HUMANTALE "Mi Trabajo Es Protegerte" (FRANS) [COMPLETA]

Cap 29: Nuestro Amor En Sus Manos

La habitación se encontraba tranquila, no había ningún sonido que pudiera molestarlos. Todo iba relativamente bien, hasta que de repente la niña despertó, se sentía realmente mal.
Comenzó a toser, al punto de perder el equilibrio y caer de la cama.

- ¡Frisk! - el albino despertó preocupado por el estado de su amiga. Pero peor fue cuando se dio cuenta de que había manchado las sábanas de sangre. Sus manos, también estaban llenas de este líquido espeso, y su rostro estaba completamente pálido. Esto lo preocupó aún más.

Desde donde se encontraba, una madre preocupada recibió una llamada que desearía no haber recibido jamás.

- ¿Q-qué? ¿A-a a mi niña? ¿Se desmayó? ¡¡Te dejé al cuidado de mis niños, Sans!! ¡¡Dijiste que los cuidarías!! ¡E-ese era tu único trabajo! Voy de inmediato, llévala al hospital, de inmediato.

- ¿Qué sucedió, cariño? -preguntó su esposo, intentando consolarla con un abrazo.

- Ahora es Frisk... Oh, mi niña. Sans dice que se desmayó y que le faltaba el aire y que estaba llorando.. - una lágrima asomó por su desesperado rostro, su niña mayor había sido estrangulada y la menor estaba inconciente. El ojiazul estaba involucrado en ambos casos. -  Asgore, querido, si alguna vez lo olvido, hazme recordar de no dejar que Sans cuide a mis pequeños nunca más, ¿de acuerdo? Volvamos rápido antes de que algo más suceda, espero que Asriel esté bien.

- Toriel, cálmate, por favor. Ya vamos a llegar y controlaremos la situación. Tranquilízate.

Ambos, muy nerviosos se apresuraban para poder llegar a casa rápidamente y observar qué había sucedido con sus niños y Sans.

- Frisk, preciosa... Tu mamá va a matarme heheh. No la culpo, soy un tremendo idiota. Por más que esta vez no haya sido yo, no te puedo cuidar ni cinco minutos. Heh, debería buscarme un mejor trabajo ¿no, kiddo? - el joven llevaba a su amiga al hospital, al salir del laboratorio no dudó un segundo en teletransportarse hasta allí. Estaba muy preocupado por la niña y no dudaría en hacer lo que sea para que despierte. - Niña, estás muy pálida, pero no te preocupes, tu colega Sansy te va a llevar al hospital y te pondrás bien, ¡te lo aseguro kiddo!

- D-duele... - balbuceaba la pequeña en brazos del ojiazul. Se presionó el pecho, frunciendo el ceño a la par que sus ojos iban perdiendo su brillo, además su color cambiaba a uno grisáceo y oscuro. Su rostro ya no era el mismo y las voces en su cabeza no dejaban de molestarla- N-no le digas a mamá, podría hacerte daño.

- Heh, ya es un poco tarde. Pero, no te preocupes, vas a estar bien.

- ¿Y tú, Sans?

- Pfft, no te preocupes por mí, este viejo saco de huesos puede solo, además, es mi trabajo protegerte. A la vez que un capricho, se podría decir. - la niña volvió a cerrar sus ojos, para luego encontrarse con el olor a hospital y los gritos de los enfermeros preguntando que había pasado, luego, todo se volvió negro.

- ¿A Frisk? Oh, Dios...¡Sí, no te preocupes, voy de inmediato! - Aquel hermano preocupado salió corriendo de su casa, no sin antes dejar una nota a su hermana avisando que se iría al hospital a ver a la menor.
Luego de un par de horas, el chico llegó con la niña y su rostro decayó, verla así lo hacía sentir realmente mal, tanto que rompió en llanto tan solo con una mirada, aquella mirada asombrada que no podía creer lo que estaba viendo. Tampoco había podido proteger a su hermana menor, aquella nublada visión que lo empujó al agujero más profundo y cayó de rodillas al suelo.
La ojirubí despertó de su sueño en baño de chocolates y abrió sus ojos para encontrarse con el mismo mundo asqueroso de siempre. Pero esta vez, había algo nuevo, la niña leyó aquella nota y dudó mucho al respecto. Decidió vestirse con un chaleco verde, el cual era su color favorito y sus típicas botas de cuero que le encantaban. Se apresuró lo más que pudo, correr serviría, porque por más que a veces no esté de acuerdo con su hermana, la quería demasiado como para dejarla ir.
El albino de ojos verdes, desesperado se levantó y comenzó a buscar al encargado de su hermana, que se suponía que no dejaría que nada le suceda.