CAPÍTULO 13

300 21 3
                                    


- No puedes ver ni hablar con Eric.

- ¿Qué? - esta era la gota que colmaba el vaso. - ¿Pero quién te crees para poder pedirme eso?

Me cogió por los brazos y me zarandeó.- Zafiro, por dios, te lo estoy pidiendo por favor. ¿Tanto te cuesta? ?tanto te gusta ese hombre?

- ¿Esto lo haces por celos?

Suspiró mientras me miraba a los ojos.- Zafiro, puede que no te hayas dado cuenta, pero tú le amas y él a ti. No puedo permitir que él te tenga. Tengo que intentarlo con todas mis fuerzas, de ese modo, tal vez, puedas quedarte conmigo.

- ¡Estás loco! Aunque fuera verdad lo que dices...¿tengo que renunciar a un amigo por un simple enamoramiento?

- ¡No es un simple enamoramiento! Zafiro, me enloqueces, siento que me pierdo en un abismo si no despierto todos los días junto a ti. Lo único que pido es que durante un tiempo lo dejes de ver. ¿Es tanto pedir?

No quería seguir discutiendo. Estaba claro que en esa conversación la única que saldría perdiendo sería yo. - Está bien. Que sea lo que tú quieras.- y sin dejarle tiempo a que siguiera hablando me fui a casa.


Al llegar dejé mi mochila en el suelo de mi habitación y me tumbé en la cama, sin ganas, pero obligada tuve que pensar en todo lo que había ocurrido en escasas horas y en lo que tendría que hacer durante un tiempo demasiado largo. Entre tanto, recibí dos mensajes. Uno era de Cristian y otro de Eric.


Cristian:

"Gracias por aceptar lo que te he pedido. No te arrepentirás."


Eric:

"Hola preciosa, me he quedado preocupado por lo de antes. ¿De verdad que estás bien? ¿Quieres hablarlo? Sabes que conmigo siempre podrás contar, para lo que sea, por difícil o extraña que sea la situación. 

Descansa, princesa."


¿Si estaba bien? No, claro que no, no obstante, tampoco creía que pudiera hablarlo. Sin saber que hacer no contesté a ninguno de los mensajes.



Ya estaba decidido, no habría vuelta de hoja. Iba a acabar con esto de una vez por todas.


Cogí el vestido que Cristian me había dejado debajo de mi cama, fui a su casa y llamé al timbre. En cuanto abrió la puerta y me vio, sonrió. 

- ¡Hola Zafiro! ¿Qué necesitas? Oh, veo que traes tu vestido. ¿Has decidido casarte?

- ¿En qué clase de retorcida dimensión yo sería tan estúpida como para casarme contigo de esta forma? - fue entonces cuando se puso serio.

- Sabes que si no aceptas...

- Oh, por dios, cállate y déjame hablar. Deja de creerte el centro del universo. Aquí no solo mandas tú. Deja de ser tan egocéntrico.

Se quedó callado durante unos minutos para después decir - Te escucho.

Cogí el mechero que había encontrado en la cocina y prendí fuego al vestido que Cristian me había regalado para mi supuesta boda con él.

- ¿Qué haces? - preguntó extrañado y un poco histérico.

Tiré el vestido a sus pies. - Acepto. Seré tu novia, pero no me casaré contigo, sin embargo yo también tengo algunas condiciones.- le miré y cuando él iba a protestar le corté.- Si no eres capaz de cumplirlas atente a las consecuencias. Si tanto me amas como dices no creo que te importe.

Mi primer beso (I)Where stories live. Discover now