Capitulo cinco. "Mas problemas"

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Capítulo cinco.

La nota me sorprendió, la cara de la reina blanca me ponía aún más nerviosa, cualquiera que estuviera haciendo esto, no estaba jugando. Era algo serio, demasiado.

Pero no podíamos darle el reino. Por mucho tiempo infratierra, o el país de las maravillas, estuvo bajo la reina roja, y todo mundo sufría, y si se lo entregáramos a quien fuera que había mandado la nota, no iba a ser mejor, sobretodo si nos amenazaba de esa forma.

Por un lado, quería que el reino no fuera perdido. Y por el otro, quería entregarlo, pues tenían al sombrerero, y no iban a parar hasta tenerlo.

Mis pensamientos fueron detenidos por un estruendoso grito, provenía de una mujer, no tan lejos. El grito se oía desesperado, triste, enloquecido y espantoso. Algo malo.

La reina blanca y yo atravesamos miradas, una estaba tan espantada como la otra.

Las dos, corrimos entre la gente hacia dónde oímos el grito. Llegamos a un pasillo, angosto y de mármol, todo blanco. Ahí, una joven estaba arrodillada a un lado de una persona, esta era algo mayor, pero no lograba ver su rostro.

Avanzamos más, y lo logre ver. Era un hombre viejo, como para ser el padre de la joven, pero estaba muerto.

La joven, tenía sangre en sus manos, y lágrimas en su rostro.

-¿Que paso? -dijo la reina blanca.

-No se -se interrumpió la joven, ya que se lanzó a llorar, poco después continuó -le dije a mi papa que ahorita vendría, que necesitaba ir al baño, y cuando regrese... Estaba aquí, muerto.

El hombre tenía una marca de guerra en el estómago, rodeada de sangre, parecía ser una herida hecha por una espada.

Estaba aterrada, y aún más por que sabía quien lo había hecho.

Me arrodille para ver mejor al cadáver, pues había notado algo raro, algo negro en su mano.

La abrí, y tenía tinta, algo espantoso. La marca de quien nos estaba persiguiendo. Un ojo ensangrentado rodeado por un triángulo.

Me pare y se lo comenté a la reina blanca, la cual se sorprendió pero no mucho, seguramente también lo había supuesto.

-Ven Alicia -me dijo y me dirigió fuera, a una habitación que se encontraba cerca, una vacía.

-¿Qué vamos a hacer? -me dijo espantada.

-No lo se, podríamos...

Mi voz fue detenida por un horrible estruendo a lo lejos, un sonido enorme, que nos dejo paralizadas a las dos.

Nos miramos, estábamos ya no sólo espantadas, sino aterradas.

Salimos de la habitación y recorrimos el pasillo corriendo, llegamos a otro pasillo, y ahí estaba lo peor.

Una de las paredes había explotado, era un lugar donde pasaba mucha gente, entonces había mínimo diez personas muertas en el suelo, ahora estábamos muertas de miedo, y sabíamos quien había sido.

Pero a pesar de ello, encontramos un papel en el suelo, el cual tenía el logo, el triángulo y el ojo.

Y lo supe, había gente que trabajaba para el del ojo ensangrentado en el castillo, pues el palacio estaba cubierto por muchos guardias, entonces nadie podía entrar sin ser revisado, pero no era posible hallar quien.

El enemigo estaba con nosotros, a nuestro alrededor.

Mi cabeza intentó encontrar una solución, que hacer al respecto. Pero no hallaba nada, no sabía que hacer, estaba perdida. Normalmente al estar perdida, el sombrerero o hasta absolem me ayudaban, pero ahora ninguno se encontraba.

Todo el mundo ya se encontraba histérico, pues no había forma de no estarlo.

Todos nos quedamos inmóviles, esperando que pasaría después, pero no llego nada. Así que decidí hablar.

-Debemos calmarnos, debemos tomar una decisión, si nos rendiremos... O lucharemos -dije.

La reina blanca asintió.

Y precisamente no paso nada después, había terminado. Por el momento.

Se me asigno un cuarto donde quedarme en el palacio, y uno de los guardias, me dijo que podría ir al comedor a cenar cuando yo quisiera.

Pero estaba exhausta, así que me recosté y me quede dormida. Y los sueños llegaron.

Me encontraba en un espacio blanco, probablemente en la nada. La Alicia de mi sueño estaba tranquila, como si el día de hoy no hubiera estado pesado.

De pronto apareció una silueta de espaldas delante de mi. Poco después se volteó, y se aclaró todo, logre distinguir quien era. El sombrerero.

Me abalance sobre el y lo abrace, llena de felicidad.

-¡Sombrerero! ¿Dónde has estado? -dije.

El no respondió, sólo sonrió, y después todo se convirtió en una pesadilla.

Aparecieron llamas debajo, y el se comenzó a quemar, retorciendo y gritando de dolor.

En ese instante me desperté, y comencé a llorar, llore hasta que me sacie, lo cual tardo demasiado.

Me pare y me fui al comedor, ahora si mi estómago rugía.

Dentro me encontré a la liebre, sentada en una mesa. Decidí primero ir por que iba a comer, y después iría a sentarme a su lado.

Elegí lo más normal que me encontré y me fui a la mesa.

-Hola -comente con una sonrisa mientras me sentaba en frente de ella.

Me asuste.

Ella estaba temblando, y sólo temblaba cuando algo malo pasaba.

-¿Que pasa? -dije inmediatamente.

-E.. El..

-¡¿El que?! -dije muy preocupada.

-Lo... Lo atacaron -contesto.

-¿A quien?

-Al conejo blanco.

Alicia en el pais de las maravillas.Where stories live. Discover now