Capítulo 15 (1)

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Eddie:

Si me preguntan cómo me enamoré de Fran sería incapaz de dar una respuesta.

Todo lo que recuerdo del día que le conocí son una manada de sentimientos negativos que, con el tiempo han ido cambiando hasta convertirse en lo contrario.

Para contar nuestra historia tengo que transladarme dos años atrás y empezar en el día que fui a entregar mi curriculum a la cafetería.

*   *   *

Llegué puntual a mi entrevista de trabajo, acababa de mudarme a la ciudad y necesitaba ahorrar para entrar a la universidad.

Lo primero que me encontré fue a un hombre alto y esbelto pero a la vez corpulento y con mandíbula cuadrada y tenaz. Su sonrísa estaba opacada por una mirada de la que se podía apreciar un aire de superioridad y su ropa, perfectente colocada parecía especialmente hecha para él.

Miró detenidamente mi curriculum tras el mostrador y cuando terminó me observó como si me estuviera evaluando.

-¿Tienes experiencia en otras cafeterías?

Fue la primera vez que pude escuchar su grave e imponente voz pero no tenía miedo, ni siquiera me sentía intimidado.

-He trabajado en un restaurante de comida rápida pero nada más.

-Aquí pone que estas estudiando, ¿tienes pensado dejarlo?

-No, quiero terminar la carrera cuanto antes para irme de esta ciudad.

Mientras apuntaba algo en una libreta pude leer disimuladamente la placa donde ponía su nombre: Francisco Álvarez.

-Está bien, mañana vendrás de prueba y si trabajas lo suficientemente bien tienes el empleo.

Francisco me devolvió el curriculum y desapareció entre los clientes.

Ese hombre no es que hubiera sido amable pero me quedé sorprendido por la
facilidad de la entrevista, pensaba que me costaría más pero lo importante era que ya tenía el trabajo a mi alcance.

*   *   *

Al día siguiente recibí mi uniforme, un delantal de color café con el nombre de la cafetería y comencé atentiendo a los clientes. Puse todo mi empeño en conseguir el empleo y utilicé todos mis encantos con las chicas a las que atendía.

De siempre me gustó ligar con mujeres y en mis 18 años había tenido muchas más novias que cuaquier chico de mi edad.

Me gustaban las mujeres y se lo demostraba, pero no de manera sexual pues prefería entregar un ramo de rosas a tener sexo y es que, a pesar de haber perdido la virginidad no me termimaba de sentir cómodo en ese ambito.

Gracias a mis piropos conseguí varias propinas y atendí a más clientes de los que imaginaba.

Cuando termió mi trabajo fui directo a Fran para escuchar como me daba el trabajo.

Le encontré secándose las manos, había terminado de fregar los platos y parecía preparado para cerrar la cafetería.

Aunque sabía que estaba a su lado no me miró, siguió ordenando la cocina del local.

-¿Qué quieres?

Me dijo sin mirarme.

-Creo que lo he hecho meramente bien como para conseguir el trabajo.

En ese momento Fran me miró de reojo de manera domimante.

-Soy yo quien decide si tienes el trabajo o no.

Fustrado me crucé de brazos.

-No he parado de trabajar en toda la tarde.

-Te felicito, ahora puedes irte a casa.

Fran me miró serio. Le devolví la mirada.

-¿No me vas a decir si me contratas?

-En ningún momento te dije que hoy te daría respuesta.

Comenzaba a enfadarme, ese tío se mostraba demasiado prepotente.

-¿Y cuando vas a darme una respuesta?

-Cuando tenga tiempo.

Esa fue la gota que colmó el vaso.

-¿Acaso me has estado mirando mientras trabajaba?

-Por supuesto.

Parecía no alterarse y seguía manteniendo el aire de superioridad sin ningún esfuerzo. Contrario a mí que comenzaba a perder los papeles.

-¿Sabes a cuántas personas he atendido? Por lo menos habré terminado el pedido de más de la mitad de tus clientes.

-Escucha eh...

-Eddie.

-Escucha, Eddie, hoy solo era una prueba. Agradezco que te hayas esforzado pero soy yo quien te contrata y... por si te sirve como consejo, no te emociones con en trabajo.

-No, no, yo necesito el trabajo.

Dije convencido.

-Tienes agallas.

-¿Perdón?

-Yo no le hablaría así a la persona que me tiene que contratar.

En ese momento quise pegarle una paliza pero me contuve.

-¿Sabes qué? No me contrates, no necesito tu trabajo.

Indignado, me quité el delantal y se lo tiré al pecho con la intención de hacerle daño, pero lo agarró antes de que pudiera tocarle. Fustrado cominé hacia la puerta.

-Espera.

Me giré furioso.

-Que quieres.

-Te contrato.

La furia dejó paso a la confusión dejándome perplejo.

-¿Estás de broma?

-Te estoy dando una oportunidad, tú decides si la apceptas o no.

Rápido evalué mi situación. Ese hombre no me agradaba pero necesitaba el trabajo y no sería por mucho tiempo.

Tras varios extresante minutos decidí aceptar el trabajo sin la mínima idea de que eso iba a dar una vuelta a mi vida.

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Nota de la autora:

¡Hola caramelitos!

☆*:.。.o(≧▽≦)o.。.:*☆

Como no podía meter toda la historia de esta curiosa pareja en solo un capítulo he decidio dividirlo en dos por lo que el siguiente capítulo será la continuación de este.

Espero que os haya gustado este capítulo y gracias por leer la historia.

Nos vemos en el próximo capítulo. ヽ(o^―^o)ノ


Enamorado de un chico de compañía (Primera Parte)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon