16. Definitivamente Debería Casarme Con Un Chocolate

Comenzar desde el principio
                                    

<<¡Que salgas ya!>>

¡VOY!

Después de esa estresante y estúpida conversación con mi conciencia salgo del baño y de mi habitación para ir a desayunar algo.

***

Llego a la cocina y siento que me acabo de enamorar.

¿¡Qué es eso!? ¿Lo ha traído mi ángel de la guarda?

¡Frente a mis ojos se encuentra un hermoso y dulce desayuno!

Corro hasta la mesa que hay delante y sonrío ante esa delicia.

Sobre la mesa había una pila de tortitas chocolateadas con nata entre casa piso y 3 fresas con chocolate en la punta

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sobre la mesa había una pila de tortitas chocolateadas con nata entre casa piso y 3 fresas con chocolate en la punta. También había una taza del mismo -chocolate- que parecía demasiado apetitosa.

Cogí el tenedor, partí un trocito de la tortita y lo lleve a mi boca entrando al paraíso.

Seguidamente, bebí un poco del choco y terminé de enamorarme.

Definitivamente debería casarme con un chocolate.

<<Es lo más lógico que has dicho en tus casi 17 años de vida>>

¿Gracias?

<<De nada, cielo>>

Iba a contestarle a mi conciencia cuando veo entrar a todos los chicos junto a las chicas.

Yo los ignoro y sigo deborando a mi amor verdadero.

-¡Ey, eso lo he cocinado para mí!- reclama Edward. Yo sonrío burlona.

-En ese caso, felicidades Edw... Espera, espera, ¿¡has dicho que TÚ lo has cocinado!?- pregunto incrédula remarcando el tú.

-Claro.- responde obvio haciendo que yo frunza el ceño.

-Imposible, ¿es que sabes cocinar?- asiente confundido. -No entiendo, ¿tú no tienes criadas o mayordomos?

-¿Es que acaso has visto a alguno en esta casa?- pregunta irónico.

-Pues no pero, pensaba que tendría una planta para ellos solos como en mi casa.

-Por supuesto que no. En esta casa si algo quieres algo debes hacer, mis padres siempre han dicho que hay que ser autosuficientes, por eso nunca ha habido servicio aquí.- yo abro los ojos como platos.

-¿Eso significa qué debo aprender a cocinar?- pregunto temerosa.

Os parecerá raro, pero yo le tengo miedo a cocinar. Una vez lo intenté cuando tenía 7 años y me hice una quemadura de tercer grado por eso tengo esta fobia tan extraña.

-Si.- volvió a contestar obvio y mi cara rápidamente cambió a una que expresaba pánico.

-Uy que cara, ¿qué pasa, Emily? Te aseguro que cocinar no es tan difícil.- aseguro Sophie. Pero yo seguía en shock por recordar aquella vez. -¿Austin qué le pasa?- le pregunta a mi hermano asustada.

Gracias a una mudanza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora