23. ¿¡VOSOTROS!?

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-Tú tampoco y aún así mírate. Además, ¿qué te importa donde esté o deje de estar yo?

-Más de lo que tú crees, pero ahora vámonos, te llevaré a tu casa.- la cojo del brazo pero ella se suelta bruscamente molesta.

-¡No voy a ir a ninguna parte y menos contigo! ¡Piérdete!- se gira para volver a la dichosa barra pero esta vez yo la agarro por la cintura levantándola estilo princesa entre mis brazos.

Sobresaltada rodea mi cuello con sus brazos para no caerse.

-¿¡TE HAS VUELTO LOCO!? ¡CASI ME TIRAS!

-Créeme que no caerás al suelo mientras me digas tu dirección.- afirmo emprendiendo camino hacia mi coche sujetándola bien.

-No estoy tan borracha para darle mi dirección a alguien de tu calaña.

-Te aseguro que si lo estás. Además, solo quiero sacarte de esta fiesta para que no pierdas el sentido y cualquiera abuse de ti.

-Ese cualquiera podrías ser tú.- suelto una carcajada ante su comentario. Ni borracha deja de ser una desconfiada.

-Te prometo que no haré nada que tú no quieras.

-En ese caso ya has roto tu promesa dos veces. Me has quitado mi copa de vodka y me estás llevando a tu coche.- vuelvo a reír sin poder evitarlo. Esta chica es impredecible.

-Lo siento pero, ¿qué hacías tú bebiendo de esa manera?- lo creáis o no me preocupa que Emma beba así porque yo nunca la había visto acercase ni a un chupito.

-Es lo único que logra hacerme parar de llorar.- confiesa en voz baja justo cuando me detengo frente a mi auto. Lo abro con la llave y ambos entramos posicionándonos ella en el asiento de copilo y yo obviamente en el de conductor.

-¿Parar de llorar? ¿Por qué llorabas, Emma?- giro mi cabeza para mirarla a los ojos y ella hace lo mismo.

-Porque no tengo a nadie en este mundo.- una lágrima se desliza por su mejilla.

-¿Qué? Claro que si, toda tu familia y tus amigos.

-Mis amigos tienen vida propia, y la única familia que tengo es mi tía a la cual no veo nunca. Mi padre murió cuando yo apenas tenía 5 años debido a un infarto y mi madre... Mi madre se suicidó un año después porque no soportaba vivir sin el amor de su vida.- sus brillantes ojos verdes se llenan de lágrimas que ella intenta limpiar con sus manos pero yo las aparto de su rostro dejando que las lágrimas corran por sus mejillas.

-Emma se que esto te parecerá extraño y loco pero si necesitas a alguien... Llámame a mí.- ella dibuja una pequeña sonrisa en su rostro y asiente. Me inclino hacia ella envolviéndola en un abrazo que me hace sentir un poco extraño... Pero extraño en el buen sentido, no sé como explicarlo... Es... Extraño...

-Gracias por tu apoyo Liam. Al fin y al cabo no eres tan cretino.- susurra en mi oído.

-Gracias a ti por el piropo.- ambos soltamos una suave carcajada. -¿Dónde está tu casa entonces, Chica fuego?- pregunto separándome de ese particular abrazo que intento creer no ha sido producto de su borrachera.

-Omitiendo eso último... Llévame a donde quieras pero a mi casa no Liam, por favor.- me mira suplicante. Asiento y abrocho nuestros cinturones de seguridad antes de arrancar.

***

Exactamente 33 minutos después, Emma me advierte que no se encuentra bien, por lo que aparco el coche en medio de la carretera sabiendo que ahora llega el momento donde expulsa todo el alcohol de su cuerpo.

Gracias a una mudanza Where stories live. Discover now