Capítulo XV

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Mikoto le daba vueltas a las palabra de Ino, buscaba posibles rostros de quien pudo haber sido amante de su hijo "amante" de sólo pensar en esa palabra se sentía de algún modo ofendida. Por qué eso era sin lugar a dudas una falta de respeto hacia uno mismo. Pero en pleno siglo veintiuno parecía que aquella practica carecía de toda educación y se fortalecía cada vez más.

Mikoto continuó con sus pensamientos. ¿Quien pudo atraer a su amargado hijo? Solo Naru lo había logrado, pero dudaba, no, estaba segura de que Kushina podía ser grosera a la hora de hablar pero le había inculcado valores al rubio, ella podía jurarlo ¡si ambas se desvivieron por educar bien a sus retoños! No, Naruto Uzumaki Kamikaze era un buen niño, gritón y hasta confianzudo pero no un plato de segunda.

Pero y, ¿entonces quien? Se levanto de su cómodo sillón y decidió que lo mejor seria preguntar de manera directa a su hijo, apelaría por su modales y esperaba respuestas sin rodeos.

No hubo otra manera para ver a Naruto mas que ir hasta el departamento de Gaara y esperar a que el rubio apareciera. Los nervios se habían apoderado de el hacia mucho tiempo atrás. Afuera las ramas de los árboles se agitaban al ritmo que el viento les marcaba, suave, y con gracia. El cielo de la noche adornado por una hermosa luna llena qué orgullosa de su circunferencia perfecta se mostraba con un bonito tono ámbar. Sobre el asiento del copiloto yacían un par de hojas blancas que en la parte superior y en letras bastante mas grandes que el resto se podía leer "demanda de divorcio" y un perfecto sello tinta negra marco a que papel con un "aprobado".

Paso saliva cuando reconoció la silueta de Naruto caminando por la acera. Su cabello rubio cubierto en mayor parte por un gorro y una bufanda verde cubriendo su cuello, sobre sus hombros detecto una mochila marrón. Era perfecto. Siempre se veía perfecto.

Bajo del auto. Y sin dejar de mirar a su objetivo camino dando zancadas, quería tenerlo cerca.

Naruto tenía planeado beber con Gaara para celebrar su cumpleaños por adelantado, había invitado a Kakashi pero éste le había dicho que los donceles debían celebrar sin preocuparse por atenderlo a él.

Bostezo – pensando en seguida en lo cansado que se encontraba— sus párpados intentaron retirar las pequeñas lágrimas parpadeando a mayor velocidad.

Se limpio los lagrimales con un pañuelo.

—Naruto — fue escuchar su nombre con aquel tono que reconocería hasta la eternidad y de inmediato su sistema motriz fallo. Las rodillas casi se le doblan y las manos le temblaron.

Levanto la vista y ahí estaba, tal y como lo recordaba, serio, imponente, mirándole con es par de pozos negros.

No supo de donde le salio la voz para responder.

—Hola Sasuke — fue todo lo que pudo decir, luego pensó que el no tenía por que buscar conversación, fue el azabache quien le busco, entonces le correspondía hablar.

Quería tocarle, acariciar su mejilla así fuera con la punta de los dedos.
Pero Sasuke se contuvo siempre lo hacía.

— Yo quiero hablar contigo — miro alrededor — pero no aquí — pidió

—Lo que sea, habla, no es necesario ir a otro lado. — naruto fijo sus ojos añiles en el rostro de Sasuke.

Sasuke apretó con los dedos el sobre. Decidió que primero era hablar y explicar en breve los acontecimientos recientes.

Entre Ino y yo ya no hay nada, hoy recibí los papeles del divorcio— sin saber cómo Sasuke ya invadía el espacio personal de Naruto. — olvidemos esto cariño — agregó, mientras tomaba con ambas manos las mejillas ahora rojas y con un hilo de lágrimas del doncel.

Naruto recibió la noticia como cubo de agua helada en pleno invierno, aun así se las arreglo para serenarse, necesita repasar sus prioridades, saber que el era Naruto, hijo de dos maravillosas personas, un niño amado en todo momento, un adolescente soñador que creía que todos los matrimonios y relaciones debían ser como la de sus padres. Y no el Naruto que de pronto se vio con ambas manos a los costados esperando recibir un poco de cariño, un cariño que recibió a cambio de dejar de ser él.

—No Sasuke — negó con un nudo en la garganta.

El rostro del azabache se deformó en confusión

—¿Por qué no? — interrogo — Soy libre, nada nos impide ahora ser felices. — Sasuke beso las manos frías del doncel.

— ¿Es qué no te das cuenta? Acabas de obtener tu divorcio y ya quieres retomar lo que tuvimos. No eres capaz de saber como me siento, lo qué quiero, solo ves por ti, siempre es por ti. — susurro agotado,en voz baja.

Naruto limpio sus lágrimas con manga de su deportiva y el viento frío seco sus mejillas.

—Voy a salir del país — dijo con voz todavía ahogada por el llanto — ocupemos ese tiempo para pensar.

— No. — sentenció, el no quería estar más tiempo sin él ¿por qué no lo entendía el rubio? ¿Es que no tuvo suficiente sin él?

—Entonces adiós Sasuke

Naruto se alejo a pasos lentos.

—¡cuanto tiempo! —grito el Uchiha — Naruto aún de espaldas le respondió de igual forma

—Ocho meses, quizá más...

—¡Te voy a estar esperando Naruto! ¿me escuchaste?

Naruto acelero sus pasos, de pronto se dio cuenta que ya corría, qué huía pero no de Sasuke sino de él mismo por qué ese algo le pedía quedarse y aceptar de nuevo al azabache.

Amor Mio DejalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora