CAPITULO 42 FLORENCIA

10K 1.2K 14
                                    

Florencia se paseaba por la habitación hecha una furia
_ ¡Cómo es posible! -gritó a los tres hombres que estaban parados frente a ella asustados. _ ¿Cómo pudieron fallar en algo tan sencillo? -gritó furiosa aventando un florero que tenía a su alcance.
_N... no... no nos dio tiempo -empezó a decir Alfonso.
_Cállate. -lo interrumpió. Son unos ineptos. _ ¡Largo de aquí! -ordenó. _ ¡Fuera!, ya me la pagarán. -los miró con odio.
Ellos solo atinaron a obedecer, se había vuelto loca, desde que Santiago los corrió de su casa ella estaba fuera de sí.
_ ¿Ahora qué voy a hacer? -se dejó caer en un sillón abatida, _si Santiago sobrevive, ¿qué va a pasar con nosotros?, no... no lo puedo permitir -se levantó de improviso. _Algo se me tiene que ocurrir, esto no puede seguir así... ¡maldito Santiago!, ¿por qué tuviste que enamorarte de esa mujer?, la preferiste a ella antes que a mí, eso no te lo perdono, no te lo perdono. -empezó a aventar todo lo que estaba a su alcance. Todo su mundo se venía abajo, todo por lo que había luchado, incluso había sacrificado a su hijo predilecto por conservar la fortuna y el poder después de la muerte de su esposo, se había asegurado de que este introdujera a Santiago a su mundo de maldad y corrupción, ella lo amaba, pero amaba más el dinero y el poder que éste daba, así que tenía ambas cosas. El dinero y el poder a través de Santiago y a éste comiendo de su mano, hasta que llegó ella, esa maldita mujer, ella lo cambió todo, cambió a su Santiago, de no ser por ella Santiago jamás se hubiera dado cuenta de cómo era ella en realidad, nunca hubiera descubierto su doble cara, pero eso no se quedaría así.
Nadie se burlaba de ella y por nadie perdería lo que era suyo.

***
Santiago sentía dolor, mucho dolor, todo su cuerpo estaba entumecido pero sentía punzadas recorrer sus extremidades, su cabeza parecía querer estallar, quería que alguien aliviara esas sensaciones pero... todo estaba en silencio, la habitación estaba vacía anhelaba que estuviera ahí Elizabeth, se sentía tan bien cuando ella se acercaba y tomaba su mano, cuando le hablaba y le decía palabras de aliento. Él estaba consciente de que lo hacía guiada por el momento, por compasión, pero sabía que si él lograba superar esto ella se alejaría. La había lastimado tanto, y aunque quisiera no podía dar marcha atrás. Como volver el tiempo, si tan solo hubiera pensado antes de actuar. No podía negarlo. Fue su error, un error que costó demasiado caro, un error que había destruido varias vidas, varios sueños, un error que ni con todo el tiempo del mundo podría reparar.

***
Elizabeth encontró la habitación vacía, ni Bruno ni Damián se veían por los alrededores, era raro porque habían acordado no dejarlo solo ni un momento.
Se acercó a la cama, tomó su mano, aunque se sentía fría no estaba tan helada como en días pasados, con ternura empezó dar masaje a esos dedos largos y fuertes, de improviso sintió movimientos pareciera como si esos dedos quisieran aferrarse a su mano, ella se quedó quieta expectante pero luego de unos minutos se dio cuenta de que nada sucedería, los médicos les habían advertido de que la mayoría de los movimientos eran simples contracciones musculares, movimientos involuntarios que no significaba que él estuviera respondiendo a algún estímulo.
Con tristeza miró su rostro, seguía siendo extremada mente atractivo, a pesar de su palidez, no se resistió a tocar su barba que asomaba de manera incipiente, era algo que le fascinaba de él.
Lo extrañaba tanto, deseaba volver el tiempo y empezar de nuevo, sentir todas esas sensaciones que el despertó en ella, el sentirse amada, respetada, el sentir que al fin pertenecía a alguien que la quería y la aceptaba dentro de su vida, el dejar de sentir esa sensación de que no era de ningún lado de que nadie la quería, de estar luchando siempre por unas migajas de amor.
Tocó sus labios, ansiaba sentir sus cálidos besos de nuevo. Acercó su rostro al de él, iba a darle un beso en la mejilla cuando sintió que alguien la tomaba del pelo y la jalaba. Asustada cayó al piso y se volvió con rapidez para ver quien la atacaba.
_ ¡Tú no tienes ningún derecho de estar aquí! -escuchó el grito de su suegra. _él no te quiere, te echó de su lado por traicionera -le propinó un puntapié en el estómago cuando aún estaba en el piso.
Elizabeth se dobló de dolor, no había tenido tiempo de reaccionar. Angustiada vio desde su posición como esa mujer sacaba un arma de su bolso y se dirigía hacia Santiago, desesperada se arrastró y la tomó de un pie haciéndola tropezar, ella al intentar detener su caída accionó el gatillo del arma y esta se disparó. Asustada aventó el arma y salió huyendo del lugar, tropezando con varias enfermeras que ya acudían ante el alboroto.
_L...li...zzy... Li...zz...zy... -se escuchó la voz pastosa de Santiago.
Ella aún en el piso tan impactada que no lograba ponerse de pie, pero alcanzó a escuchar su nombre, volteó hacia donde estaba Santiago y observó que médicos y enfermeras ya estaban al lado de él, atónita vio como el intentaba levantarse mientras ellos procuraban calmarlo y mantenerlo en su lugar.

FUE MI ERROR. No. 1️⃣ // SERIE HOMBRES DE LA SIERRA Where stories live. Discover now