Capitulo 43 DESPERTANDO

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Lizzy... Lizzy. -repetía santiago angustiado, había sentido sus suaves manos acariciar las suyas y luego su rostro, cuando tocó sus labios un cúmulo de recuerdos y sensaciones se apoderaron de su cuerpo, pero duró tan solo unos segundos porque luego escuchó con angustia la voz de su madre, escucho ruidos y voces gritando alteradas, supo que Elizabeth estaba en peligro, luego escuchó un disparo y el grito de ella, eso alteró sus sentidos lo que lo hizo reaccionar como núnca lo había hecho, su amada Lizzy estaba en peligro, tenía que ayudarla pero su cuerpo lo tenía prisionero, lucharía, lucharía por salvarla, se esforzó como núnca lo había hecho y de pronto... su cuerpo respondió, sus miembros obedecieron a su cerebro, pero ahora que era libre varias manos lo tenian aprisionado no lo dejaban moverse, luego sintió un piquete en el brazo y un adormecimiento empezó a recorrer su cuerpo. Su último pensamiento fue Elizabeth.

***
Cuando Damián venía de regreso del consultorio del Medico que lo había mandado llamar se dió cuenta de que algo pasaba cuando observó como medicos y enfermeras corrian a la habitación de Santiago. Un mal presentimiento se apoderó de el y corrió, cuando llegó a la habitación la escena que vió lo dejó impactado. Medicos y enfermeras luchaban con un Santiago fuera de sí que repetía una y otra vez el nombre de Lizzy y trataba de bajar de la cama, mientras que Elizabeth intentaba levantarse del piso en vano como si sus piernas no le respondieran, a su lado estaba una pistola tirada, Damián corrió a su lado angustiado, quizas se encontaba herida.

***
Una vez reestablecida la calma y constatando que nadie había salido herido Damián se dejó caer exausto en un sillón de la sala de espera. Mentalmente se recriminó por cometer el mismo error dos veces, dejar a su hermano solo. Era obvio que su madre no se daría por vencida, era demaciado lo que tenía que perder si Santiago sobrevivía y ahora no solo el corría peligro también Elizabeth. Con horror se percató de que su madre los tenía vigilados, solo así se explicaba el que llegaran en el momento justo cuando no había nadie.

***
Santiago se removió incómodo, todo le dolía, sentía como si un camión hubiese pasado por encima de él. Estaba cansado de tanto ir y venir, las enfermeras y los medicos no lo dejában en paz, desde que despertó del coma, era hacer estudio tras estudio, se sentía fastidiado. Su unico consuelo era poder ver y hablar con su hermano, aunque no siempre podía estar en su habitación él sabía que estaba en la sala de espera, al igual que su incondicional amigo Bruno.
_Bruno. -pensó. _hasta cuando se cansaría de seguirlo, parecía un perrito fiel tras de su amo, prácticamente se había convertido en su sombra y él lo había llegado a considerar como un hermano, ¿que no sabía Bruno de él?, conocía hasta los secretos más recónditos de su alma, él lo había visto en sus mejores y en sus peores momentos y siempre estaba dispuesto a tenderle una mano. Agradecía tanto que estuviera ahí.
Escuchó cuando la puerta se abrió.
Deseaba con toda su alma que fuera Elizabeth, pero a la vez no quería verla, no tenía nada que ofrecerle mas que provocar su lástima y no lo soportaría, aunque había algo que deseaba hacer y no había tenido tiempo, pedirle perdón, dudaba mucho que lo perdonara y él se lo merecía pero se lo debía, estaba arrepentido de no haberlo hecho en su momento, por poco y muere sin decirle cuán arrepentido estaba de lo que había hecho y de todo lo que provocó por su insensatez y su cobardía.
_Santiago -escuchó la voz de su hermano. _¿cómo te sientes hoy?. -se acercó a él
_Disfrutando mis vacaciones -dijo sarcàstico.
Ambos rieron, aunque para él hasta eso representaba un gran esfuerzo.
Acabo de ver a los médicos -le informó. _Aùn los tienes sorprendidos con tu recuperación.
_No es para tanto.
_¿Que no es para tanto? -lo miró incrédulo, tienes cinco balazos en el cuerpo, podrías estar muerto.
_Estoy empezando a creer que el dicho que dice "hierba mala núnca muere" es cierto -dijo con humor.
_No eres malo -lo reprendió Damián serio. -no le gustaba que él se considerara así cuando todo lo que había hacho lo habìa hecho obligado y cuando, tuvo libertad de accción había dedicado su vida a reparar el daño causado no solo por él sino por su padre y aùn los ocacionados por los enemigos de su padre .
El sonrió con ironía. _depende a quién le preguntes -lo miró con cansancio. _Si le preguntaran a Lizzy, estaba seguro de que no opinaría lo mismo.
_Por cierto -dijo Damián. Elizabeth está afuera esperando que le permitas entrar a verte.
El lo miró sobresaltado, no quería... no quería verla, que le diría a una mujer a la que le había destrozado no solo el corazón, el alma, la vida misma, ¿como podía verla a los ojos y fingir que no había pasado nada?, no... no podía, desde la ultima vez que la vió cuando salió de su casa aquél dia, había tomado la determinación de no verla màs, no la buscaría, no la llamaría, es mas , nisiquiera la miraría de lejos, ella merecía rehacer su vida, cuando menos eso si podía hacer por ella, aunque a el le fuera la vida en hacerlo.
_Santiago, no seas necio, -lo recriminó.

No se pierdan el próximo capítulo: "DESPEDIDA"
Agradecería mucho sus votos.
Gracias.

FUE MI ERROR. No. 1️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA Where stories live. Discover now