—Lamento mucho lo de tu matrimonio Kay —comento ella cabizbaja.

—Ya todo quedo en el pasado Sam, no quiero hablar del tema por ahora, solamente quiero tener a mi bebe y criarlo con mucho amor —respondí sonriendo.

Ella me abrazo y yo le correspondí, poco después vi a Josh y decidí hablar con él, aún tenía a Oliver en brazos ya dormido chupando su dedo mientras lo mecía para que no se despertara.

—Hola Josh —comenté saludándolo mientras lo miraba atenta.

—Hola Kaylee —respondió él sonriendo mientras me miraba.

—¿Estás nervioso por la boda? —cuestione divertida al verlo nervioso.

—Bastante, estoy feliz por casarme con Mel, la amo demasiado —respondió él sonriendo.

—Sé que serán felices, solo no la lastimes porque te las vas a ver conmigo y yo no juego cuando hablamos de mi hermana —respondí sería, pues no queria que Mellisa pasara lo mismo que yo al enamorarme de Alexander.

—Nunca lo haré, te lo juro —asintió con las manos arriba.

—Más te vale o te parto tu mandarina en gajos y después te mato —respondí entrecerrando los ojos.

—Si tranquila, no tienes que ser tan violenta —respondió el asustado.

Sonreí y volví hacia donde mi papá y Chris, Oliver se comenzó a mover en mis brazos buscando el pecho de su mamá, me acerque a Sam y se lo entregue para que le diera de comer.

Voltee a buscar a Allison y la encontré hablando, entretenida mente con una chica más joven que ella, me senté en una silla y sentí unos brazos de mujer delicados y un olor a fresas conocido para mí, era Aliah, voltee a verla y llevaba puesto mi mismo vestido solo que más grande, sonreí y la abrace, me hacía falta verla, hablar y reírnos hasta que nos doliera la barriga.

—Hola Kay —saludo Aliah sonriendo.

—Hola Ali —respondí abrasándola con fuerza.

Poco después llego Paul, él sabía que yo estaba un poco incómoda con el tema de Alexander, él fue quien llevo el proceso de divorcio, por suerte mi hermano Chris, como es abogado, también me ayudo con el proceso desde Londres con un colega que vivía en Boston.

—Hola Kaylee —espeto el apenado mientras sonreía.

—Hola Paul —saludé de una forma seria.

—¿Cómo has estado? —pregunto el incómodo, esto no era una situación agradable ni para él ni mucho menos para mí.

—Espléndidamente, muchas gracias por preguntar Paul, eres muy amable, solo espero que no te atrevas a comentar nada en mi presencia de Alexander Harrison —respondí sonriendo cínicamente.

Él solo asintió y Aliah noto que estaba incómoda, yo no estaba dispuesta a dejar que nadie se metiera en mi vida, mucho menos el prometido de mi mejor amiga, sonreí y caminamos hacia la entrada, ya que iba a comenzar la ceremonia.

Nos dieron unas rosas blancas y poco después vi la limusina donde venía mi hermana muy emocionada y ansiosa, camine hacia el auto y la ayude a bajar para acomodar su velo, para mi sorpresa llevaba mi vestido de novia, quede estática al verla con el puesto.

—¿Qué haces con ese vestido Mellisa Williams? —cuestione bruscamente molesta.

—Lo lamento hermanita, ¿te enoja que lo use? —cuestiono ella horrorizada.

—No, no me enoja que lo utilices Mel, es solamente que ese vestido hizo parte del peor error de mi vida —respondí con mi voz un poco rota.

Mellisa y Aliah me abrazaron, sabía que aún estaba marcada por lo que había pasado con Alexander, eso aún dolía y seguiría doliendo por un buen tiempo hasta que todo sanara, aún todo estaba reciente.

—Tranquila Kaylee, lo utilicé porque quiero llevar algo tuyo en este día, sé que no estuvo bien y debí utilizar otra cosa, pero este vestido me encanto y creía que no te iba a molestar, perdóname —respondió Mellisa sonriendo con una mueca de miedo.

Mellisa se veía hermosa, la abrace y sabía que mi hermana me amaba al igual que yo a ella, aunque sabía que ese vestido me traía malos recuerdos, deje que lo usara.

El día era realmente lindo, después de la boda vino la recepción, la noche cayó rápidamente adornando toda la playa, decidí alejarme un poco de la fiesta y caminar por la playa descalza, realmente me sentía tranquila, saber que tenía un buen empleo, estaba rodeada de gente que me quería y que tendría a mi hijo, eran algunas de las razones para seguir adelante después de todo, no me arrepentía de haberme ido a vivir a Nueva York, mi vida allí era realmente buena por todo lo que tenía y sobre todo la tranquilidad que me rodeaba, estar lejos de Boston me estaba haciendo bien para sanar mis heridas y seguir adelante con mi vida.

Me senté en la arena, mire el paisaje frente a mí y recorde mi niñez, cuando mi familia y yo viajábamos a las playas de Bamburgh Castle, eran las únicas playas en toda Inglaterra que tenían un aire de la época medieval, pero eran lindas, me gustaría que mi bebe tuviera experiencias como yo en donde nací.

Unos minutos después, mi hermano Chris se unió a mi lado, le brindé una amplia sonrisa y suelte un suspiro, realmente me sentía en paz, él solo toca mi vientre y aunque no estaba aún abultado, sabía que mi bebe sería amado por sus tíos y sus abuelos, de eso no había duda.

—Eres mi hermana pequeña, sabes que siempre estaré para ti cuando me necesites Kaylee —comento él sonriendo.

—Gracias Chris, eres el mejor hermano del mundo —asentí sonriendo.

—A tu bebe ni a ti les faltará nada, de eso me voy a hacer cargo —espeto mirando hacia el mar.

—Sabes, quizás mi bebe no tendrá un padre que lo ame, pero tendrá un tío que lo amara como si fuera suyo —comente tocando mi vientre.

—De eso no hay duda, tu bebe será como si fuera mío —ladeo su cabeza abrazándome.

Mi hermano Chris y yo teníamos una relación de hermanos única, siempre estuvo cuando más lo necesite, al igual que papá, era afortunada de tenerlos en mi vida.

SIEMPRE TUYA ©Where stories live. Discover now