CAPÍTULO 12

346 20 7
                                    


- ¿Cómo? Es una broma, ¿no? 

- No. Zafiro, es la verdad.

- Pero, ¿¡Tú estás loco!?

- Sí, loco de amor por ti.- y dicho eso quiso agarrarme la cara para darme un beso, sin embargo yo lo aparté.

- Bonita forma de amar.- dije irónica.

- Zafiro, no te enfades.

- Mira, arreglaré esto.

- No creo que puedas.- me sorprendí.

- ¿Por qué?

Se quedó callado mientras me miraba con súplica en sus ojos. ¿Cómo se le había  ocurrido semejante idea? Y, entonces, recordé lo que me había dicho Diamante. ¿Acaso había hecho esto antes?

- Voy a llamar a mis padres. Tú quédate ahí.

No era muy devota a llamar a mis padres, pero, tenía que resolver esto cuanto antes.

- ¿Mamá? - pregunté desde la otra línea del teléfono.

- ¡Hola cariño! Ya nos han contado la noticia. No entiendo por qué no nos lo dijiste antes.

 <<Porque no lo supe hasta hace un minuto.>>

- Mamá, no quiero casarme.

- ¡Qué bromista eres! Ya nos contó Cristian que nos harías esta broma.

- ¿Qué? 

- ¿Te pasa algo hija? ¿Me llamabas sólo para eso?

-  Sí, siento haberte molestado.

- No pasa nada, pero sabes que es mejor que no nos llames. Si necesitas algo tienes a tu nana. 

<<Cómo no. Mi nana era mi verdadera madre.>>

- Claro, mamá. Adiós. - y colgó sin siquiera despedirse.

Estaba enfadada, muy enfadada.

- ¿¡Se puede saber que has hecho!? - pregunté histérica mientras iba hacia Cristian con una mirada fría.

- Lo que tenía que hacer.

- ¿¡Lo que tenías que hacer!? ¿¡Me estás tomando el pelo!?

- Yo te quiero.

- Cállate. No creo que sepas lo que conlleva esa palabra.

- Lo sé muy bien, y quieras o no, tengo derecho a que me des una oportunidad antes de que alguien te conquiste.

- Aunque te diera una oportunidad puede que nunca llegara a amarte.

- Si no lo intentas no lo sabrás, además, seguro que quedas enamorada de mí. Pondré todo mi esfuerzo en ello.

- No puedes forzar al amor.

- No intento forzarlo,pero, no quiero perderte sin luchar. Sé que puedo ser un buen chico para ti. Sé que puedo conseguir tu corazón, sólo déjame intentarlo.

Me quedé mirando fijo hacia el suelo. No sabía que hacer.  Si le decía que no, tendría que casarme con él, y nunca había tenido un novio como para casarme de golpe porrazo. Además, yo no lo amaba de la misma forma que él a mí, ¿cómo iba siquiera a comportarme como una enamorada?

- Tienes que dejar que lo piense.

- De acuerdo, aunque te recomiendo que no tardes en pensarlo.

Mi primer beso (I)Where stories live. Discover now