Veinticuatro

218 14 4
                                    

—Vamos, Ross, acepta.— frunzo el ceño y un escalofrío me recorre de solo pensar en eso.

—¿Qué gano yo?— dudo. Él sonríe al saber que tiene el poder de convencerme.

¿Eso me hace idiota? ¿O débil?

—Pues, una salida con tu sexy mejor amigo.

Su movimiento de cejas no hace más que sonrojarme, pero él no lo nota por distraerse con una rubia de largas piernas que pasaba frente a nosotros.

, definitivamente idiota.

Tal vez, en otra vidaWhere stories live. Discover now