[2]

6.7K 575 49
                                    

Emma caminaba por el bosque mirando a su alrededor con la curiosidad brillando en sus ojos, el silencio en este podía ser aterrador para cualquier adulto pero eso sólo lograba que Emma sintiera más curiosidad por encontrar al dueño de dicho aullido que había escuchado. Detuvo sus pasos al ver que había llegado a un pequeño pero hermoso prado que era iluminado por la hermosa luna llena; en medio de aquel prado divisó a un animal quien se encontraba sobre una roca siendo iluminado por la luna llena

—¿Un perrito? —la niña miró algo sorprendida a aquel animal que alzó las orejas al escuchar eso volteando a verla. Apenas sus ojos conectaron con los del animal la humana no pudo evitar tensarse al sentir el peligro que emanaba el lobo

El animal bajó con facilidad de la roca comenzando a acercarse a la humana mirándola de punta a punta notando que la niña se encontraba vestida con una pijama para el invierno además de que esta se encontraba sin zapatos. Soltó un gruñido causándole un sobresalto a Emma que se encogió en su lugar cuando el lobo estuvo lo suficientemente cerca de ella dejando a relucir perfectamente que el animal era más alto que ella

—Perrito lindo —dijo Emma sonriendo con tímidez extendiendo con algo de miedo su mano hacia el lobo quien se encontraba mirándola con atención aunque dejó que la humana lo tocase tanto como quería sorprendiéndose él mismo al encontrarse disfrutando de aquellas caricias

Emma sonrió al ver como el lobo se sentaba en la nieve disfrutando de sus caricias, hasta parecía que este estaba ronroneando por los mimos recibidos. La niña no dudó en sentarse a su lado abrazándolo esta vez sorprendida por lo suave que era su pelaje y por lo dócil que era el animal se mantuvieron así por un rato hasta que la pequeña bostezo acurrucandose más por el lobo que la miró con curiosidad

—Tengo sueño perrito...Buenas noches —dijo Emma regalándole una sonrisa al lobo antes de caer dormida acurrucada por el suave pelaje de este disfrutando de la calidez que su cuerpo emanaba 

Los segundos pasaban y una vez que la humana estuvo completamente dormida el lobo dejó ver su verdadera forma convirtiéndose en un chico peligris que miró con sorpresa a la humana que se mantenía recostada por él sólo que esta vez estaba por su duro pecho

—¿Por qué no huiste en cuanto me acerqué? —susurró más para si mismo mirando a la niña que dormía profundamente estando completamente inconsciente de la verdadera naturaleza de aquel "perrito" que permanecía pensativo mirando el cielo nocturno, más específicos a la luna llena. Estaba completamente confundido pues normalmente cualquier humano habría huido, ni si quiera hubiera entrado a aquel bosque pero aquella niña lo había hecho y le había acariciado como si hubiera sido cualquier perro —Eres rara... —susurró posando su vista nuevamente en la niña sintiendo una extraña calidez en su pecho al verla dormir tan cómoda junto a él

~Al día siguiente ~
Emma se encontraba dormida en su habitación cubierta por las sábanas con las que su abuelita la había arropado antes de dejarla sola en la habitación, estaba lo suficientemente cómoda como para seguir durmiendo por un rato más pero el sonido de la puerta siendo abierta con brusquedad la sobresaltó causando que su sueño se viera interrumpido

—¡EMMA! —gritó una niña lanzándose sobre la nombrada que apenas si había podido sentarse en la cama antes de caer nuevamente acostada sobre esta con la otra nila encima suyo

—¡Rebe! ¡Quítate que pesas mucho! —se quejó Emma haciendo un tierno puchero tratando de empujar a su amiga para que se saliese de encima pero simplemente no podía y la otra parecía bastante cómoda lo que la terminó por hacer bufar. Miró hacia la entrada de su habitación notando la presencia de su otra amiga y también prima de Rebeca, Ruth

—Duermes mucho así que vinimos a despertarte además de que acabamos de llegar —dijo Rebe sonriendo ampliamente levantándose de encima de Emma ayudándola a levantarse mientras que la otra menor se acercaba a ambas

Emma miró mal a sy amiga por haber interrumpido su sueño pero entonces el recuerdo de un hermoso lobo de pelaje plateado llegó a su mente, miró a su alrededor notando que se encontraba en su habitación lo que la extrañó bastante pues lo último que recordaba es que se había dormido abrazando al animal disfrutando de lo suave y cálido que era su pelaje, ni si quiera recordaba como había terminado en su habitación

—¿Que ocurre Emma? —preguntó Ruth ladeando la cabeza mirando a su amiga quien miraba a su alrededor viéndose bastante confundida, la nombrada no tardó en formar un puchero refunfuñando algo entre dientes que no logró entender en un principio

—¡El perrito es malo! —dijo Emma cruzándose de brazos pero antes de poder decir algo más el grito de su abuela llamándolas hizo que borrara su puchero mirando a sus amigas sonriendo ahora más animada y despierta —Vamos a comer —dijo tomando de las muñecas a ambas niñas bajando corriendo las escaleras hasta el comedor donde se encontraba su abuela colocando un tazón de galletas recién hechas sobre la mesa también habían varias tazas con chocolate lo que emocionó bastante a las tres niñas que no dudaron en ocupar con rapidez sus respectivos lugares en la mesa

—¿Qué tal dormiste Emma? —la anciana miró a su nieta con una cálida sonrisa mientras esta bebía de su chocolatada

La menor dejó su taza sobre su lugar luciendo pensativa por unos segundos pues no sabía si aquella experiencia en el bosque había sido un sueño pero tampoco habían pruebas de que aquello había sido real así que con una sonrisa miró a su abuela

—Bastante bien, soñé que estaba en el bosque y me encontraba con un lobo de pelaje plateado, era hermoso y cálido ¡me dejó acariciarle! —dijo lo último bastante emocionada mirando a su abuela quien soltó una suave risita

—¿Un Lobo? ¡Eso es increíble, a mi me encantan los lobos pero hace mucho que no sueño con ellos! —Rebeca suspiró mientras tomaba una de las galletas —Aunque sería mejor conocer a uno en persona... —murmuró aquello más bajo recibiendo un pequeñp abrazo por parte de su prima

Mi Pequeña HumanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora