—Esta me la pagas maldita, ya verás de lo que soy capaz —espeto ella tosiendo mientras tocaba su cuello.

—Hazlo cariño que ganas no me quedan de matarte, nada más es que me digas donde y solo arreglamos esto tú y yo, te voy a matar —escupí cabreada mirándola con odio.

Al escuchar todos los gritos llego Jessica con los guardias de seguridad, se llevaron a Alessa y Dereck me soltó al fin, empecé a caminar como gata en celo y aún no podía creer lo que había pasado, tome mi rostro entre mis manos y comencé a gritar de frustración, ¿hasta cuando tenía que aguantar a la loca de Alessa en mi vida?, casi mato a esa víbora del demonio, pero ella fue quien me busco, respire hondamente y mis miedos más profundos me invadieron, ella podría hacerle algo a mi hijo o algún miembro de la familia y no sabía cuál sería su plan para vengarse de mí.

—¿Podrías explicarme que demonios paso aquí? —cuestiono Dereck asombrado mientras me miraba atento.

—Lo siento Dereck, jamás había reaccionado así, pero entre a la oficina y ella estaba sentada en el sillón, me amenazo con hacerle daño a mi hijo, tengo mucho miedo de que ella le haga algo a Jacob o a alguien de la familia —espete con lágrimas en mi rostro; —ella mató a Adam y tengo miedo que haga lo mismo con Alexander —dije sofocada mientras sollozaba.

—Tranquila Kaylee, tenemos que buscar ayuda de la policía si es necesario y doblaremos la seguridad en la mansión para que ella no pueda hacerle daño a mi sobrino o alguien de la familia, solo tienes que calmarte —espeto él un poco serio.

Dereck me abrazo y correspondí a su abrazo, estaba temblando y tenía mucho miedo de que esa asesina le haga lo mismo a Alexander o a mi hijo, tenía que evitar a toda costa que lo hiciera, me dolía el pecho de solamente imaginarlo y Jessica corrió por un vaso de agua para calmarme.

Ahora más que nunca debíamos poner más guardas para proteger la casa, nadie en esta familia estábamos a salvo, agradecía que mis papás y mis hermanos vivieran en otros países, así la loca esa no le haría nada a ellos. Después de calmarme tomé mi celular para marcarle a Alexander, él por suerte después de dos tonos contesto.

—¿Quién habla? —cuestiono él con un tono de confusión.

—Alexander, soy Kaylee, necesito hablar contigo de algo muy importante que acaba de pasar aquí en la empresa —espete asustada mientras mis manos temblaban.

—¿Estás bien?, ¿sucede algo?, ¿nuestro hijo está bien? —cuestiono el bastante preocupado.

—Si estamos bien, pero es mejor que vengas a la empresa, paso algo que no debe esperar para hablarlo en persona, te espero —respondí frustrada.

—En 15 minutos estoy allá, no te muevas por favor —respondió y colgó.

Me senté en el sillón dejando el celular sobre el escritorio de cristal en caoba, me abracé a mí misma y trataba de calmarme por mi bien, pero era algo inútil, Dereck me imito sentándose a mi lado, estábamos en completo silencio cuando escuche el teléfono sonar, lo tome y conteste asustada.

—¿Qué pasa Grace? —cuestione mirando a Dereck.

—Sra. Williams, el Sr. Harrison, acaba de llegar, ¿lo dejo pasar? —cuestiono Grace, yo solo asentí para mí.

—Si Grace, déjalo pasar por favor —respondí con un suspiro lento.

Ella colgó y Dereck me miro atento poniendo sus manos en sus bolsillos, me levante de la silla y camine hasta el gran ventanal, la idea de saber que Allesa ya sabia la existencia de Jacob me ponía los pelos de punta, ahora sabia muy bien que tenía que decirle la verdad a Alexander, él corría peligro junto a ella y lo que no sabía es que está casado con una asesina, lo peor es que él aún sigue con ella.

SIEMPRE TUYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora