|CAPÍTULO 33|

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Un mes después...




MÍA







El ser humano es difícil de entender, algunas veces deseamos la soledad y otras veces lo único que queremos es no estar solos, de buenas a primeras, el humano es la única criatura viviente en la Tierra donde uno de los factores más importantes de su sobrevivencia es estar en compañía. La soledad es mala, la soledad es cruel, la soledad es dura he incomprendida si no se le aprecia ni se sabe llevar, en mi punto de vista, este primer mes conviviendo sola a sido totalmente duro, no estaba acostumbrada, por lo general antes solía estar rodeada de mis amigos y mi familia, después fue Cristián, Nana Sofía, James y Gema, ahora, ahora no ahí nadie, es tan drástico, pero supongo que debía aprender, a fin de cuentas cuando muera lo haré sola, no van a enterrar a mis amigos en el mismo ataúd que yo.

Este mes me he preocupado de organizar y administrar documentos, la alcaldía, la empresa, la universidad a la que iré en el extranjero, el país y más, incluso había tramitado los papeles del divorcio, tenía una copia firmada y solo hacia falta la de Cristián, del no había tenido noticias en lo absoluto, en algunas ocasiones Nana, James y Gema venían a verme, solo hablábamos de nosotros y cada vez que les preguntaba por Cristián se hacían los locos y no me respondían nada, ir a verlo después de tanto tiempo sería un gran paso— Va a sonar estúpido— Pero si el me dijera otra vez que me ama, que no quiere el divorcio y que esta dispuesto a ir conmigo, lo aceptaría, a pesar de que no se haya presentado antes (se muy bien que yo decidí irme y terminar todo) pero no puedo engañar a nadie, ni siquiera a mi misma, no he podido sacarme a Cristián de la cabeza, ni mucho menos del corazón. Por otro lado, a Jayden solo lo veo al pasar por el pueblo, es tan raro actuar como si fuéramos dos desconocidos después de todo lo que hemos pasado, es increíble y difícil, luego y por último se encuentra Vincent, nos hemos hecho “amigos”, suele venir a verme a menudo, estoy tratando de investigarlo pero se me a hecho muy duro ese trabajo, ¿Cómo es posible que una persona que a vivido tanto no tenga ni siquiera una mancha en sus expedientes? Aunque no pienso darme por vencida, se que tarde o temprano voy a descubrir algo.



—Hola Nana Sofía— Salude en cuanto abrió la puerta de la casa de Cristián, su expresión de debatió entre la sorpresa, la felicidad y el terror, eso fue muy raro— ¿Esta Cristián? Necesito hablar con el.

— ¿Cómo pudiste entrar?— Alzó una ceja— No le avisaste a nadie que venias ¿No?

— Aún sigo siendo la esposa de Cristián, así que nadie me puede prohibir entrar aquí y con respecto a tu segunda pregunta, no, no le avise a nadie que venia— Negué con la cabeza— ¿Qué pasa Nana? ¿Esta o no está Cristián?

— Si, pero no es un buen momento— Esta muy nerviosa— Cristián esta ocupado— Mira por sobre su hombro de reojo y luego vuelve a verme.

— ¿Qué está pasando?— Un mal presentimiento se instaló en mi pecho— ¿Nana Sofía que pasa?— Insistí en la pregunta ya que no me respondía— Okey— La hice a un lado y entre.

— Oh, mi niña, espera— Dijo detrás de mi.



Me guíe por el living, no había nadie, revise la cocina, su despacho, el jardín trasero, tampoco había alguien, Nana Sofía iba detrás de mi tratando de convencerme para que saliera de esta casa pero no lo a logrado hasta el momento, entonces me dirijo a las escaleras, las subo y llegó al pasillo, aquí es donde todo se volvió turbio, comencé a escuchar gemidos y gruñidos, mi marca comenzó a arder, mis ojos se llenaron de lágrimas, mi corazón se oprimió dentro de mi pecho, no podía respirar, ¿Qué Diablos es esto?, mire a Nana Sofía buscando alguna explicación pero solo encontré lastima en su mirada, con todas las fuerzas que me quedaban seguí mi camino, limpie las lágrimas que caían por mis mejillas y llegue al cuarto de Cristián, aquí los ruidos se hicieron más fuertes, el respaldo de la cama chocando con la pared, los gemidos, los gruñidos, tome el pomo con fuerza, sabía lo que me iba a encontrar aquí si abría la puerta, tenía miedo de querer hacerlo, mis ojos se volvieron a llenar de lágrimas y me culpe por esto, yo lo abandone, no tengo porque reclamarle nada, aún así duele, volví a limpiar mis lágrimas, tome un suspiro largo y abrí la puerta, mi corazón se cayó al piso cuando vi a Cristián sobre Ana, ambos desnudos en la cama, mi estómago se revolvió, quería vomitar, cuando se dieron cuenta de mi presencia, Ana se cubrió, Cristián se levantó de la cama y se envolvió una sabana de la cintura hacia abajo, su expresión primero fue de sorpresa, felicidad y amor, aunque luego cambio a tristeza y dolor para pasar a solo ser enojo, y resentimiento, era como ver al mismo Cristián que conocí cuando llegue a la manada.



ALPHA REY #LIBRO 1Where stories live. Discover now