Twins 2 » Luke Hemmings [cancelada; con final]

Extra: Año Nuevo

Daelyn POV:

—¿Sabes? Soy como el aire; estoy ahí, pero nadie nota su presencia. Es bastante deprimente, si lo miras de esa forma. —El alcohol recorrió mi garganta una vez más, provocando que una agradable ola de calor invadiera mi pecho.

Nunca esperé celebrar Año Nuevo así. Borracha, sentada en una roca a metros del mar con el hermano gemelo de mi exnovio.

—En realidad yo te veo más como el oxígeno; sí, sabes que está ahí y no le agradeces todo lo que deberías... Ya sabes, parece estúpido, pero es lo que te mantiene vivo. —Hasta ahora mis ojos se habían mantenido fijos en el agua. Sabía que si miraba directamente a James su azul me cautivaría todavía más—. Lo que es deprimente es que haya gente que no sé de cuenta de lo mucho que vales, Daelyn.

Jadeé. No había esperado aquellas palabras; no las merecía y, viniendo de él, las hacían todavía más especiales.

Volví a dar un trago de la botella, terminándome la cerveza.

—¿Piensas eso? ¿De verdad? ¿No crees que sea un fracaso? ¿Una cobarde? ¿Egoísta? —Dejé el botellín de cerveza a mi lado derecho, justo en medio de ambos—. A veces me levanto con ganas de no haberlo hecho; otras me levanto con ganas de comerme el mundo, pero es el mundo el que al final me come a mí. Si no tuviera a Joy o a mis amigas en mi vida me habría derrumbado. —Volví a girar mi rostro, contemplando de nuevo la marea—. ¿Qué dirías si, en el hipotético caso de que ocurriera, te dijese que pienso en tirarme desde aquí al agua? —James suspiró, pero no habló—. ¿Nada? Bien, lo suponía.

Me intenté incorporar pero una mano sujetó con fuerza mi brazo, deteniéndome.

—Tienes razón. —La intensidad con la cual el rubio me observaba comenzaba a ponerme nerviosa—. No te diría nada, porque en el hipotético caso de que te quisieras lanzar te agarraría del brazo, te volvería a sentar a mi lado y te besaría.

Quise decir muchas cosas en aquel momento, pero lo único que pude hacer fue mirar hacia el suelo, mordiéndome el labio. El sabor de la cerveza seguía impregnando mi paladar y, por un momento, deseé haber bebido algo diferente. Quizás, de esa forma, mi cabeza no estaría tan confundida ahora.

—Voy a lanzarme, James. —Una lágrima se deslizó por mi mejilla izquierda—. No me dejes caer, por favor.

Me intenté poner de pie, pero mis torpes movimientos no hicieron nada para ayudarme. James solo tuvo que estirar de mi brazo para devolverme al lugar donde estaba antes. Con la mano que le quedaba libre me empujó con suavidad, hasta que mi espalda estuvo en contacto con la roca.

—Voy a besarte, Daelyn. No me dejes parar, por favor.

Ni siquiera las estrellas brillaban con la misma intensidad con la cual lo hacían sus ojos. Por un instante, su roce fue como tocar el fuego y, su voz, un paraíso que no quería abandonar jamás. Me estremecí debajo de su cuerpo, sintiendo el agradable cosquilleo de sus dedos jugando con mi pelo; de sus labios susurrándome entre beso y beso. Y me conmoví al sentir esas estúpidas mariposas en mi estómago, revoloteando como si fuera de nuevo una adolescente de diecisiete años.