Cap. 11 Fiesta

449 16 1
                                    

-Hola Mónica- La salude luego de entrar a la heladería. Ayer el día transcurrió rápido y me dormir temprano. Hoy ya era sábado, el tiempo pasaba volando.

-Hola, toma asiento- Respondió y me señaló una silla enfrente de ella. Tome asiento y justo en ese momento llega un mesero y pido un café, no tenía estómago para comer helado a esta hora.

-Quiero hablar contigo de algo y quisiera que me escucharas antes de emitir cualquier comentario- Habla Mónica.

-De acuerdo- respondí en un tono serio y pasivo. Sentía que esta vez no iba haber una discusión. Tenía el presentimiento de que, finalmente, iba hablar con Mónica como una persona civilizada, cosa que nunca ha pasado y siendo honesta, nunca creí que pasaría.

Mónica me miraba a los ojos y dice  -Gabriela, sé que soy la última persona que quisieras ver, pero para mi es necesario sostener esta conversación contigo. Sabes, hay cosas que no tienen precio y una de esas cosas, es el amor. El amor incondicional que es brindado con sinceridad y es tratado con respeto y responsabilidad- Mónica estaba a punto de llorar.

-¿Por qué me dices esto?- le pregunté. Aunque me sentía bien con su presencia, estaba un poco chocada. Mónica y yo no nos soportamos y nunca nos hemos hablado sin insultos de por medio. Estaba un poco desconcertada.

-¿Sabes algo Gabriela? - hizo una pausa y se rio amargamente -Yo en toda mi vida, solo he amado a un hombre de verdad...- hizo un pausa y siguió hablando.

-Pero a veces la vida nos golpea de la peor manera y ya sabes lo siguiente, o dejas que te destruya o te levantas y sigues adelante. Yo tomé la decisión de seguir adelante, porque hay personas que les toca de una peor forma y aun asi le sonríen a la vida. Entonces es aquí donde me pregunto: ¿Puede ser posible pasar tanto dolor y de todos modos seguir viviendo?- las palabras de Mónica me estaban dando en el pecho y sentía como como cada palabra lograba mover algo en mí.

- ¿Y quieres saber la respuesta?- Yo me limité a mirarla - La respuesta es un sí. Gabriela ¡Puede ser posible! Y lo único que nos ayuda a superar todo eso, es el amor sincero, aquel que es recíproco y logra mover algo en nosotros-

-Gabriela, tu hermano y yo terminamos porque él me fue infiel. Tal vez te preguntes el porque te estoy diciendo esto y la respuesta es simple, se que me odias por haber dejado a tu hermano y aunque ambos prometimos no hablar de esto con nadie, sentía la necesidad de explicartelo- Abrí los ojos como platos, estaba atónita. ¿Que Francisco hizo que?

-QUE MIERDA-mis palabras salieron sin permiso de mi boca, estaba sorprendida de lo rápido que dije aquella oración, pero lo que más me sorprendía era la cara de Mónica, estaba de lo más normal.

-Lo siento, no quiero incomodarte, pero esa es la verdad. Lo peor de todo es que lo sigo amando- Sonrió amargamente.

-Esto tiene que ser mentira- Me disponía a irme, cuando sentí como Mónica tocaba mi brazo izquierdo, haciendo que me volteara.

-Gaby necesito que me prometas que no se lo dirás...- A Mónica se le entrecorto la voz y bajo la cabeza. Esto tiene que ser mentira, Francisco no pudo haberle hecho algo así. EL LA AMABA.

-Monica, yo...- las palabras no me salían -Yo... necesito tiempo- dije y salí corriendo hacia mi auto.

Esta situación era muy fuerte para mí, tenía tanto enojo. Enojo, porque Francisco no me dijo la verdad acerca de lo que sucedió. Enojo, por haberme enterado de las cosas de este modo. Había juzgado mal a Mónica y me sentía triste por haberla tratado mal en todo este tiempo. En el fondo sabía y sentía, su sinceridad. Debía hablar con Francisco, esto no se podía quedar así. 

¿Puede ser posible?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora