Capítulo 21 (parte 2): La Angustia del Fantasma.

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Ya era de noche, pasaban de las seis. Ga Eul estaba parada afuera del taller de Yi Jung, esperando pacientemente a que el Casanova llegara porque tenía que discutir con él. Algo que involucraba su felicidad y su corazón. Repentinamente, su teléfono sonó. La llamada era de Jae Joong.

— ¿Yobosaeyo? —respondió Ga Eul.

— Ga Eul-sshi, mianhae por no llamarte antes. He estado un poco ocupado con un montón de cosas... he... he recibido tu mensaje... supongo que también sería una sabía decisión confrontarlo con franqueza. —La voz de Jae Joong sonaba tranquila y alentadora.

— Komaowoyo... no esperabas que hiciera esto, ¿verdad? —preguntó Ga Eul.

— ¿Para ser honestos? Aniyo... pero ambos sabemos que el amor no se puede lograr con mera paciencia. Yo pensaba en una táctica indirecta para ganar su corazón, pero veo que elegiste la directa... eso requiere mucho valor... y debo aplaudir tu valentía —dijo Jae Joong.

Ga Eul sonrió.

— Komaowoyo... La verdad es que quiero intentarlo y ser honesta conmigo misma. Quiero dar lo mejor de mí. Y si eso no funciona con él, al menos lo intenté, ¿no?

— Estoy de acuerdo... ¡Buena suerte entonces!... espero y rezaré porque atrapes al Casanova. Llámame si algo pasa, ¿de acuerdo?

— Araso... —con eso, Ga Eul terminó la llamada y siguió esperando a que Yi Jung llegara.

Mientras esperaba, Ga Eul recordó brevemente cómo su profesora en la clase de cerámica la animó a confesarse al chico del que estaba enamorada.

"Apúrate y confiésalo antes de que sea tarde, GaEul-sshi...", las palabras de Eun Jae resonaban repetidamente dentro de su cabeza. El miedo al rechazo se había apoderado de su corazón al escuchar la sugerencia de Eun Jae, pero Ga Eul decidió ser valiente tal y como siempre lo había sido, y tratar de confesar lo que sentía.

Recordó cuando le preguntó a Eun Jae por qué ella y el hombre que amaba se habían separado, y ella le había respondido que había sido por egoísmo. Ella quiso quedarse con él como él quería. Sin embargo, ella se volvió egoísta y quiso más. Quiso que fueran más que amigos. Aparentemente, el hombre que amaba no podía darle eso. Le aconsejó a Ga Eul juntar todo su coraje y confesar sus sentimientos antes de que fuera tarde. Si no lo hacía, tal vez podría arrepentirse en el futuro.

Después de lo que pareció un largo tiempo, Yi Jung finalmente apareció con un visible vendaje en su mano derecha. A él le sorprendió ver a Ga Eul frente a su taller, sin embargo, pareció que no estaba contento con su presencia. Estaba demasiado ocupado con sus asuntos internos y en esta ocasión su presencia no fue bien recibida.

— ¿Cuál es el problema? —preguntó él—. No me gusta que las personas vengan sin ninguna razón.

Su tono fue grosero y poco acogedor. Bastaba para hacerle saber a Ga Eul que no era bien recibida, no obstante, ella decidió mantenerse firme en su resolución.

Yi Jung pasó por delante de Ga Eul y estaba a punto de entrar a su taller cuando de repente ella habló.

— Tengo una razón.

Fue entonces que Yi Jung giró la cabeza, esperando a que dijera la razón por la que había venido. Los rasgos de Ga Eul expresaban ansiedad mientras jugueteaba con la correa de su bolso. Estaba tensa y nerviosa por finalmente revelar lo que ella había llegado a sentir por el Casanova.

— Sunbae... ¿te gustaría salir conmigo? —pidió Ga Eul valientemente.

Al escucharla, Yi Jung se volvió hacia ella con una expresión de incredulidad y sorpresa. Nunca había esperado algo tan atrevido de la dulce y recata Ga Eul. Además, él era todo lo opuesto a ella, ¿cierto? Nunca sería su tipo... así que ¿por qué?

— ¿Una cita? —le preguntó una vez que estuvieron a salvo dentro de su taller—. ¿No hicimos eso la última vez? —preguntó. Mantuvo la expresión estoica en su rostro, ocultando por completo la sorpresa y el asombro de por qué Ga Eul actuaba de esa manera.

— No una falsa... una cita real... —explicó Ga Eul con una expresión esperanzada en el rostro.

— Ga Eul-yang, ¿te pasó algo malo? —preguntó Yi Jung, aún sin poder creer del todo lo que había escuchado de la plebeya Chu Ga Eul—. ¿O tal vez te botó un chico? —intentó bromear, recordando su primera cita de fantasía para vengarse del tipo que había botado a Ga Eul.

— No estoy jugando... —respondió Ga Eul seriamente. Su expresión era una mezcla de entusiasmo y determinación—. Tú... me gustas, Yi Jung... —confesó finalmente.

Yi Jung contempló con incredulidad a la mujer parada frente a él al escuchar sus palabras. Ella era Chu Ga Eul, la mujer cuya existencia era una contradicción a la suya, la mujer cuyos ideales estaban en completo contraste con su estilo de vida. Ella era la mujer a quien le había dedicado una vasija que hizo el día de San Valentín. La misma mujer a la que había llamado Jagiya y que encontró inexplicablemente divertida y asombrosa. Ella era también la misma mujer con la que había pasado una noche en un hotel sin hacer nada excepto dormir. Y aquí estaba, confesándole que le gustaba. Casi tan repentinamente, Yi Jung se vio a sí mismo incapaz de reaccionar. Le tomó algunos minutos antes de que finalmente comprendiera lo que ella había dicho.

Finalmente, Yi Jung sonrió con escepticismo antes de hablar.

— Komaowo... —comenzó él—. Gracias, pero... tengo algunas reglas cuando se trata de citas —explicó.

— ¿Reglas? —preguntó Ga Eul.

Yi Jung asintió con la cabeza.

— Número uno: no me meto con chicas buenas. Número dos: no me meto con chicas tontas. Número tres: nunca me meto con chicas relacionadas con mis amigos. —Con esto, miró a Ga Eul—. Ga Eul-yang , tú entras en los tres criterios. Lo sabes, ¿verdad? Así que... mi respuesta es no.

— Yi Jung... —Ga Eul iba a protestar con la desesperación grabada en su bonito rostro. Pero Yi Jung se lo impidió. Fácilmente la interrumpió y la apartó con frialdad.

— Ya sabes donde esta la salida...

Mirando hacia abajo y melancólica, Ga Eul no tuvo más opción que irse.

"Así que... así se siente ser rechazada...", pensó amargamente mientras se alejaba. Por lo menos lo intentó. Lentamente cogió su teléfono y marcó el número de Jae Joong. Con su voz sonando como un graznido, dijo:

— Me rechazó...

Una lágrima brotó de sus ojos.

Jae Joong suspiró.

— Bastardo estúpido... —susurró—. Dale tiempo, Ga Eul... estoy seguro de que él volverá... —dijo simplemente.

Por otro lado, en el momento en el que Ga Eul dejó su taller, las facciones de Yi Jung se convirtieron en una mezcla de horror y dolor. Dios sabía lo mucho que él había querido decir que sí. Saber que le gustaba a Ga Eul repentinamente aceleró su corazón y lo hizo latir rápidamente. Su confesión ciertamente lo había tomado por sorpresa. Ella, por sobre cualquier mujer, era alguien que tenía una posición fija en su vida. Sin embargo, por mucho que hubiese querido decir sí, él tuvo que decepcionarla. No quería manchar su inocencia. No quería hacerle daño.

Ella era demasiado preciosa para un bastardo como él.

« Continuará... »

Capturando al Casanova.  Yi Jeong & Ga EulWhere stories live. Discover now