Su mejor apuesta.

Cinco.

Si Zayn antes estaba molesto, ahora no había nadie que pudiera con el mal humor que se cargaba.

Habían pasado seis días desde que Harry le había hecho ir al parque, para que la supuesta Cole apareciera. Está de más decir que no lo hizo en ese instante, ni siquiera dos horas después, cuándo Malik rugió su desesperación y tiró todo a su paso, asustando a los tantos omegas que paseaban ahí con su familia. Recibió varios gruñidos por parte de alfas protegiendolos, pero poco podía importarle.

Ahora ni siquiera una ronda de sexo lograba ponerlo de buen humor.

Maldito Harry y sus malditas visiones.

Pensaba seriamente en enterrarlo en un cuarto acolchado, a ver si así dejaba de ver cosas.

Giró los ojos y arrugó la nariz cuándo un empalagoso aroma llegó hasta él. Ni siquiera tuvo que alzar la mirada para saber quién era. —Cariño, ¿que sucede? ¿Por qué estás tan enojado?
—Las modelos cada vez faltan más, y casi llega la fecha de lanzamiento. —Mintió tomándose el puente de la nariz con frustración.
Náuseas sintió cuándo unos delgados labios se posaron sobre los suyos. La alejó tratando de no parecer muy brusco, estaban en público y no se podía permitir más teorías de que la relación era falsa. Estaba consciente que lo era, pero no tenían porqué enterarse los Hadid.
La miró de arriba a abajo, y arqueó una ceja.—Estás muy feliz, ¿se me ha pasado una fecha importante?

Jelena soltó una suave risa, que sólo revolvió más el interior del estómago del moreno. —No, tontito. Estoy feliz porque he venido de molestar a Anwar. Al parecer, un nuevo omega acaba de ingresar como recepcionista, y trae por las nubes a mi pobre hermano.

Zayn sonrió con humor, ya se imaginaba la cara de tonto enamorado que el pobre chico debía traer. —Ya era hora.

—Sí que lo era, me sentía tan mal por él. Digo, Bella tiene a Matt, Sara a Cody, y yo a ti. Él era el único sin pareja. Estoy muy feliz por él, ya quiero conocer al pequeño.

—Pues debe apurarse, porque con la suerte que tu hermano tiene, seguro alguien se lo gana.

—La mayoría de los omegas hoy en día son tan tontos, dejan ir a un alfa maravilloso que los trata como oro, y se van con patanes que sólo juegan con ellos.

Un recuerdo vino a la atormentada mente de Zayn, pero lo desechó en seguida. —Les gusta la mala vida, no se puede hacer nada.

Gigi lo miró con ternura, amor derrochaba por cada poro. —Me alegro tanto de haberte encontrado, cielo.

Y Zayn no podía sentirse peor.