🎃ESPECIAL HALLOWEEN🎃

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―¡Por supuesto! Es una hermosa sirena ahora.

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―¿Cómo me veo?

―Como una hermosa muñeca ―le dijo su padre tomándola en brazos.

―¿Qué? Pero si es un disfraz de princesa ―se quejó haciendo un mohín con sus labios.

Aiden sonrió y besó una de sus mejillas.

―Lo sé hija, pero pareces una hermosa muñequita con ese vestido rosa.

Lizeth abrazó a su padre por el cuello, y apoyó su cabeza contra su hombro.

―Tú eres mi rey ―murmuró bajito.

Y claro que lo era, y un rey muy celoso... no imaginaba, ni quería hacerlo, a Lizeth de adolescente, y tener que lidiar con pendejos hormonales que quisieran acercarse a su hija.

―¿No está hermosa?

Aiden se giró al escuchar la voz de Ann, y miró extrañado a su mujer.

―¿Por qué ella de bruja?

―Es una brujita muy bella ―pronunció sonriendo, observando su hija de tres años.

La pequeña tenía el cabello oscuro como Ann, hasta los hombros, y había sacado unos grandes ojos azules, herencia de su padre.

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―Wou ―exclamó sorprendido el pequeño príncipe.

Becca sonrió con orgullo.

―Mi papá se tomó muy en serio mi idea de representar un palacio del antiguo Egipto, con solo decir que llevó un mes entero planeándolo.

―¿Tú papá? ―preguntó curioso, para luego mirar con una sonrisa traviesa a Stephan y después a Becca―. Oh, entonces tú eres Becca ¿Verdad?

―Así es, y tú debes ser Luca. Steph siempre me hablaba de ti.

Sonrió de lado, y se inclinó hacia adelante.

―A su servicio mi hermosa reina.

Rio divertida, y Stephan rodó los ojos.

―Más que de príncipe, debiste disfrazarte de payaso.

―No seas celoso, no voy a robarte a tu reina ―susurró con diversión.

―Becca, Lizzie llegó ―le anunció Tessa.

―¡Lizzie! ―chilló emocionada, saliendo corriendo.

―¿Tu tía? ―preguntó Luca mientras tomaba un vaso y se servía algo de refresco.

―Sí, hoy la conocerás, y compórtate, Lizzie es muy tímida.

―Oye, mírame ―le dijo señalándose―, soy un príncipe ¿Okay?, nací con modales.

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―Aiden, Ann, que gusto verlos aquí, y a éstas dos bellas niñas ―pronunció Josh acercándose a ambos para saludarlos.

Aiden lo observó con el ceño fruncido.

―¿Y eso?

―Pues, primero me había disfrazado del conde Drácula, luego pensé, si Becca es una reina egipcia, yo no puedo ser Drácula, así que heme aquí, como el gran Horus vivo en la tierra.

―O sea, como faraón ―le dijo.

―Exacto.

―¡Lizzie! ―gritó una niña entrando corriendo a la sala.

Muñecas de compañíaWhere stories live. Discover now