joven colocara su silla a su lado pero no contaba con que la rubia se sentara en el pupitre cruzándose de piernas logrando que su corta falda se le levantara mostrando un poco más su cuerpo.