Capítulo XIII

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No tuve tiempo para escribir estas semanas, perdón por tardar tanto. Voy a intentar subir el próximo capítulo mañana.

Era un sábado en la noche y había un silencio sepulcral inundando el sótano de la familia Smith. En la mente de cada uno de ellos se encontraba una gran duda. ¿Debían arriesgarse y llamar al tipo del sombrero o dejar ir la oportunidad? Desde la noche anterior, tuvieron muchas discusiones sobre ese tema. Era un empate. Dos contra dos. Ryan y Jon desconfiaban bastante de aquel hombre, ya que era un completo desconocido que nunca habían visto en su vida y es absolutamente normal que no quieran arriesgarse. Por otro lado, Brendon y Spencer estaban totalmente dispuestos a hacer un trato con él. Lo que era muy extraño viniendo de parte de Spencer, ya que él era muy conservador y responsable.

Habían discutido por tanto tiempo que ya no tenían nada para decir, ninguno de los cuatro cambió su opinión por más que lo intentaron que lo hicieran. No lograban entenderse. Por fin, después de tanto tiempo, tienen una oportunidad frente a ellos. ¿Y esos dos idiotas no querían tomarla? ¿Qué perderían al intentarlo? Como suele decirse, "El que no arriesga, no gana".

Brendon cortó la tensión cuando se puso de pie y avisó que se dirigiría al baño. Y con "baño" me refiero al teléfono más cercano. Y bien, es más que obvio lo que hizo. Marcó el número impreso en la pequeña tarjeta que hace unos segundos se encontraba en el bolsillo trasero de su ajustado pantalón. Con una mano en su cintura, esperó un tiempo hasta que una voz femenina contestó la llamada. Comenzó a sentirse nervioso.

Giró la tarjeta para observar rápidamente el nombre escrito en letras blancas y luego de hacer esperar a la pobre mujer, contestó. ―Buenos días, e-estoy buscando al señor Strump.

La mujer soltó una pequeña risa, apenas audible. ―¿Strump? Sólo un señor Stump trabaja aquí.

Sintió el rubor nacer en sus mejillas. ¿Por qué se avergonzaba si esa mujer no estaba viéndolo? ―Oh, disculpe. El señor Stump.

―¿Y quién desea hablar con él?

―La banda que vio en el bar anoche.

Después de un par de segundos, el señor Stump contestó. Sonaba emocionado, parecía un hombre muy optimista. También parecía muy confiable, no entendía por qué los demás (expecto Spencer) desconfiaban de él. Era de baja estatura, lo que también lo hacía hasta un poco tierno. No parecía un adulto, parecía tener unos pocos años más que él.

Hablaron por unos minutos, todo iba de maravilla, aquel hombre le inspiraba confianza y estaba decidido a firmar un contrato con él. Hasta que Stump le informó que él ya no se encontraba en Blackburn, si no que había vuelto a Londres y que si querían reunirse con él, debían ir allá. Sería casi imposible convencer a sus compañeros de banda, y más que nada a Ross. Debían hacer un par de pruebas de sonido y llegar a un trato. Podrían hasta grabar un álbum.

No iba a ser complicado ir, Jon podía tomar prestada la furgoneta de su hermano mayor. Y podía conducir, ya que él sí tenía permitido hacerlo porque hace poco tiempo había conseguido su licencia. Era el mayor de los cuatro. No tardarían tanto en llegar, quizás una media hora, o eso creía él y Brendon no era el mejor en geografía. 

Al terminar la llamada, que al parecer duró más de lo planeado, se dirigió al sótano sigilosamente y antes de abrir la puerta dio una profunda inhalación llenando de nuevo aire sus pulmones. Intentó relajarse para disimular lo más posible y abrió la puerta. Allí estaban los demás, en la misma posición en la que se encontraban antes de que él se fuera. Todas las miradas en la habitación giraron a él.

Ryan fue el primero en cuestionarle dónde había estado y por qué había tardado tanto, lo que lo puso nervioso y logró que los demás notaran que algo había sucedido.

―S-Spencer, necesito hablar contigo en privado. Es sobre eso que habíamos hablado hace unos días.

El nombrado se puso de pie, bastante confundido y se dirigió a la puerta. Una mano tomó su brazo suavemente, logrando que Spencer se volteara a verlo. ― ¿De qué hablaste con Brendon? ¿Por qué quiere hablar en privado contigo?― Cuestionó Jon con curiosidad, susurrándole al oído.

―La verdad no sé a qué se refiere, pero luego te diré lo que me sea que me diga. Quiere que lo ayude con matemáticas, no le está yendo muy bien en el instituto. Quizás sea eso. 

Ryan los veía extrañado. ¿Por qué estaban susurrando? ¿Ahora qué le estaban ocultando? Empezó a preocuparse. Estaba comenzando a sentirse excluido de la banda. Aunque quizás, solo quizás, estaba exagerando. Pero lo que más lo desesperaba, era que se sentía alejado de Spencer. Hace mucho tiempo no estaban solos, todo había cambiado. Su amistad con él había cambiado. Ahora su amigo se la pasaba con Jon y él siempre estaba solo escribiendo canciones sobre su estado de ánimo del momento. Al menos hacía algo productivo, esas composiciones podrían servirle algún día. Hay varios éxitos allí, solo que él no estaba consciente de ello. 

Spencer se fue junto a Brendon y Jon volvió al lugar donde estaba sentado. No intentaron empezar una conversación, no parecían tener nada en común. Pero Ryan nunca intentó conocerlo un poco más, lo poco que sabía es que se llama Jon Walker, que toca el bajo y que le está robando a su mejor amigo. Pero algo especial debe tener como para que Spencer pase tanto tiempo con él, su amigo siempre analizaba muy bien a las personas antes de formar una amistad con ellas. Sabía distinguir a las buenas personas con solo verlas directamente a los ojos. 

Luego de un par de minutos, los dos chicos se encontraban de pie frente a ellos nuevamente. Brendon se veía muy nervioso y Spencer algo preocupado pero ligeramente emocionado. 

―Vamos Bren, habla tú―le pidió Spencer con amabilidad mientras le pegaba con el codo "disimuladamente".

Mientras ellos discutían quién hablaría primero, Ryan perdía la paciencia y Jon formaba teorías en su cabeza sobre qué podría haber pasado. 

Brendon se rindió y tomó una profunda respiración antes de empezar a hablar ―Bien, lo diré rápido así podré salir corriendo antes de que me asesinen. Llamé al tipo del bar, Patrick Stump.

Ryan y Jon gritaron un gran "¿qué?" al unísono. Ross intentó calmarse para no armar una gran discusión. Se echó para atrás en el sofá, viendo las manchas de humedad que se encontraban en el techo del sótano. 

 ―Sí, eso hice. Déjenme terminar de hablar. Hablé unos minutos con él, quiere que hagamos una prueba de sonido y que lleguemos a un trato. ¡Podríamos grabar un álbum! ¿Por qué no ven la enorme oportunidad que tenemos frente a nosotros? ¿Qué podemos perder? Sólo estaríamos un rato en la carretera para lograr llegar a Londres el lunes en la mañana. 

Un "'¿QUÉ?" mucho más ruidoso estalló en el lugar. Parece que se había olvidado de explicar ese detalle. 

Jon se puso de pie. ―Brendon, primero que nada. ¿Cómo esperas llegar el lunes en la mañana a Londres? ¿Acaso sabes cuánto tiempo de viaje hay hacia Londres? ¡Son cuatro horas! Segundo, ¿En qué iremos? Tercero, ¿Qué haremos cuándo estemos allí? ¿Dónde dormiremos, comeremos y nos bañaremos? Deberías pensar en todo eso antes de comprometernos a todos.

    ―Eh... Bueno, yo creía que tú podrías llevarnos en la furgoneta de tu hermano.  Cuatro horas no es tanto y puedo preguntarle al señor Stump dónde podemos alojarnos― Contestó rápidamente.

    ―Mi hermano nunca me prestaría su furgoneta Volkswagen― Se negó Jon.

    Brendon rodó sus ojos.  Ryan escuchaba la discusión mientras seguía observando el techo.

    ―Quizás, podrías tomarla prestada sin preguntarle... ya sabes, robarla por un par de días― Sugirió Spencer dudoso.

Un silencio inundó la habitación, los tres chicos abrían los ojos con sorpresa. Ninguno de ellos podía creer que lo que acababan de escuchar salió de la boca de Spencer Smith.

Ryan se puso de pie, se acercó a él y colocó su mano en la frente del chico. ―Spencer... ¿Qué pasa? ¿Tienes fiebre? 

La tensión que se sentía se disminuyó cuando empezaron a reír por su comentario. Mágicamente todos estaban dispuestos a viajar a Londres, quizás solo necesitaban que alguien lo llamara.  Sentían una mínima desconfianza, pero estaban cerca de lograrlo. 

Cumplir sus sueños.

seventies ; rydenWhere stories live. Discover now