1 - Doble Cliché

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Es la segunda semana de mi último año.

¡Que emoción! ¿No?

Todos lo andan diciendo por todos lados y que este es el año más importante de nuestras vidas. Bueno, para mí no lo es.

Este está siendo el año más aburrido de mi vida.

Todas mis amigas están muy preocupadas sobre qué es lo que van a hacer cuando salgan del colegio o si las van a aceptar en las universidades que quieren.

Yo, en cambio, no tengo la menor idea de que es lo que voy a hacer cuando salga del colegio.

Antes, solía ser distinta, era muy aplicada, aunque muy profundo en mi interior, lo sigo siendo, y lo único que me importaba era mi futuro, solía pensarlo todo el tiempo.

Desde octavo grado tenía todo claro y planeado sobre qué y quién iba a ser cuando grande y lo sabía hasta décimo grado, luego tuve algún que otro problema y me perdí a mi misma.

Claro que nadie lo sabe, ni siquiera mi mejor amiga.

Mis padres o, mejor dicho, mi padre cree que iré a la mejor universidad del país y estudiaré una carrera importante, como medicina o leyes, pero simplemente no quiero.

No sé qué me pasa.

Ahora aquí me encuentro, en clases de matemáticas, en la que solía ser mi clase favorita, mirando por la ventana al gato que se pasea por los techos de los edificios de en frente, como todos los días, a la misma hora y como siempre, no prestando atención.

- ¡Señorita Mason! – grita el profesor Muñoz.

- ¿Sí? – respondo sobresaltándome.

- ¿Me puede repetir lo que dije? – me pregunta.

Cree que soy tonta, pero lo que no sabe es que yo tengo memoria auditiva, y una muy buena.

- Estaba hablando que la elipse es una figura geométrica curva y cerrada, con dos ejes perpendiculares desiguales y que tiene la forma de un círculo achatado – le respondí mientras me acomodaba los lentes, en alguna parte sigo siendo la de antes. El profesor Muñoz me miró enojado, no me había podido agarrar.

- Muy bien, pero ponga los ojos en el pizarrón, no quiero que se distraiga – le doy una sonrisa con aire triunfante.

Sigo mirando por la ventana disimuladamente mientras el profesor Muñoz sigue explicando. Luego de una larga media hora, suena el timbre. Todos mis compañeros salen rápidamente por la puerta, yo guardo mis cosas lentamente, me saco los lentes y espero hasta el final para no toparme con una oleada de personas.

Al salir, voy al lugar donde siempre nos reunimos con mis amigas, que ya me estaban esperando.

- ¡Caty! – grita Sabrina cuando me ve.

Sabrina es más alta que yo (como todos), de pelo negro que nunca se lo peina, ojos cafés y de tez pálida.

Viene hacia mí y la saludo con un beso en la mejilla – Estábamos planeando juntarnos el viernes en mi casa y hacer algo entretenido – dice ella.

- ¡Tan pronto, si recién es martes! – digo mientras saludo a Vale con un beso en la mejilla.

- ¡Por eso! – dice Vale – tenemos que ajustar nuestro calendario de la semana los domingos, máximo el lunes, ¡Y hoy es martes! – ella es un poco perfeccionista.

Valentina es casi del mismo porte de Sabrina, tiene unos ojos verdes llamativos, de pelo pelirrojo y siempre lo lleva en una coleta desordenada y, al igual que Sabrina, es pálida pero llena de pecas en sus mejillas; es perfecta para ser la protagonista de un libro.

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