87. Nuestro Hogar |Cameron Dallas| (Parte 2)

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Caminé hacia la entrada, viendo los autos de juguete de Daniel y una pelota de football.

Golpeé, y en cuanto ella abrió la puerta y la vi, le tomé el rostro con las manos.

-Por Dios, ¿qué te pasó? -pregunté preocupado.

Ella me miró y desvió la vista. Tenía su pómulo morado, y en el cuello una marca.

-Nada, me golpee con una puerta ayer -entré mientras me decía eso.

Supe que mentía. Era muy claro, eso no había pasado con una puerta.

Busqué a Daniel con la mirada, y lo vi saliendo del cuarto.

-¡Papá! -exclamó contento y vino corriendo a mí.

Daniel llevaba bastante bien este tema de que yo sea su padre. Hemos estado mucho tiempo juntos, y estos últimos meses salimos los tres a casi todos lados.

La miré, y ella nos miraba sonriendo, mientras nosotros nos abazabamos. Daniel era muy cariñoso, cómo ella me dijo. Se aferraba a la esperanza de todo lo que tu le dirías que ibas a hacer, y es algo que siempre me gustó de las personas.

En poco tiempo aprendí a cómo ser un papá presente, no sé si bueno, pero sí presente.

-Mami, ¿puedo ir a jugar afuera? -preguntó Daniel y ella miró por la ventana para ver cómo estaba el día.

Torció el gesto.

-Está bien, pero te abrigas bien... -trate una campera de abrigo y se la pone a Daniel.-Y ten cuidado, si, ve al patio de atrás -le señala ella, le besa la cabeza y él se va.

Me reí y ella me miró enarcando una ceja.

-¿Qué es gracioso, Dallas? -pregunta cruzada de brazos.

-Que eres muy pesada -me río y ella finge molestia.

-¿¡Yo?! Estoy cuidando que mo hijo no se resfríe, Cameron, es lo más importante -se encoge de hombros.

-Lo sé, pero podrías darle algo más de libertad al niño.

-Tiene 4 años, Cameron -ríe ahora ella.

-Buen dato -me rasco la nuca, aproximándome a ella.-Dime que te pasó en la mejilla... -iba a hablar, pero antes de que lo haga continué.-Que te pasó en verdad.

Suspiró y tragó en seco. Sus ojos se llenaron de lágrimas, y me miró a los ojos.

-¿Te puedo abrazar...? -me susurró y yo extrañado por su actitud asentí.

No entendía que le estaba pasando. Comenzó a llorar, y la abrace más fuerte aún.

-¿Qué sucedió? -le susurro en el oido.

Ella siguió llorando hasta que pudo hablar.

-Scott... -sólo dijo, y yo me separé de inmediato para mirarla a los ojos.-Scott ayer se enfadó porque hemos estado pasando tiempo juntos y no estoy casi nunca con él... Se enfadó y... -comenzó y sollozó.-Él no es malo, Cameron, es sólo que...

-¿¡"No es malo"?! ¡Te golpeó, preciosa! -exclamé exasperado.-¿Como alguien estúpido puede golpearte a ti, una persona tan hermosa? -enfurecí.

Comencé a caminar por toda la casa con los puños cerrados, deseando que ese idiota llegue en cualquier momento para golpearlo.

Vino a mi lado y me tomó los puños. Frené, comenzando a respirar agitado, y ella me miro a los ojos, mientras desarmaba mis puños y cuando tuve mis manos abiertas, las tomó.

Imaginas | Magcon BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora