Capítulo 14

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Salía una columna de humo de la maltrecha cabaña, Malcom y Raven descendieron de sus monturas y ataron sus caballos a una rama.
Al acercarse a la puerta de la casucha oyeron  fuertes carcajadas.

- Muy triste no se oye a tu esposa amigo. Le dijo Raven a Malcom palmeándole la espalda e instándole a seguirle hacia la puerta.
- Espero que no estén riéndose de mi, creo que mi ego no lo soportaría, masculló Malcom frunciendo el ceño y siguiendo a su amigo.

Laura y Tekel se estaban riendo cuando sonaron unos fuertes golpes en la puerta. Tekel respiró profundamente para serenarse y abrir con semblante tranquilo. Llevaba la melena pelirroja toda revuelta así que se paró ante la puerta y se pasó las manos por el pelo para intentar controlar sus rizos, luego se dispuso a abrir.

Cuando abrió la puerta se llevó una tremenda impresión, ante sí estaba el laird, Raven, hacía mucho tiempo que no lo veía, se quedó atorada mirándolo fíjamente.
Raven...pensó...¡dios!, no había cambiado nada en este tiempo que no se habían visto, seguía siendo un ejemplar masculino magnífico con ese pelo negro y los ojos grises mas hermosos que había visto. Era alto y musculoso, aunque no tanto como Malcom, pero perfecto igualmente.
Raven la miraba intensamente, seguía siendo la mujer más hermosa que había visto nunca, alta y delgada como un junco, con aquellos maravillosos ojos verdes y el pelo, fuego, fuego rizado, lo que daría por hundir su cara en ese pelo....

Laura vió que su amiga no se movía de la puerta así que se acercó y los vió a ambos mirándose fíjamente, así que carraspeo fuerte, y le dió un empujoncito a Tekel, que se apartó con las mejillas ardiendo.

-Eh...bienvenido mi laird...pase, invitó Tekel algo nerviosa, y usted Malcom, también es bienvenido.

Los dos hombres entraron en la casucha haciendo que pareciera más pequeña de repente.

-Y a que se debe este honor....que dos guerreros importantes vengan a visitarnos,...bueno, me imagino que Malcom ha venido a por su recientísima esposa, pero que venga nuestro laird...eso si es una sorpresa. Ahora que se había recuperado de la impresión, Tekel tenía una actitud a la defensiva, estaba tensa con los puños apretados.

Raven miraba a Tekel muy serio, se podía cortar la tensión y la electricidad entre ellos.

-Bueno, ejem. - carraspeo Malcom- que dirigiéndose con paso firme hacia la mesa se sentó, -ven Laura, tenemos que hablar.

No parecía enfadado, pensó Laura, que caminó despacio hacia la mesa y se sentó frente a él. Malcom miraba con el ceño fruncido a Raven y a Tekel, que habían comenzado a conversar en el otro extremo de la habitación.

- Malcom, lo siento mucho, debes estar enfadado, no te preocupes - dijo agarrándole una mano -, voy a arreglarlo, he buscado información, he ido a ver a una amiga que trabaja en un museo, hemos buscado en la red...uhummm( ya empezaba a parlotear) y puedes divorciarte de mí fácilmente, resumió.
- Para..., de dijo levantando una mano, no había entendido ni una palabra de lo que había dicho, solo "divorcio".
- Pero...
- No mujer, vamos a permanecer casados. Malcom se había asustado mucho al oír la palabra divorcio de los labios de Laura, no iba a perderla antes de conocerla, no señor...ya se inventaría algo.
- Ehhhh...ummm...tienes que permanecer casada para protegerme de los guerreros Feroe por lo menos durante un tiempo. Y tienes que fingir bien para que se lo crean, sí, eso, ser amorosa y demostrar cuanto amas a tu marido.
- Bueno, ehhh, eso intenté, protegerte, y no parecías especialmente contento. Laura estaba confusa, no entendía a este hombre, y la desconcertaba, además de que se desconcentraba  cuando lo tenía cerca, lo mirara por donde lo mirara era un espécimen espectacular, que se quitara Brad Pitt en sus buenos tiempos, y Andrés Velencoso, este hombre le hacía subir la temperatura solo con estar cerca, no quería ni imaginarse que pasaría si lo veía desnudo....estaba deseando verlo.

- Bueno...entonces está todo claro, vendrás conmigo al castillo y ejercerás de esposa amorosa, y luego...bueno...luego ya veremos. Así que vamos, dijo levantándose y echando a andar hacia la puerta.

Laura miró hacia donde estaba su amiga.
- Tekel, tengo que despedirme de ti, porque me vuelvo al castillo a ayudar a Malcom..., y a Horag por supuesto, tengo que ver como está. Mientras hablaba se acercaba a Malcom que permanecía de pié ante la puerta.

Tekel se acercó a Laura y la abrazó y le susurró al oído:
- Recuerda que eres un ejemplo para todas nosotras, disfruta....y cuéntamelo todo otro día...jejeje.

Todos salieron fuera,  y los hombres montaron en sus enormes caballos.
- ¿No podemos ir caminando hasta el castillo?, preguntó Laura parada a uno de los lados del caballo de Malcom.
-Tardaríamos una hora y media en llegar, es más rápido ir en los caballos, le dijo el laird echando su caballo a caminar hacia el bosquecillo.
- Ven, mujer, súbete conmigo, le dijo su esposo palmeando a su caballo.

Laura no sabía montar a caballo, y después de su última experiencia no le apetecía nada estar pegada a ese hombre.
Estar apretada contra él le hacía tener todo tipo de pensamientos lascivos. No sabía cuanto tiempo podría controlar el lanzarse sobre él y hacer el ridículo más espantoso.

Estaba parada, perdida en sus pensamientos cuando un brazo enorme la levantó y la sentó de golpe delante de sí. Malcom no tenía ni una pizca de paciencia para las tonterías, le gustaban las cosas a su manera.

Se volvió con el ceño fruncido hacia su marido.
-Querido esposo, creo que te expliqué claramente lo de zarandearme a tu gusto para aquí y para allá.
-Querida esposa, le dijo él socarrón, las esposas obedecen a sus maridos. Y la apretó contra sí.

Laura miró hacia Tekel que los observaba alejarse, levantó su mano para despedirse cuando oyó la voz de Tekel en grito:
- ¡Disfruta! ¡Es tu noche de bodas!...y hasta ella llegó su alegre carcajada.

En Mis Sueños (Historia Completa)Where stories live. Discover now