129. Amaría Hacerlo |Shawn Mendes|

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—Tienes un cliente —Maureen me dijo asomándose por mi puerta.

La miré por el espejo mientras me cepillaba el cabello.

—Ahora voy —me sonrió de lado y se fue.

Me miré en el espejo y no me reconocía; labios rojos como la sangre, demasiado maquillaje, una pequeña bata y debajo lencería, cabello despeinado y alborotado.

Cerré mis ojos y traté de recordar que esta no soy yo; es una pequeña pantalla.

Me levanté de la silla y suspiré antes de salir de la pequeña habitación que mi jefe llamaba "camerino".

Escuchaba la música a lo lejos, hasta que caminé los pasillos que quedaban para entrar a lo que sería el club y la música inundó mis oídos a tope.

Las camareras se paseaban de un lado al otro en lencería. Vi en el escenario a más chicas bailando e insinuándose a los hombres que las miraban bailar.

Caminé mirando a todos lados, mientras sentía la mirada de algunos hombres que estaban siendo atendidos por mis compañeras.

—Oye, cariño, ese galán pidió tus servicios —una de las camareras qué pasó a mi lado me comentó mientras señalaba a un chico en la barra.

Al ver quién me mostró, cerré mis ojos con fuerza.

No lo puedo creer.

Caminé hasta él y le toqué el hombro.

Se volteó y me miró de pies a cabeza.

—Hola... —dijo apenas con una sonrisa.

¿Por qué tiene que ser tan amable siempre?

—Ven, vamos a un lugar privado —lo tomé del brazo y lo llevé al área VIP, dónde había cubículos separados.

Al entrar, lo empuje dentro, cerré con llave y volteé a verlo.

—¿Por qué me miras así? —me dice fingiendo que nada sucedía.

—Shawn, ¿qué diablos haces aquí? Ya te lo he dicho, yo... —me interrumpió.

—No quieres que venga a verte, ya lo sé —dijo palabra por palabra.—No puedo no verte, ¿acaso no lo entiendes?

—Alguien va a descubrirte, Shawn, tu carrera se va a ir por el drenaje cuando sepan que vienes los fines de semana a un club de strippers... ¡Mi jefe ya te conoce, y cree que enserio eres un cliente! En algún momento comenzará a preguntar... —él se aproximó a mí y me tomó de la cintura.

—Es que, ¿acaso no entiendes que es una tortura para mi saber que hay otros hombres deseándote?

—Es mi trabajo —tragué en seco al decirlo.—Tengo que hacerlo, aunque no me guste.

—"La paga es buena", "tengo que hacerlo", "no es bueno que estés aquí"... No dirías nada de eso si vinieras conmigo y nos escapamos.

Negué con la cabeza.

—No puedo... Lo sabes, por favor ya no me hagas esto... —me obligó a mirarlo.

—Yo no te hago nada, tu te lo estás haciendo sola. Quiero que vengas conmigo, que tengamos una vida juntos y olvides todo lo horrible que te ha sucedido.

Mordí mi labio mirándolo a los ojos.

¿Por qué diablos es tan hermoso? ¿Por qué tiene que ser tan bueno con una zorra cómo yo?

—La gente va a saber de mi pasado, va a ser peor para ti que para mi —le dije y acarició mi mejilla.

—No me importa —negó.—Quiero que estés bien, que seas feliz...

Imaginas | Magcon BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora