<<¡Que salgas ya!>>
¡VOY!
Después de esa estresante y estúpida conversación con mi conciencia salgo del baño y de mi habitación para ir a desayunar algo.
***
Llego a la cocina y siento que me acabo de enamorar.
¿¡Qué es eso!? ¿Lo ha traído mi ángel de la guarda?
¡Frente a mis ojos se encuentra un hermoso y dulce desayuno!
Corro hasta la mesa que hay delante y sonrío ante esa delicia.
Sobre la mesa había una pila de tortitas chocolateadas con nata entre casa piso y 3 fresas con chocolate en la punta. También había una taza del mismo -chocolate- que parecía demasiado apetitosa.
Cogí el tenedor, partí un trocito de la tortita y lo lleve a mi boca entrando al paraíso.
Seguidamente, bebí un poco del choco y terminé de enamorarme.
Definitivamente debería casarme con un chocolate.
<<Es lo más lógico que has dicho en tus casi 17 años de vida>>
¿Gracias?
<<De nada, cielo>>
Iba a contestarle a mi conciencia cuando veo entrar a todos los chicos junto a las chicas.
Yo los ignoro y sigo deborando a mi amor verdadero.
-¡Ey, eso lo he cocinado para mí!- reclama Edward. Yo sonrío burlona.
-En ese caso, felicidades Edw... Espera, espera, ¿¡has dicho que TÚ lo has cocinado!?- pregunto incrédula remarcando el tú.
-Claro.- responde obvio haciendo que yo frunza el ceño.
-Imposible, ¿es que sabes cocinar?- asiente confundido. -No entiendo, ¿tú no tienes criadas o mayordomos?
-¿Es que acaso has visto a alguno en esta casa?- pregunta irónico.
-Pues no pero, pensaba que tendría una planta para ellos solos como en mi casa.
-Por supuesto que no. En esta casa si algo quieres algo debes hacer, mis padres siempre han dicho que hay que ser autosuficientes, por eso nunca ha habido servicio aquí.- yo abro los ojos como platos.
-¿Eso significa qué debo aprender a cocinar?- pregunto temerosa.
Os parecerá raro, pero yo le tengo miedo a cocinar. Una vez lo intenté cuando tenía 7 años y me hice una quemadura de tercer grado por eso tengo esta fobia tan extraña.
-Si.- volvió a contestar obvio y mi cara rápidamente cambió a una que expresaba pánico.
-Uy que cara, ¿qué pasa, Emily? Te aseguro que cocinar no es tan difícil.- aseguro Sophie. Pero yo seguía en shock por recordar aquella vez. -¿Austin qué le pasa?- le pregunta a mi hermano asustada.
ESTÁS LEYENDO
Gracias a una mudanza
Teen FictionEmily Miller, una chica generalmente loca, además de, atrevida, impusiva, dulce, sarcástica, melodramática, divertida y tierna, claro, solo con la buena gente, con las que no, se llegará a convertir en su peor pesadilla. Pero, ¿y si apareciera algu...
16. Definitivamente Debería Casarme Con Un Chocolate
Comenzar desde el principio