Capítulo 15

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Laura tenía la mano sobre la frente de Horag.

- No tienes fiebre, perfecto. ¿Cómo te encuentras chico?. Horag se había despertado hacía unos momentos y estaba un poco deshubicado.
- Me duele el costado y el brazo...¿qué ha pasado?, solo recuerdo que olí las galletas de la cocinera y bajé corriendo las escaleras a por una.
- Te caíste, pero bueno, ahora ya estás bien, solo tienes que descansar.
- ¿Ya no quedan galletas?, me muero por una...tengo hambre.
- Enseguida te traeremos algo para comer, le sonrió Laura mientras le acariciaba la frente.
- Avisaremos a tu madre.
-¿ Y tu quien eres?, nunca te había visto.
- Oh!, yo no soy nadie, solo Laura, la esposa de Malcom.
El chico la miró con los ojos desorbitados
-Pero si Malcom no está casado, no, no, ¿cuanto tiempo he estado enfermo?,
¡madre mía!.
- Tranquilo Horag, seguro que Malcom te lo cuenta todo, dijo mirando hacia la puerta. Su marido acababa de entrar muy serio, pero se le iluminaron los ojos al ver que el muchacho estaba despierto.
-¡Chico! ¡estás despierto! Vaya perezoso estás hecho....esta no es forma de librarte de tus obligaciones, le dijo guiñándole un ojo.

Laura miraba asombrada a Malcom, su cara se había transformado al mirar al niño, su siempre serio rostro, mostraba tanto cariño por el chico, que empezó a ponerse un poco celosa, ojalá la mirara a ella así y no con el ceño fruncido.

-Bueno, os dejo un rato solos para que charleis mientras busco a tu madre, y un poco de comida. Malcom no le canses demasiado con la historia de nuestro idilio, le dijo sonriendo y lanzándole un beso al aire mientras salía de la estancia.

- Mujeres, masculló Malcom acercándose a la cama para hablar un rato con Horag.

Laura se dirigía a la cocina para buscar un poco de comida cuando al atravesar el gran salón vió a uno de los guerreros Feroe mirándola fíjamente. Era Tokeller, no sabía porqué pero no le gustaba como la miraba, a veces como si le gustase y otras como si la odiase.
El guerrero comenzó a acercarse pausadamente hacia ella. Era hermoso, aunque no tanto como su Malcom. " Su ", ya lo consideraba suyo.

- Encantadora señora Haffer, dijo al llegar a su lado cogiéndola de la mano.
Laura lo miró fíjamente, ¿Haffer?, ah si, el apellido de Malcom, había estado a punto de decirle que se equivocaba, menos mal que se mordió la lengua a tiempo.
- Sientese conmigo un momento. Debemos conversar para conocernos mejor, dijo mientras la arrastraba suavemente a la mesa.
Laura se dejó llevar mientras pensaba si sería costumbre de esa isla arrastrar para aquí y para allá a las mujeres sin pedirles permiso. Era una costumbre que no le gustaba nada.

- Disculpe señor Tokeller, pero hay varias cosas que debo hacer...
- Solo será un momento, como comprenderá nos quedamos muy sorprendidos al enterarnos de la boda de Malcom, no nos había llegado ninguna información al respecto. Le dijo mirándola fíjamente a los ojos.
-Ah!, ejem., bueno, tartamudeó Laura. ¿Información?¿Es que vigila usted a mi marido?¿Tienen espías?.

El hombre se quedó mirándola.

- No, por supuesto, son rumores que llegan, ya sabe los pescadores, el comercio... Pero hableme de ustedes.
- Pues... fue amor a primera vista, no pudimos resistirnos. Malcom es un hombre imponente. Se inclinó un poco hacia Tokeller acercando su cara a la de él.
- Malcom es un romántico, sabe, la primera vez que nos vimos ya decidió que nos casaríamos, así que habló con mis padres y de que me di cuenta estaba casada con el hombre más maravilloso, romántico y bondadoso del mundo, ay!!!, suspiró, lo amo con locura, dijo con un gesto melodramático, y él a mí por supuesto.

Tokeller la miraba fíjamente.

-Bien, hum. No tenía idea de que ese era su carácter, pensábamos que era un fiero guerrero.
- Oh! Por supuesto, y lo es, pero también cariñoso, generoso y leal. Lo siento por la que iba a ser su esposa, pero mi Malcom no me dejaría nunca. Además..., se acercó más al hombre,...guardo un pequeño secreto para dar una sorpresa a mi esposo, dijo dándose unos golpecitos el estómago. Es un secreto todavía señor. Y volvió a sentarse erguida.
- Espero su discreción.
- Por supuesto señora, dijo Tokeller frunciendo el ceño.

Laura se moría de risa por dentro. Ay!! los hombres no habían cambiado ni un ápice en cientos de años, se batían un poco las pestañas, y unas pocas insinuaciones y se lo creían todo.
Esperaba que Malcom no se enfadara por esa nueva mentirijilla, cada vez estaba más inspirada.

- Bueno señor, ahora tengo que irme. Mis deberes me aguardan. Nos vemos a la hora de la cena. Y salió contoneándose sin mirar atrás.
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- Y eso es lo que ha pasado Horag, nos conocimos gracias a ti, y ahora estamos felizmente casados. Esperaba que los dioses lo perdonaran por la sarta de mentiras que llevaba diciendo desde hacía un par de días. Siempre se tuvo por un hombre honorable, y se sentía mal por engañar al chico, y al resto de personas del castillo.
- Si tu estas feliz. Pero no tienes cara de feliz en este momento. Le dijo el niño mirándolo fijamente.
-Hummm..es que tengo hambre muchacho, dijo levantándose, voy a buscar algo de comer yo también. Descansa, vendré a verte antes de la cena, le dijo al salir de la estancia.

Bajaba los escalones cuando los vió, Laura y el guerrero llamado Tokeller hablando solos en el salón con las caras muy juntas. Se le estrujó el corazón. El guerrero era hermoso, no como él, era normal que Laura se sintiera atraída. Luego se enfureció, apretando los puños, le había prometido comportarse como una esposa amorosa delante de los guerreros, y lo que hacia ahora no era adecuado.
Iba a acercarse a ellos cuando vió a Laura levantarse y dirigirse a las cocinas. Iría tras ella.

-Laura espera, la llamó Malcom.
Ella se giró y lo esperó en el corredor que llevaba a la cocina.
-Oh! esposo! Y se lanzó a abrazarlo. Luego le susurró al oído - El guerrero Feroe nos está observando.
Malcom la rodeó con los brazos e inclinó la cabeza hacia ella. Iba a besarla, estaba enfadado, y la besaría porque él quería.
Laura le quitó los brazos del cuello y le dió un empujoncito, que apenas movió al guerrero unos milímetros.

-Ya se ha ido Malcom. Dijo empujándole más. Oh, tengo que contarte algo, espero que no te enfades, pero ese hombre no me gusta nada, y notaba que no creía en nuestra unión, así que...pues...le he dicho otra mentirijilla. Una pequeña...nada...

Malcom aflojó el abrazo, separándola un poco de sí para verle la cara bien. Estaba un poco sonrojada, y pestañeaba constantemente.

-Dime esposa, ¿que le has dicho al guerrero que te tiene tan nerviosa?, dijo suspirando.
- Bueno...ejem.yo....¡felicidades esposo, vamos a se padres!

En Mis Sueños (Historia Completa)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora