Capítulo 6

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Laura y Tekel estaban cenando frente al hogar cuando oyeron un caballo, y unas fuertes pisadas que se dirigían a su puerta. Se miraron con extrañeza porque nadie las visitaba nunca a esas horas.
Sonaron unos fuertes golpes en la puerta y Tekel se apresuró a abrir.

Malcom ocupaba todo el hueco de la puerta. Laura se quedó mirándolo con la boca abierta con la cucharada de sopa que iba a comerse a mitad de camino. Era hermoso, no había otra palabra, enorme, musculoso, con el cabello rubio cayéndole por los hombros y aquellos ojos, ¡eran violeta!. No podía apartar sus ojos de él, entonces se dió cuenta de que no había ido sonriente a buscarla para perderse juntos en la oscuridad de la noche, tenía un gesto adusto en su cara, ni un atisbo de sonrisa embellecía su rostro. De hecho parecía estar en tensión.

Malcom esperaba esa reacción, la muchacha morena que estaba comiendo se había quedado con la boca abierta, era normal, él era horroroso, pero le dolió la mirada de la chica. Giró la cabeza y vió a Tekel, la conocía de vista, ella era una de las pocas que lo miraba normal, como si su cara no estuviera cruzada por una horrenda cicatriz.

- Siento molestarlas muchachas. He venido porque necesito ayuda. El joven Horag está muy enfermo y Mairi me ha dicho que Laura podría ayudarle. Miró directamente hacia ella, que ya había sido capaz de cerrar la boca y dejar la cuchara en el plato.
-Bueno yo....- Laura comenzó a balbucear, ¡por dios!, parecía una adolescente fanática delante de su estrella de rock favorita. Ese hombre le hacía sentir temblores en lugares ya olvidados.
-Tiene que venir, gruñó Malcom dando un par de pasos para adentrarse en la estancia. Al acercarse a Laura, esta se puso de pié y lo miró fijamente.
Malcom la inspeccionó un poco, aspiró fuerte por la nariz, llegándole el rico aroma de la sopa y de las hiervas que colgaban del techo - por lo menos no huele mal, no lo podría volver a soportarlo. Miró a la mujer, era de estatura media, con una melena color chocolate igual que sus ojos, y un poco entrada en carnes, aunque no podía ver mucho porque llevaba un saco puesto, una cosa horrible e informe que no dejaba ver como era en realidad.
- Pero yo no soy médico...digo...curandera.
-Me da igual lo que seas, curaste a la familia de Mairi, y Horag te necesita- ladró Malcom y empezó a impacientarse porque la chica no parecía querer ayudarlo.
-Pero yo....Laura no sabía que hacer, una cosa era colocar un hueso, o poner un emplaste, (que tuvo que consultar en su lugar de información favorito, GOOGLE), pero si el chico estaba tan mal....

A Malcom ya no le quedaba paciencia, así que acortó la distancia hasta llegar a Laura y la cogió del brazo comenzando a arrastrarla hacia afuera.

- ¡Oye!...que no soy un muñeco para que me zarandees así....¡escucha!.
Malcom siguió tirando de ella, sacándola de la casa y acercándola a su caballo sin hacer caso de los intentos de la mujer para zafarse, luego la cogió por la cintura y la subió de golpe al caballo. Laura sintió un fuerte golpe en sus nalgas cuando chocó con la espalda del caballo. Se iba a matar, no había montura, ese hombre era un neandertal, guapísimo sí, pero un bruto. Malcom montó haciendo que sus cuerpos chocaran.

Laura se giró a mirar hacia la cabaña, Tekel estaba en la puerta con una enorme sonrisa y le guiñó un ojo.
- Ya te dije que encontraríamos una solución.
-Pues no se si me gusta- la rebatió Laura.
- Cuida bien de mi amiga- le gritó Tekel a Malcom mientras comenzaban a alejarse.

Malcom llevaba a Laura apretada contra su pecho. La mujer no hacía más que balancearse de un lado al otro del caballo, desequilibrándose peligrosamente, si la soltaba se caería.
-Estate quieta mujer, nos vas a tirar del caballo, gruñó.
-No me gustan los caballos ( mentira), y no se me da bien montar( mentira cochina, no se montar en absoluto), le dijo con voz queda.
-Debes ser la única persona en el mundo que monta como un saco de patatas, bufo él.
-¡La culpa es tuya!, me estás estrujando, me aprietas tanto el estómago que se me saldrá por la boca la sopa que cené, chilló.
-No hagas tanto ruido, estás asustando a la fauna, le recordó él.
-Yo no chillo, solo hablo fuerte.

Dejaron de hablar durante un rato, Laura lo sentía pegado a ella desde la nuca a las nalgas, le sentía firme y caliente, menos mal que había oscurecido porque debía tener la cara más roja que un tomate, se estaba excitando solo de estar cerca, ¡que horror!, tendría que controlar sus pensamientos o se le tiraría encima y quedaría en ridículo.

Malcom estaba sufriendo, con cada balanceo del caballo la mujer se restregaba en él, era suave, y olía bien. Hacía mucho que no estaba con una mujer. Le dolía el horror con el que miraban sus cicatrices. Suspiró y rezó para llegar pronto al castillo.

Cuando llegaron se bajó de un salto, y agarró a Laura depositándola en el suelo. Ella se tambaleó y casi se cae al suelo si él no hubiera sido rápido en agarrarla fuerte.
Laura no podía pensar, tenía a un espécimen impresionante de hombre pegado a ella del pecho a las rodillas, iba a entrar en combustión.
Dio un paso vacilante hacia atrás separándose un poco, no quería abochornarse lanzándose a besarlo en medio del patio del castillo.

-Vamos a ver al chico - balbuceó ella echando a caminar vacilante hacia el interior del castillo.

En Mis Sueños (Historia Completa)Where stories live. Discover now