Capítulo 50

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Era 25 de Agosto. Seguía viviendo cada día al límite junto a mi novio Louis. Cada vez era más habitual el llegar tarde a casa por despistes de los dos, pero a mis padres sabían que estaba con él y no se solían preocupar.

Solíamos quedar con los chicos. Quedaron alucinando cuando me vieron el pelo corto. Sobre todo las chicas. Decían que era precioso mi pelo, no entendían por qué lo corté. Yo no lo veía para tanto, ya volvería a crecer, solo es pelo.

Lo pasé muy bien, me divertía muchísimo ahora. Era todo perfecto. Ahora mismo estaba con Louis en mi habitación, porque era el mítico domingo sin hacer nada. Así que saltó la ventana.

Estaba echado en la cama, y yo a su lado con la cabeza apoyada en su torso.

-Pues ya son las seis y no hicimos nada en todo el día -dije.

-Odio no hacer nada. Siento que pierdo tiempo en nada.

-Tampoco es para tanto, solo es un día.

-Pero un día de verano perdido.

-Bueno...

-Por cierto Irene-dijo él- ¿Cuándo tendrás que volver a Londres?

¡Mierda! Es verdad, era 25 de Agosto. En Septiembre, normalmente solemos marcharnos ya del pueblo a casa. Cosa que otros años no me importaba, ¿pero este? ¿Qué haría? No iba a dejar aquí a Louis, pero tampoco me podía quedar. ¡Ag! Siempre tiene que haber algo que jode todo ¿o qué?

-No se -contesté.

-Bueno... No le demos muchas vueltas.

Me dio un beso en la frente.

-Pero, sé que en poco mi madre sacará el tema.

-Da igual, déjalo, no sé ni para qué pregunto.

Me incorporé un poco para mirarle.

-Es que, lo más seguro es que marchemos a principios de Septiembre.

Él bajó su cabeza. Seguramente, él tampoco sabía qué hacer.

-Pues hay que vivir estos días, y no pasarlos en casa. Son los últimos días ¿no?

Espera ¿Louis? ¿Estabas tirando la toalla? ¿Quieres que me vaya? Pensé.

-Pero, ¿Qué haremos?

-No se... -contestó mirándome a los ojos.

-No quiero separarme de ti -dije mientras me abracé a él. Louis me dio un beso en el pelo.

-Ya se nos ocurrirá algo. Pero eso lo pensaremos luego.

Suspiré. No quería hablarlo como él decía en el último momento. Porque ¿y si no nos daba tiempo a pensar algo? ¿Nos quedábamos sin nada? Si ahora me separaran de él me moriría. No, no iba a pasar.

Pasó la tarde, él y yo reíamos, pero no como antes. Ahora estaba preocupada por lo que pasaría en pocos días.

Continuará...

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