Imaginas | Magcon Boys

105. Te Odio |Hayes Grier| (Parte 2)

—Mi hermano te mira demasiado a veces —Sky me dice concentrada en su dibujo.

Nos estaba haciendo a nosotras dos tomadas de la mano y a su lado un caballito.

—¿Qué? —fruncí el seño.—Sky, ¿de dónde sacas eso?

—Es lo que yo veo. A veces dice tu nombre mientras duerme.

No pude evitar sonreír.

—Tal vez es tu imaginación —le digo ayudándola a pintar el cielo.

—¿A ti te gusta Hayes? —me pregunta mirándome atenta.

—Sky, claro que no —le mentí.

—Porque tu lo miras como él te mira a ti.

—¿Le has dicho que yo lo miro, Skylynn? —pregunto alarmada abriendo mis ojos de par en par.

Ella soltó una risita.

—Tal vez —me responde en voz bajita.

—¡Sky! —le reprocho.

¡Que vergüenza! Hayes debió morir de risa cuando ella le dijo aquella cosa, quiero que la tierra me trague.

—Pero él se ha puesto feliz cuando le dije eso —sonreí.

—¿Lo dices en serio? —ella asintió.

—Por supuesto —me sonríe mostrando sus espacios entre diente y diente caídos.

Reí al ver aquello.

—Eres una ternura, no puedo enfadarme contigo —la atraigo a mí y la abrazo.

—Eres una buena niñera, ¿sabes? —la miré desde arriba.—Algunas de las otras siempre me obligaban a hacer los deberes y no me dejaban jugar nunca. Tu eres la mejor —reí.—Ojalá me cuides siempre.

—Voy a tratar, Sky, lo prometo.

[•••]

—¿Ella es la novia de Hayes? —Nash le pregunta a Sky, quién estaba en sus brazos.

Se cubrió la boca riendo y asintió.

—¡No soy su novia, Sky! —niego indignada.

Nash se ríe.

—Sé lo que hay entre tu y Hayes —me dice subiendo y bajando sus cejas.

—No hay nada entre nosotros. Nos estamos conociendo apenas —me encogí de hombro.

—Hablo de los sueños —fruncí el seño sin saber porqué el conocía aquella información.—No ha dejado de mencionarme cómo cree que el encontrarte es una señal —sonreí de lado.

—Yo también lo veo como una señal, pero no hay que apresurar las cosas. Tal vez debemos ser amigos.

—O tal vez no —Nash niega.—Sé que te gusta el enano, lo noto por cómo hablas de distinta manera cuando se trata de él... Y a él también le gustas. Mucho. Pero no sabe que decirte.

—Yo tampoco sé que decirle. Ni siquiera sé cómo actuar frente a él —le digo algo nerviosa.

—Le gustaste sin que te conozca, puedes ser cualquier cosa porque él va a seguir queriéndote de cualquier manera.

Me quede en silencio pensando lo que acababa de decir.

—¿Cómo es posible que te guste alguien que no conoces? —pregunto.—No sabes nada de esa persona y de repente, boom, te gusta.

—Es algo más complicado que eso, pero poco a poco ustedes entenderán...

Nos quedamos en silencio al ver como llegaba Hayes de la mano de Sky, quién sonreía.