Mi primer beso (I)

CAPÍTULO 20

Estaba perdiendo la cabeza sin duda.

De repente él cortó el beso, puede que por falta de aire más que por otra cosa, pero aprovechó para poder hablar.

- Zafiro...quiero que te relajes, no voy a hacer eso. - no me di cuenta de lo tensa que estaba hasta que vi como mis manos agarraban sus hombros con bastante presión.

Por tanto aproveché para disculparme por mi arranqué al querer quitarle la camisa. - Siento haber... - pero él sabía por donde iba así que colocó un dedo en mis labios para callar mis palabras y después puso una sonrisa socarrona.

- La verdad es tenía que habérmela sacado antes...además ya habías visto mi cuerpo así que no hubiera habido problema. - me sonrojé ante el recuerdo de aquella vez en la que me había puesto nerviosa al verlo sin su camisa.

Iba protestar o a decir algo ingenioso pero antes de que pudiera intentarlo él me volvió a besar aunque esta vez este fue menos feroz que la anterior.

No nos habríamos separado de no ser porque alguien llamó a la puerta.

- ¿Zafiro? - era Crsitian.

Me había olvidado de Cristian y ahora él aparecía para recordarme lo que ayer quería dejar guardado en un cajón para centrarme en Eric.

- Oh no. - dije en un susurro. ¿Qué iba a hacer?

- No te preocupes. Me esconderé y tú hablarás lo mínimo con él para que se vaya pronto.

- No quiero que te escondas. No quiero ocultarte. - le dije.

Él me dio un beso rápido y dijo. - Zafiro, solo por esta vez. Haremos las cosas bien para no ocasionar ningún problema. Diamante ayer le dijo que yo te había llevado a casa porque te encontrabas muy mal, pero según ella, no se lo creyó. Solo mantente en esa versión.

- Está bien. - no me gustaba mentirle a Cristian y mucho menos esconder a Eric. No éramos criminales y él no tenía por qué hacerlo.

Antes de irse hacia el piso de arriba Eric me besó en la frente y oímos como Cristian volvía a llamar a la puerta con ansiedad.

- Zafiro, huelo la comida. No finjas que no estás ahí.

En cuanto Eric desapareció de mi campo de visión fui a abrir la puerta.

- Al fin abres,¿no? ¿Se puede saber por qué tardaste tanto?

Recordé la excusa de Diamante y la usé a mi favor.

- Cristian ¿te importaría comportarte? Todavía no me encuentro muy bien. - dije con una cara llena de malestar.

- Entonces¿es verdad?

- ¿El qué es verdad?

- Lo de que ayer te encontrabas mal y por eso te fuiste.

- ¡Pues claro que es verdad! ¿Cómo me iría así sin más sin un buen motivo? - dije aparentando estar molesta y al mismo tiempo, enferma.

- Pero ¿por qué no me avisaste? Zafiro, soy tu novio. Podía haberte cuidado. Y sin embargo te fuiste con él. Con Eric. - dijo furioso.

- Cristian, cálmate. Él me vio muy mal y se ofreció a llevarme.

- Podías haberlo rechazado y decirle que me avisara.

- Cristian, estaba super mal. Casi ni me di cuenta de lo que pasaba hasta que estuve en su coche. Espero que lo puedas entender.

Se quedó en silencio mirándome, de repente entró en la sala sin que pudiera detenerlo.

- Cristian...- rogué con la voz.- Estoy un poco cansada, ¿podrías dejarme un poco sola? No quiero discutir.

- No voy a discutir. Haré otra cosa que debía haber hecho hace mucho. - lo observé extrañada pero no hizo ningún movimiento en falso. Simplemente se quedó mirando la estancia. - Veo que has hecho mucha comida. ¿Esperas a alguien?

- No.

- ¿Segura?

- Cristian, creo que sé cuando invito a alguien a mi casa o no, lo que me recuerda que te pedí que te fueras. - me estaba enfadando así que no me molesté en aparentar estar muy enferma, sin embargo, en ese momento, me sentí enferma.

- No me voy a ir hasta que me digas a quién esperas.

- ¿Estás de broma? - ¿no me dejaría en paz?

- Zafiro...has hecho lo que has querido y no me has dejado avanzar nada. Ayer era una oportunidad perfecta y lo arruinaste y ahora ¿esperas que crea que todo eso te lo vas a comer tú? - investigó mi mirada.

- Yo no decidí ponerme enferma a posta. - dije clavando mi mirada en él. - Y, está bien -suspiré - Sí que espero a alguien.

En ese momento se puso furioso. - ¿A quién? A Eric ¿no?

- Déjalo ya.

- No hasta que me lo digas.- genial, no debía decirle que era Eric, porque además, se había quedado en mi casa besándome, pero tampoco tenía más opciones.

- Crsitian - dije con pausa.- He quedado con Diamante. - esperaba que no fuera a preguntarle y si lo hacía rezaba por que ella me ayudara.

- No te creo. A quién esperas es a Eric. Por eso no me lo quisiste decir. - hizo una pausa y dijo lo siguiente con más furia y los brazos cruzados a la altura del pecho. - Te estás liando con él a mi espaldas ¿no?

Yo no respondí.

- ¿Desde cuándo? No puedo creer que fueras capaz Zafiro.

- No serías el más indicado para hablar tampoco. - dije con furia. Él me obligaba a salir con él y ahora era todo culpa mía. - Y no te lo dije porque sabía que no me creerías.

- Entonces ¿es verdad?

- Te estoy diciendo que estaba esperando a Diamante. -evadí la pregunta.

- ¿Te estás liando con Eric? - el seguía en la misma postura que antes.

- Cristian, Eric y Zafiro salen juntos, ¿cómo se te ocurre?

- Yo no me creo que Zafiro esté saliendo con él.

- Y eso,¿por qué?

- Porque él te ama Zafiro. Se le nota a leguas.

Me quedé de piedra. ¿Acaso solo yo no me di cuenta?

- Y tú también lo estás de él, aunque seguramente no lo aceptes o no lo creas. - relajó su postura. - Puede que sea verdad que no te estés liando con él. - seguidamente cogió su teléfono y me pregunté a quién estaba llamando, pero supuse que había sido a Eric al ver que intentaba escucha algún teléfono ajeno a mi casa para ver si estaba por ahí. Seguidamente marcó otro número, supuse que sería Diamante. Palidecí.

- ¿Diamante? Soy Cristian,¿a qué hora venías a casa de Zafiro? - me sonrió con suficiencia pero al parecer la respuesta de ella no le agradó porque se puso tenso de nuevo. Parecía que ella le estaba echando la bronca y entonces él colgó dejándola con la palabra en la boca.

- ¿Contento? - dije airada.

- Sí y no, pero no te preocupes, eso lo soluciono yo ahora. - su mirada me asustó, ¿qué se proponía?

Entonces sin darme tiempo a reaccionar, me besó.