Capítulo 16

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Malcom estaba muy quieto. Cerró los ojos intentando contenerse e hizo varias respiraciones profundas mientras pensaba en las locuras de esa mujer. ¡Por dios!, ¿podía meterlo en más líos?, ahora iban a tener un bebé, ¡un bebé!, ¡dios mío!...hummm, le encantaría tener un hijo, un hijo con Laura, sería fantástico, pero aún le gustaría más el hecho de hacer el niño...sí, eso le gustaría mucho más, enormemente más.
Abrió los ojos y la vió parada ante sí, se retorcía un poco las manos, y parecía un poco afligida, pero era tan hermosa, todo curvas y recovecos, si se atreviera....

Laura miraba al guerrero un poco asustada. No había dicho una palabra, se había quedado ahí quieto con los ojos cerrados y más tieso que un palo.
¿Habría entrado en shock?¿le habría dado algún tipo de ataque?, vamos...tampoco era tan malo lo que había dicho. Un bebé, eso es una gran alegría, a ella le encantaría tener un bebé de Malcom, bueno, aunque hacer el bebé le gustaría muchísimo más, de hecho estaba empezando a desesperarse un poco, ¿se había vuelto una loca lasciva?, ¿porqué no le pasaba lo mismo con Miguel?. Apartó los pensamientos sobre su marido a un lado, y empezó a tramar un plan para que Malcom entendiera porqué hizo lo que hizo.

- Bueno...yo...Laura carraspeó  mirando a Malcom.
-No...dijo él...espera...y la agarró del brazo. Vamos a hablar a otra parte, comenzando a arrastrarla a través del salón hacia las escaleras. Laura saludó con la mano a Raven que estaba ante la chimenea con Tokeller. Ambos observaban a la pareja alejarse hacia el piso superior.

Raven se giró hacia Tokeller con una gran sonrisa.
-Estos recién casados...quien tubiera a su dama cerca.
-Si...claro, parece que están muy...enamorados.
Raven lo miró serio, ese hombre le daba mala espina.

Malcom siguió tirando de Laura hasta que entró en los aposentos de ella y cerró la puerta con el pié de un empujón. La soltó y se plantó delante de la puerta con los brazos cruzados y el ceño fruncido.

- Ahora puedes contarme como hemos llegados a esto de ser padres.

Laura comenzó a pasearse por la habitación intentando organizar en su mente lo que quería decir, sin que él se enfadara.

- Pues bajaba a las cocinas....no,eso no es importante...me vió el guerrero Feroe....eso da igual, bueno....que no me gustaba su forma de interrogarme y pensé, que haría mi matrimonio más sólido...y me salió así, natural, como si nada...bueno...eso...enhorabuena papi. Sonrió mirándole a la cara

Malcom la miraba sin decir palabra, suspiró y dió un paso hacia ella.

- Yo lo he intentado esposa, pero tu lo haces muy difícil. Se acercaba a ella mientras se quitaba el cinturón con la espada que dejó caer al suelo. Luego se quitó la camisa en un solo movimiento dejando al descubierto un imponente pecho cubierto de vello rubio y algunas cicatrices. Siguió caminando hacia ella cuando puso su mano en el lazo de los pantalones.

Laura lo miraba con los ojos como platos, ¡madre mía! es un dios dorado, y viene hacia mí, que no se detenga  ¡por dios!.

- Bueno esposa, estoy cansado de tantas mentiras, creo que no nos queda más remedio que ponernos manos a la obra y hacer ese bebé, y por los dioses que voy a disfrutarlo, y mucho. La miraba con fuego en los ojos mientras se colocaba frente a ella.
Malcom alargó la mano y quitó el pasador del pelo de Laura para que cayera libre. Luego con mucho cuidado acercó sus labios a los de la mujer, se moría de ganas por saborearla, pero no iba a forzarla, si notaba el mínimo rechazo la dejaría ir.
Laura no podía resistirse, su sueño se estaba haciendo realidad, tenía a ese hermoso guerrero todo para ella.
Se unieron en un apasionado beso, ella le echó los brazos al cuello apretándole fuerte, mientras él la alzaba y con ella agarrada se sentaba en la cama colocándola en su regazo.
Ella le pasaba las manos por todo el cuerpo, por encima de las cicatrices, y se las besaba diciéndole que era hermoso, él no la creía pero como la notaba excitada le agradecía que no le importara su fealdad.
Malcom lamentaba que no llevara aquel saco horrible que hubiera podido quitarle rápido, y no  toda esa cantidad de ropa. Puso una mano en su muslo caliente y comenzó a subir su mano hacia arriba a la vez que se acercaba al centro de su placer. Laura se removió en su regazo, estaba excitada y tenía prisa, lo necesitaba ya. Se movió un poco y notó que su marido estaba tan excitado como ella. Ya no podía aguantar, lo  empujó con fuerza para que cayera sobre el colchón con ella encima.
- Esposo, te deseo, no tengo tiempo para ser delicada, o comportarme como una dulce dama medieval, te necesito dentro de mi, y como mujer del siglo XXI, tomo lo que deseo y te deseo a ti.
Malcom no entendía lo que le decía Laura, estaba tan excitado que solo podía pensar en estar dentro de ella.

De pronto sonó un fuerte golpe en la puerta.

-Malcom, Malcom!!!...el laird dice que debes bajar, hay una visita esperándote, gritó Feodor, uno de los soldados, con voz insistente.

Laura se quedó petrificada, no podía pasarle eso a ella cuando estaba cerca, tan cerca de culminar su pasión ¡leches!, ¡que mala suerte¡, y con un quejido agónico comenzó a bajarse del regazo de su marido quedando tumbada boca arriba en el lecho.

Era una pesadilla, si señor, eso....iba a explotar, y tenían que venir a molestarlo en ese momento crucial, que dolor, no estaba en condiciones de ir a ver a nadie.

- Ahora voy Feodor, enseguida bajo, gritó Malcom hacia la puerta.

Se puso una mano sobre la frente, mientras intentaba calmarse.

- Lo siento Laura, le dijo mientras se incorporaba con dificultad, tendré que bajar, lo ordena el laird, hummm..., bueno..., yo...
- No te preocupes, ve, será importante.

Malcom se incorporó y comenzó a vestirse, dirigiéndose hacia la puerta, antes de abrirla para irse echó un vistazo hacia la cama, donde Laura seguía echada con las faldas alrededor de los muslos, y la respiración agitada, una visión excitante, que esfuerzo irse de su lado, suspiró, y salió fuera del cuarto.

Se oían voces en el salón, y apartando a un lado la visión de Laura, se dirigió hacia ellas.

Era un grupo pequeño de hombres que parecía estar protegiendo a una mujer que estaba de espaldas. El laird Raven miró a Malcom e hizo callar a los hombres.

- Malcom, hermano, tienes una visita que llega de lejos, le dijo seriamente.

La mujer se giró sonriente.

- Tenía ganas de conocerte Malcom, le dijo acercándose, soy Íngrid, tu prometida.

En Mis Sueños (Historia Completa)Where stories live. Discover now