10 - La Magia de la Librería

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Había ido al mall sola para despejar mi mente de todas estas semanas muy ajetreadas que estaba pasando. Los amigos de Din habían intentado durante toda la semana hablar conmigo, según ellos nunca lo habían visto tan deprimido, ni siquiera cuando empecé a salir con... "él", pero ellos no lo entienden, nadie lo entiende, ni siquiera yo lo entiendo.

Tengo llagas en el corazón que aún no se cicatrizan. El daño se va, pero la cicatriz queda.

Sólo quiero un minuto de paz y tener la mente en blanco. ¿Cómo se puede tener la mente en blanco en un mall?

Pues obviamente ir a la librería (con dinero, por si acaso)

Entre a la misma librería que he estado por casi 5 años, sus estanterías son gigantes y todo está perfectamente ordenado, tal vez debería trabajar aquí, lo pensaré.

- ¡Hola Caty! –me saluda uno de los trabajadores.

-Hola Joshua –lo saludo de vuelta.

- ¿De nuevo aquí? Sólo ha pasado una semana desde que viniste con tu amiga –me dice.

-Ya lo sé, necesito despejar mi mente –le digo y me pongo a revisar las estanterías.

- ¿Otro problema? –me pregunta.

-Los idiotas de los amigos de Din intentando que lo perdone –le digo. Las personas que trabajan en la librería generalmente saben todos mis problemas, bueno, casi todos. Son buenas personas.

-Eso si que es ser cretino –me dice enojado –enviar a tus amigos a hablar con una persona, que idiota.

- ¡Joshua! –grita María, la jefa de Joshua - ¡Deja de hablar con Caty y ponte a trabajar!

-Al tirante mi comandante –dice –nos vemos luego Caty –asiento con la cabeza distraída por estar leyendo la contraportada de un libro. Voy revisando cada rincón viendo si hay algún libro nuevo que sea interesante, cuando de reojo veo una figura conocida pasar rápidamente a la zona de literatura clásica, me giro y veo a Jace buscando desesperado un libro. Me acerco a él con una idea en mi cabeza.

- ¿Qué estás buscando? –le pregunto.

- ¡Caty! –dice sorprendido - ¿Trabajas aquí?

-No –contesto –pero suelo frecuentar la zona, ¿Qué buscas? –vuelvo a preguntar.

-Cien años de soledad –me dice.

- ¿Es para el colegio?

-Aja.

- ¿Para cuándo? – obviamente yo ya sabía la respuesta a esas preguntas por Sara que se lo había leído 6 veces un par de semanas atrás (claramente yo también tuve que explicarle la historia unas 4 veces)

-Para el lunes –me dice, aún más desesperado.

-Muy bien –le digo –primero, cálmate; segundo, nunca vas a terminar el libro para el lunes y si lo terminas no vas a entender nada.

-Ya sé que estoy frito, Caty –dice enojado –no es necesario que me lo recuerdes.

-Lo que quiero decir, es que, si tienes internet en tu celular y tiempo, mucho tiempo, te puedo resumir el libro y hacer que lo entiendas.

- ¿Harías eso?

- ¡Claro! –bajo la voz –pero tiene que ser en otro lado, si saben que te conté un resumen y que no compraste un libro aquí, me van a odiar –Jace asiente con la cabeza y le hago una seña para que me siga. Salimos de la librería sin antes ver como Joshua me lanza una sonrisa pícara al verme con un chico.

-Vamos a tomar un café –le digo –lo necesitaras.

-Okey –dice. Ambos vamos al café más cercano que encontramos y nos sentamos afuera al lado de un barandal con vista hacia los pisos de abajo.

- ¿Qué desean? –pregunta la mesera.

-Yo quiero un café helado –le digo –y para mi amigo un expreso, ¿O prefieres un ristretto? –le pregunto a Jace.

-No, prefiero un expreso –dice él.

- ¿Tienes internet? –le pregunto luego de que la mesera se va con el pedido.

-Si, ¿Por qué?

-Dámelo –extiendo la mano, Jace me lo entrega y busco en internet un árbol genealógico de cien años de soledad –bien, la cosa es así, todo empieza con Úrsula y José Arcadio Buendía, ellos... -le sigo explicando con ayuda del árbol genealógico por unos quince minutos, hasta que somos interrumpidos por la mesera con nuestro pedido.

- ¿Desea algo más? –pregunta.

-No gracias, estamos bien – digo y la mesera se va - ¿En dónde estaba?

-Cuando están matando a los hijos del Coronel Aureliano Buendía.

-Ahh sí, entonces... - sigo explicando por otra media hora hasta acabar.

-Guau – dice sorprendido.

- ¿Entendiste?

-Sí, gracias.

-Cualquier cosa si quieres un repaso antes de la prueba puedes hablar con Sara, ella sabe lo mismo que yo.

-Claro –dice algo nervioso, di en el clavo.

- A propósito, ¿Cómo le está yendo a Sara?, me refiero a su rendimiento claro.

–Ella es todo un cerebrito –dice sonriendo.

– ¿Y a ti?

-Más o menos – dice con una mueca.

-Podrías estudiar con ella.

- ¿Con Sa-Sara? – dice más nervioso.

-Pues claro –mi plan estaba funcionando a la perfección.

–Sí, se-sería bue-buena idea.

- ¿Por qué estás tan nervioso? ¿Acaso te gusta? –le pregunto.

- ¿Por qué dices eso? –dice, se notaba aún más nervioso con mi pregunta.

- ¿Has intentado hablar con ella?

-No, me da vergüenza -dice sonrojado.

-Solo digo que sí te gusta deberías hacer algo, como acercarte a ella y la mejor excusa seria pedirle ayuda para estudiar –intento ocultar mi sonrisa tras el vaso vacío donde antes estaba mi café helado –tengo que irme, tengo que ir a comprar algo antes e irme a casa –hago el ademán de sacar mi billetera, pero Jace me detiene.

-No te preocupes, yo invito –me dice y saca su billetera.

-Hasta luego Jace, piensa en lo que dije –rápidamente me voy de ahí con una sonrisa estampada en la cara, había dado en el clavo y Sara me debe una.

Voy nuevamente hacia la librería a comprarme un libro que me había llamado la atención antes, voy directamente hacia él y voy hacia la caja sin mirar hacia otro lado, cualquier cosa me puede distraer y hacer que me arrepienta. En la caja se encuentra Joshua con su pícara mirada en mí.

- ¿Quién era ese chico tan guapo, Caty? –me pregunta.

-Ese es el próximo novio de mi mejor amiga –me mira extrañado, pero yo no digo nada más, pago mi libro y salgo de la librería, siempre con una sonrisa de oreja a oreja.

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Holaa

Han conocido un poco mejor a Jace.

3/3

Espero que les esté encantando la historia.

No olviden de ponerme una estrellita y recomendarlo a sus amigos.

Nos leemos la próxima semana
ALE FUERA

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