—Gracias a los dos por estar aquí conmigo, apoyarme y ser una familia para mí, en serio esto no tiene precio saber que los tengo a ustedes —dije sonriendo mientras los abrazaba.

Ambos sonrieron y Dereck me hizo señas de que no fuéramos, asentí y nos despedimos de Anny y Gregg, nos fuimos en el auto de él y al llegar a la empresa me sentía como en casa, estábamos frente al gran edificio después de tantos meses, solté un suspiro hondo por los nervios de volver a pisar este edificio que me traía tantos recuerdos.

Aunque ya no tenía la gran oficina que tenía en New York, sentía esta empresa como mía, aquí fue donde inicie mi primer trabajo, donde me empecé a forjar como profesional y claro esta que Gregg me ofreció un puesto mejor, pero quise quedarme como secretaria presidencial después de que él me ofreció el empleo, ganaba bastante bien por lo que no vi la necesidad de subir de puesto.

Subimos por el elevador y llegamos al piso treinta, salimos de este y todos los empleados, los cuales eran los mismos de siempre, comenzaron a hablar bajo cuando me vieron cruzar el pasillo, quizás se les hacía raro verme de nuevo en la empresa, aunque si era sincera ya no me importaba lo que pensaran o dijeran de mí, me acerqué a Jessica, la cual estaba hablando por teléfono y al verme quedo sorprendida, su cara era un poema y estaba pálida, luego chillo y sonrió ampliamente para levantarse de la silla.

—Ni que hubieras visto un fantasma, ven a saludarme —negué bufando.

—Maldita sea, Kaylee eres tú —chillo ella al verme.

Se abalanzó sobre mí y me abrazo con fuerza, la abrace y sentí como un nudo en mí, se desató y comencé a llorar de felicidad, extrañaba a Jessica, después de separarnos limpie mis lágrimas y sonreí genuinamente, estaba un poco más delgada y llevaba otro color de cabello, pero era ella.

—Eres una idiota, te vas por más de 8 meses y llegas como si nada, no señorita, me tienes que contar que ha pasado todo este tiempo en tu vida después de que te casaste —me miro ella molesta.

—Lo lamento Jess, pero es una historia muy larga, tengo que contártela, pero eso será a la hora del almuerzo, ya que debemos trabajar, aún hay demasiado trabajo atrasado —le brinde una sonrisa amplia.

—Estás hermosa y muy cambiada, sabes que no te libras de esta y me tienes que contar todo con pelos y señales —confeso mirándome atenta.

—Lo sé, hay muchas cosas que tengo que contarte —asentí sonriendo.

—Pero primero a trabajar chicas, Kaylee es urgente —comento un Dereck irritado mientras caminaba hacia la oficina.

—Está igual que Alexander cuando me mandaba —espete negando mientras sonreía.

—Te escuché —espeto Dereck rodando los ojos.

Asentimos y caminé hacia la oficina que era de Alexander, supe por medio de Gregg que nadie había entrado allí, toda la empresa se manejaba en manos de Phillip un primo de Alexander, el cual es la mano derecha de Gregg y es director de diseño, pero ya había entregado la empresa, puesto que se había tomado unas vacaciones.

Sentí como el frío recorrió todo mi cuerpo y me tense al ver el polvo de la oficina, suspire levemente y entre a pasos firmes, mis pies temblaban al recordar todo lo que había sucedido aquí, cuando vi a la víbora de Alessa sobre Alexander en el escritorio, cuando él me humillo diciendo que la noche que pasamos no significo nada para él y aún peor cuando él era frío y demandante conmigo.

Dereck abrió las ventanas y el viento entro chocando mis mejillas, comenzamos a limpiar todo el polvo que había y en el sillón aún estaba el aroma de Alexander, a pesar de los meses que ya habían pasado, terminamos y Dereck me miro atento.

—Esta será tu oficina Kaylee, la mía será la que queda enfrente del pasillo de fotocopias, espero no te sientas incómoda, ya que aquí mantenía Alexander —comento el incómodo.

—No pasa nada, estaré bien, cualquier cosa te aviso, ¿vale?—asentí sonriendo mientras caminaba por todo el lugar.

Dereck asintió y se marchó dejándome sola en la oficina, me senté en el sillón y cerré mis ojos pensando en Alexander, en su aroma y en cada parte de él, poco después apareció Jess junto con una señora de bastantes años detrás de ella, las miré un poco curiosa, ya que nunca había visto a esa señora antes.

—Sra. Williams, ella es Grace, su nueva asistente personal —comento Jessica sonriendo mientras me guiñaba un ojo picara.

—Gracias Srta. Parker, puede dejarnos a solas —asentí sonriendo.

La señora entró y le indique que tomara asiento mientras yo me acomodaba en la silla para poder verla mejor, mientras le dedique una sonrisa amable y sincera, nos llevaríamos bien, ya que se veía que era una excelente persona.

—Buenos días, Sra. Williams, soy Grace Brown y estoy para servirle —espeto la señora sonriendo mientras notaba su nerviosismo.

—Es un gusto Grace, soy Kaylee y espero que te sientas a gusto aquí, no perdamos más tiempo, así que empecemos a trabajar, ya que hay mucho trabajo atrasado —Dije sonriendo.

—Como usted diga jefa —asintió levemente mientras yo solté una risilla.

Comenzamos a trabajar, puesto que el trabajo no esperaba, llego la nueva versión de la revista Poise y era muy buena, claramente Industrias Harrison estaba pasando por una buena época, por el hecho de que se unió la revista Cosmopolitan y otras empresas para su publicidad, junto a otros nuevos proyectos que vendrían.

Grace era una gran mujer y a pesar de sus años es muy experta en el campo de la publicidad, después de una mañana dura decidí llamar a Mía para saber como se encontraba mi bebe, tome el celular y decidí marcarle.

—Hola Mía, soy yo Kaylee —dije sonriendo mientras miraba unas muestras de unas carpetas.

—Hola Kay, ¿todo está bien? —cuestiono ella un poco preocupada.

—Si todo está bien, solo quería saber como está Jacob, si ya tomo su biberón —dije mordiendo mi mejilla.

—Sí, ya tomo su biberón, mi mamá lo baño y lo vistió, ahora está dormido en su cuna y estamos monitoreándolo —respondió ella soltando una risilla.

—Gracias Mía, cuídalo mucho, por favor —respondí sonriendo.

—Lo haré, te quiero mucho —respondió ella y colgó.

Mire el reloj y eran las 12:30 P.M., digna hora de almorzar, tome mis cosas y salí de la oficina con Grace detrás de mí, le di permiso de ir a almorzar y fui a buscar a Jessica para bajar, esta era una nueva etapa como madre y empresaria, ¿quién iba a pensar que todo iba a cambiar así?, después de buscar a Jessica, fuimos a almorzar, en el camino ella no paraba de preguntarme donde había estado todo este tiempo, así que tuve que contarle todo desde el día que me fui de la empresa, ella escuchó todo lo que había pasado y me miro sorprendida.

—Tuviste un hijo con el ogro, no puedo creerlo —espeto sorprendida; —nadie iba a imaginar que tú resultarías con un heredero de los Harrison —añadió con una sonrisa.

—Es hermoso, se parece a Alexander —comenté mostrándole una foto.

—Tienes razón Kay, es idéntico a su papá —dijo asintiendo.

—No debes decir nada aún de mi bebe, Alexander, no sabe que es su hijo, así que es mejor evitar hacer comentarios en la oficina aún —espete con un leve suspiro.

Ella solo asintió, después de almorzar animadamente y de terminar de contarle a Jessica, todo volvimos a la oficina, debía organizar algunas citas con algunos de los clientes, ya que se habían postergado mucho tiempo y eso no dejaría en buenos términos a la empresa, debíamos poner mano a la obra para poner todo al día, claro que me tocaba un poco duro, pero me encantaba tener mi tiempo ocupado.

SIEMPRE TUYA ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora