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Era Lunes por la mañana y Yoongi ya ansiaba que fuese fin de semana. Odiaba tener que despertarse tan temprano cinco días a la semana para tener que asistir a aquel odioso lugar que casi siempre comparaba con el infierno.

Camina peresosamente por las calles de Seúl dirigiéndose al hogar de su mejor amigo, como cada mañana hace para llegar juntos al instituto.

Las ojeras que decoran la parte inferior de los ojos de Yoongi son producto de una larga platica nocturna con el antes mencionado.

Siente que en cualquier momento su cuerpo impactará contra el suelo cayendo rendido ante los brazos de morfeo, todo por la estupida culpa de su mejor amigo.

Quizá no todo es culpa de Hoseok, pues Yoongi fácilmente pudo haber cortado la llamada e irse a dormir, pero en su lugar siguió charlando con él hasta altas horas de la madrugada. Ultimante ha querido pasar mas tiempo de lo usual con el menor, aunque claro Yoongi jamás admitiría esto en voz alta.

Por fin llega a su destino y toca la puerta bruscamente, sabe que los padres de Hoseok no se encuentran y por eso se atreve a hacer aquella acción con algo de enfado.

Se escuchan pasos apresurados bajando las escaleras y de un momento a otro un sonriente Hoseok se deja ver.

Yoongi lo fulmina con la mirada, parece ser que a su mejor amigo no le afectaron las horas faltantes de sueño y eso lo molesta aún más.

La sonrisa de Hoseok disminuye poco a poco, por la mirada del mayor sabe que este no esta de buen humor, y cree saber la razón.

—¡Buenos días Hyung! —exclama Hoseok recuperando aquella sonrisa que tanto lo caracteriza. Tal ves pueda contagiarle de su buen humor a su hyung.

Yoongi se retira de ahí ignorando completamente el saludo que le ha dado el menor y camina a paso rápido hacia el instituto.

Hoseok se apresura ha alcanzarlo y cuando se encuentra detrás de él, toma uno de los tirantes de la mochila de Yoongi deteniéndolo.

—Suéltame Hoseok —replica el mayor en un tono firme con su vista aún hacia el frente, sin siquiera voltear a ver a Hoseok.

—¿Estas enojado porque no te deje dormir anoche, cierto? —

El mayor suspira sonoramente, sabe que su enojo con el menor no dura demasiado tiempo.

Hoseok sonríe, el también lo sabe.

—Tendrás que comprarme un cafe para mantenerme despierto durante las clases ¿ok?

Hoseok se coloca a un lado del mayor poniendo su brazo izquierdo alrededor de los hombros de Yoongi.

—¡Te compraré los que quieras hyung!

🌻

Yoongi y Hoseok han estado mandándose recaditos durante la clase de matemáticas cuando ambos comparten el mismo pupitre, ellos piensan que eso es lo que lo hace divertido.

"Apuesto a que no puedes contener la respiración más que yo."

Eso era lo que decía el último papelito que le había mandado Hoseok a Yoongi, y ahora ambos estaban en una absurda competencia sobre quién duraría mayor tiempo sin respirar.

Hoseok estuvo a punto de reírse por las caras que formaba el mayor, le parecía gracioso y al mismo tiempo adorable la manera en que sus ojos se abrían como platos y sus mejillas se inflaban.

Yoongi no pudo contenerse más y suspiró declarándose como el perdedor de el juego.

Hoseok exhaló y alzó sus brazos de forma victoriosa.

—¡Te gané! !—exclamó el menor con entusiasmo, sin darse cuenta que había captado la atención de varios en el aula, entre ellos el profesor.

—Jung Hoseok y Min Yoongi fuera de mi clase —demandó el profesor apuntando la puerta de salida esperando a que ambos jóvenes se retiraran.

Y así lo hicieron, intentando contener las inmensas ganas de carcajearse frente al profesor salieron del aula, no era la primera vez que sucedía aquello, a este paso deberían de tener alrededor de seis o más reportes pero para ellos no era realmente importante puesto que era su ultimo año en el instituto.

Subieron a la azotea cuidando de que ninguna autoridad los descubriera. Al llegar ahí se sentaron en el suelo colocándose uno frente al otro.

Hoseok sacó de su desgastada mochila su almuerzo, que consistía en dos sandwiches y dos jugos de naranja, un sandwich y un jugo para cada uno.

El menor había tomado la costumbre de alimentar a Yoongi desde que se enteró de la perdida de peso de el mayor en los últimos meses, no quería que su persona favorita en el mundo enfermara.

Ambos chicos comieron en un cómodo silencio, hasta que el sonido de el timbre que indicaba el inicio del receso rompió aquella aura pacifíca.

De un momento a otro el mayor se puso de pie sacudiendo su pantalón y comenzó a caminar en dirección a la salida.

El menor frunció el ceño algo confudido e imitó la acción de Yoongi.

—¿A dónde vas?

Yoongi tomó la perilla de la puerta y antes de abrirla su vista se fijó en Hoseok.

—Necesito ver a Jimin.

Dicho eso salió de ahí, dejando a un Hoseok aún mas confundido por las palabras de su mejor amigo.

¿Desde cuando Yoongi prefería pasar el receso con Jimin y no con él?

Muy en el fondo, a Hoseok le afectó y no supo la razón de ello.

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Gracias por leer, una disculpa por las faltas de ortografía.

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Jealousy; YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora