Dream Machine (KOS Temporada 2. Tom Kaulitz Fanfiction)

Capítulo Veintitrés. Ahora Lo Siento En Mis Huesos (1/2)

// ¡Es cortito y lo siento!

(Y no hay musica porque me explota el cerebro x_x)  //

Alcé la cabeza al darme cuenta de que me había quedado dormida. Respiré profundamente por la nariz y cerré los ojos al esconder un bostezo.

Sarah a mi lado observaba la pantalla de su computadora atentamente. Rachel, del otro lado, lucía un poco más despierta que yo. Era obvio que ninguna podía seguirle el paso a la más pequeña de las tres. Nos tumbamos en su cama un par de horas más temprano para ver alguna película. Aquello se convirtió en un maratón al que solamente Sarah podía sobrevivir sin cabecear.

- Oye, ¿y si nos vamos a dormir? – Sugerí.

Rachel asintió.

Nuestra hermana mayor se quedó con nosotros aquel fin de semana mientras Ben estaba en una convención fuera de la ciudad, Miles se quedó dormido horas antes y encontré alentador el darme cuenta de que a su corta edad ya dormía toda la noche algunas noches.

- ¿Tienen sueño? – Sarah puso pausa a la película y vimos a Chris Evans detenerse en medio de una palabra.

- Sí. – Respondimos Rachel y yo al unísono.

Con un suspiró cerró la portátil y dejó que Rachel la pusiera a un lado.

- Necesito ir al baño. – Me llevé las manos al rostro.

Esa noche dormimos las tres juntas en la cama de Sarah del mismo modo que lo hacíamos cuando éramos pequeñas y dormíamos todas en una misma cama. En alguna ocasión papá tuvo que llamarnos la atención por hacer ruido y estar despiertas durante la madrugada, éramos un grupo de niñas entonces y aunque le molestara ahora sabíamos que lo extrañaba; fue él quien sugirió la idea de que nos quedáramos todas juntas mientras cenábamos abajo.
Mamá lo abrazó y nos sonrió, obviamente para las tres ellos dos habían hablado al respecto mientras nosotras nos distraíamos jugando con Miles.

Unos días, "unos días" me prometió Tom que estaría en casa de mis padres. "Unos días" que se convirtieron en tres semanas. ¡Tres semanas! Incluso Sarah estaba enfadada.

A ninguna de las dos nos pidieron opinión respecto a eso, y los días en Miami eran aburridísimos... Sarah y yo vimos tantas series y películas como pudimos, ayudamos a mamá con la comida e incluso aprendí un par de cosas sobre el negocio de papá después de ayudarlo a revisar las cuentas. Aun con las pequeñas distracciones, no tenía a mis amigos ahí.

Mis primos no hacían más que ir de fiesta y en esos días no era eso lo que más deseaba hacer, Sarah y yo salimos con ellos en una sola ocasión y terminamos por escondernos en un cubículo del baño en un club para llamar a mamá y pedirle que fuera por nosotras. Afuera todo era una locura que mi hermana y yo no estábamos de humor para soportar. Las risas de Tom cuando le conté del incidente por teléfono tampoco me hicieron gracia.

- ¿Llamaste a tu madre? – Lo escuché reír.

- ¿Qué otra cosa podía hacer? – Pregunté de mal humor.

Tom dejó salir una carcajada.

- No lo sé, ¡pedir un vaso de agua y aguantarte! – Sugirió.

Me llevé una mano a la barriga y suspiré para no decirle todas las cosas no demasiado positivas que tenía en mente. Me fastidiaba no poder estar con él, y me fastidiaba un poco más pensar que mis padres podrían notarlo.

Estaba sentada afuera y veía a Sara tumbada en una cama inflable en medio de la piscina tomando el sol. De alguna forma, Sarah no parecía la mitad de fastidiada que yo, tan solo estaba más activa de lo normal, en realidad si algo en ella me parecía extraño era que tenía más energía de la que había tenido en los últimos meses.