Capítulo XV Aquella decisión

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Encontraba estúpido cuando veía en las películas cuando en una cita, el sujeto quiere acercarse a la chica y disimular un bostezo cuando quiere abrazarla por el hombro. Pero se veía el mismo ahora haciendo esta estupidez al volver a moverse y quedar más cerca de Ash.

No se encontraba capaz de levantar los brazos y abrazarlo. De solo pensarlo comenzó a sentir el sudor recorriendo por su rostro. Pero quizás podría estrechar su mano si se acercaba un poco más...

Lawless se aguantaba la carcajada y se negaba de despegar su mirada del mar. No lo veía pero sabía de las intensiones de Mahiru. Y Kuro cerró sus ojos cuando comprendió que Shirota se congelo en su sitió, y quedó sentado demasiado cerca pero negándose a hacer otro movimiento.

Ash estiró la mano, y aprovechando la cercanía, encontró la de Mahiru y gracias al ruido del helicóptero fue que el gemido sorprendido de Shirota no se escuchó.

Hyde tuvo que taparse la boca y disimular que quería estornudar. Le preguntaría mas tarde a su hermano en qué clase de relación está enredado con ese chico al dejarlo actuar tan íntimamente.

Quería volver esa noticia en el chisme familiar.

...

A las horas, el helicóptero que los llevaba aterrizó sobre la plataforma de despegue de un enorme y estructural techo del Cuartel General de Sakuya. Rondaban las seis de la tarde, y de alguna manera, el viaje fue agotador. 

— ¡Necesito dar un informe primero, Mahiru! — Sakuya lo ayudo a bajar, aun gritándole por el exceso de sonido de las hélices de la máquina — Tu departamento no queda lejos, te enviaré con un escolta a tu hogar.

Al poner sus pies sobre el firme suelo, y ya a salvo, un desosiego se le situó en el pecho a Mahiru. El viento era fuerte y mientras Lawless descendía junto a Licht aun medio adormilado, el miraba las aspas del helicóptero deteniéndose poco a poco. Solo cuando el ruido del motor dejó de funcionar fue que se decidió a hablar.

— Sakuya, ¿te marcharás también? — casi sonriendo, Watanuki se arregló su gorra de la milicia.

— Sabes que soy un General. Tengo mi tropa esperando y necesito volver. Me han enviado a recuperar esa zona, Mahiru.

Se sorprendió. Eso era claro. Su mejor amigo volvería a un lugar que él mismo llamaría infierno con lo poco que había visto.

— Es peligroso, Sakuya — dijo lo obvio y su amigo solo sonrió.

— Pero hay cientos de personas esperando por ayuda, y lo sabes.

Por un segundo, Mahiru casi suelta unas palabras de querer acompañarlo de tan solo pensar en el bienestar de las personas. Pero sabía que decirlo sería una estupidez. Era como lanzar por la borda todo el esfuerzo que hizo Kuro por sacarlo de allí.

Y también recordó.

— Sakuya. En el puerto, cerca de Norden, es posible que hayan familias refugiadas. Con Kuro nos encontramos con un hombre que dijo aquello.

Mahiru le suplico con la mirada recordando el pequeño evento de ese hombre y su hijo. Que le diera información importante a Sakuya para que los salvara era vital, y una luz más de esperanzas para aquellas personas.

— Entiendo — Sakuya comprendía la situación. También dimensionó la posibilidad de localizar personas albergadas fuera de la ciudad de donde encontraron a Mahiru, y tenía planeado enviar ayuda.

— ¿Los salvarás? — la pregunta de Shirota le hizo mirarlo. Mahiru rogaba con que su respuesta fuera un . Y sabía que no podía negarse si hay posibilidad de que el castaño dijera que lo acompañaría para asegurarse del rescate de aquellos perjudicados.

SNIPERWhere stories live. Discover now