—Buenos días, Nivans — dijo Chris con una sonrisa.

Sonreí.

— ¿Qué estabas haciendo? — pregunté curiosamente.

—Te preparó un delicioso desayuno — respondió Chris.

Vi que Chris estaba cociendo unos panqueques con tocino y huevo. Interesante, Redfield cocinando para mí, ahora entiendo porque la rubia deseaba tanto tenerlo de regreso todo porque era un buen novio, amante y esposo ahora todo tenía sentido para mí.

—Iré a ducharme, mientras tanto — dije.

En eso Chris cogió mi mano para detenerme, y lo miré a los ojos conocía perfectamente aquella mirada, él quería tomar una ducha conmigo, claro que aceptaré dado que suelen ser divertidas a su lado.

— ¿No quieres esperarme? — me preguntó Chris con una sonrisa.

—Por supuesto — respondí con una sonrisa.

Ayude a Chris a preparar el desayuno. Yo me encargue de preparar el jugo de naranja, y en preparar el café de cafetera, al mirar el bote enorme de café no pude evitar pensar en mi hermana. Ella estaría fascinada por una taza de café con un buen desayuno, ahora que estaba en la Universidad estudiando criminalista su vida tornará un giro a partir de ahora.

De repente, escuche el sonido del teléfono de mi apartamento. Alzó una ceja, ¿Quién demonios estaba insistiendo desde las cuatro de la mañana? No podía ser la rubia porque ella no ha regresado a molestarme y mucho en molestarme con sus rumores acerca de Chris. Tendría que contestar ya que podía ser importante aunque no lo creía mucho.

Levanté el teléfono y pude escuchar una voz femenina. No podía ser ella, ¿Por qué tuve que invocarla con mis pensamientos? Maldición, comenzará a decirme sus teorías absurdas.

— ¿Qué sucede? — pregunté—. Oh, ya veo. Le diré que tiene una reunión en dos horas, claro que sí, lo llegó a ver porque no he hablado con él desde que salí del trabajo— mentí—. Vale, hasta luego.

Colgué el teléfono.

—Piers, ¿Quién era? — preguntó Chris desde la cocina.

Me quedé pensando en las palabras que le diría a Redfield porque no podía decirle que era su exmujer diciéndome que tenía una reunión ¿Cómo lo sabía? Probablemente, Barry le informo a la rubia para que le dijera a Chris, aunque lo que me extrañaba era que ella supiera mi número ¿Cómo lo consiguió? Me sorprendió mucho, debía de mantenerme alerta por cualquier cosa.

—Era del trabajo — respondí­—. Tienes una reunión en dos horas, y debes de darte prisa.

Chris asintió.

Dejé atrás el asunto de llamada de la rubia, y fui a poner la mesa, mientras Chris servía el desayuno. ¿En serio sucedía esto? Era como un sueño nunca pensé que tendría un momento así con Redfield.

Ambos nos sentamos en una de las sillas del comedor y dimos un pequeño brindis porque estamos teniendo otro desayunado juntos.  Esto se había vuelto como una tradición desde que se mudó conmigo. Probé el desayuno, no podía creer que Chris conociera tan delicioso jamás pensé que probaría la comida hecha por él, creo que muy seguido le pediré que cocine para mí.

— ¡Esta muy delicioso! — exclamé.

Chris sonrió.

—Lo hice pensando en ti — comentó Chris.

Tuve que sonrojarme.

—Venga, Piers. Es lo que puedo hacer por haberme dejado vivir contigo — dijo Chris—. Me agradaba vivir a tu lado, aunque sean pocos los días que llevó.

Memorias De Un SoldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora