Capítulo 7

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La habitación estaba silenciosa. Era una sala oscura donde el pesado olor a enfermedad caía sobre el joven enfermo que yacía inmóvil en la cama.
Las ventanas estaban tapadas y la única luz de una vela no iluminaba suficiente para verle el rostro. En el otro extremo de la habitación un alegre fuego iluminada un poco más la estancia. Hacía mucho calor.

Laura se acercó despacio al chico e instintivamente le puso una mano sobre la frente. Ardía. Comenzó a ponerse nerviosa, ella no era médico, era en simple auxiliar de enfermería. Pidió a Malcom que girara al chico para inspeccionar la herida. Malcom asió a Horag con mucho cuidado girándolo de costado para que la mujer la viera.

Laura se quedó horrorizada, intentó que no se le notara en el rostro, pero el guerrero que la miraba fíjamente se dio cuenta.

- Sabes que esto es muy grave, verdad, dijo mirándole directamente a los ojos. Puede morir en cualquier momento.
-Tu lo curarás. Seguro que puedes.
-Puedo intentarlo, pero debes saber que seguramente fracasaré.
Malcom estaba desolado, todas sus esperanzas estaban en esa mujer.
-No, tu lo curarás, o si no....
-¿Me estás amenazando?, dijo Laura poniendo los brazos en jarras.
Malcom se pasó una mano por la cara, y suspiró profundamente.
-Haz lo que puedas, lo que sea, ...por favor.

Laura lo miró fíjamente.
-Te recuerdo que yo no soy curandera, pero bueno, algo intentaré....no esperes demasiado de mí. Necesito velas, mucha luz, necesito tela limpia y un caldero de agua al fuego. También necesito una bañera, jabón, y la daga mejor afilada y más fina que encuentres. Manda a dos criados para ayudarme con Horag, y una criada para que cambie la cama. Mientras Laura daba órdenes se acercó a una de las ventanas tapadas con un tapiz, y lo arrancó dejando que la brisa fresca de la noche entrara en la habitación.

Malcom escuchaba sus órdenes y miraba a la mujer moviéndose por la estancia mientras se arremangaba las mangas del vestido.

-¡Venga!, no hay tiempo que perder - le gritó a Malcom mientras se dirigía a observar más de cerca la herida de Horag.

Era de unos 4 cm., parecía una herida limpia, pero se había infectado, impidiendo que la carne cicatrizase. Al tacto la zona estaba caliente, y si presionaba un poco salia pus. Tenía muy mala pinta. Habría que limpiarla.

Cuando llegaron los criados con la bañera les hizo llenarla con agua templada. Mientras ella fue presionando la herida para que saliera toda la infección, menos mal que el chico estaba inconsciente.

Malcom la miraba desde una esquina de la habitación. Parecía saber lo que se hacía, ahora por lo menos se podía entrar al cuarto sin que el hedor te tumbara.

-Vamos, coged a Horag con cuidado, hay que desnudarlo y meterlo en la bañera.
-¡Parad inmediatamente!, ¡estáis loca! No podéis bañar al chico, es mi niño, morirá, chilló la madre de Horag entrando como una tromba y abrazándose al cuerpo inerte de su pequeño.
-Calina- dijo Malcom- ella solo intenta ayudar.
-Señora, su hijo no morirá por bañarse, el agua es para bajarle la fiebre, que esta muy alta, luego habrá que limpiarle la herida bien.
-Pero...yo...tengo miedo. Y Calina comenzó a llorar sin parar, no encontraba consuelo.
-Malcom, llevatelá o no podre hacer nada por el chico. Para eso me has traído ¿no?. Se acercó a él y le puso una mano en el antebrazo (duro como una roca), déjame intentarlo.

Malcom asintió con la cabeza y se llevo a la madre casi a rastras.

Tuvieron una media hora a Horag dentro del agua templada, hasta que se enfrió, en ningún momento recuperó la consciencia. Mientras Laura nerviosa dispuso todo lo necesario para limpiar y suturar la herida.
Mandó introducir en el agua hirviendo la daga que trajo Malcom y el hilo y la aguja que le proporcionó una de las criadas. Estaba asustada.

Colocaron al chico encima de una mesa rodeado de las velas que había pedido para ver bien.

-Bueno (dijo para nadie en concreto), primero volveré a presionar la herida.
Y se dispuso a hacerlo, ya no salía nada purulento, solo un hilo de sangre fresca, eso era bueno. Se acercó al caldero, que aunque estaba muy caliente, ya no hervía y después de mirarlo fíjamente un momento metió la mano para sacar la daga.
- ¡Estás loca!- gritó Malcom corriendo hacia ella.
-¡no!, no toques ni mi brazo ni la daga, es por los gérmenes y las bacterias....ya se que no me entiendes, pero déjame hacer, por favor.

Se acercó a Horag, y respirando profundamente comenzó a cortar por todo el filo de la herida para quitar la carne putrefacta. Esperaba no marearse ni vomitar.
Malcom la observaba atónito. Estaba recortando la herida, la sangre caía en sus manos, en la mesa y en el suelo. Ella estaba totalmente concentrada, se había recogido el pelo de cualquier forma, tenía uno de los brazos enrojecidos, y se mordía el labio mientras trabajaba. Nadie en la habitación hacía ningún ruido, solo se oía el respirar lento de Horag, y el crepitar del fuego.
-Bueno ya estoy lista para coser- suspiró Laura. Se labó bien las manos con una palangana y jabón, y luego volvió a introducir su mano en el caldero para coger la aguja y el hilo.
Comenzó a coser con gran concentración, estirando con cuidado ambas partes de la herida para que quedara bien sellada. Después de unos minutos, limpió bien toda la zona, y dio órdenes a los criados para que lo trasladaran a la cama y lo vistieran.
Volvió a ponerle la mano en la frente, por ahora estaba fresca, pero no sabía cuanto duraría así.

Laura suspiró, estaba agotada, también estaba nerviosa y ansiosa porque no era lo mismo curar unas heriditas de su hijo en el s.XXI, que hacer lo que había hecho.

-Laura -la llamó Malcom-, tienes un aspecto horroroso, deja que Selina, - dijo señalando a una criada- te lleve a tu cuarto para que descanses.
Ella solo asintió con la cabeza, solo quería quitarse de encima la sangre del niño y relajarse un poco. Siguió a la criada hasta una sala gemela a la que estaba el niño. En el centro de la habitación había una enorme bañera de agua humeante que la atraía poderosamente.
Comenzó a desnudarse mientras le daba las gracias a Selina.
-Puedes hacer lo que quieras con ese vestido, está manchado de sangre - dijo mientras se metía en la bañera.

En Mis Sueños (Historia Completa)Where stories live. Discover now