-Gracias Jazzy.
-De nada mi vida.
-¡JAZZY! -dijo mi madre caminando hacia ella- Hace cuanto no te veo- pues un año mamá, pensé.
-Sí, espero que hubieseis tenido buen viaje. Por cierto Irene, este año ha venido mi sobrino. Podrías conocerlo, tiene amigos por aquí.
-Eso hija. Así haces amigos y te diviertas más este verano.
-No, no hace falta -no quería hacer amigos, quería irme de allí ¿tan difícil es de entender?
-Que si mujer, mira, que lo aviso -dijo Jazzy convencida- ¡Louiiiiiis! -dijo gritando. Poco después apareció un muchacho. Era alto, su pelo era castaño y muy alborotado. Sus ojos eran muy claros, azules. La verdad, no era feo, pero no. Quería irme de ese pueblo.
-¿Qué quieres Jazzy? -dijo una vez alcanzó nuestra posición.
-Mira Louis, esta es Irene. Es nuestra vecina y estará aquí todo -no te lo creas tanto Jazzy- el verano.
-Encantado -dijo estrechándome la mano, yo lo hice con desgana.
-Igualmente -¿nadie entendía que me quería ir cuanto antes de allí?
-¿Louis tu no ibas a salir hoy con tus amigos y amigas? -dijo Jazzy.
-Sí. ¿Por qué?
-Lleva a Irene, así no se aburre.
-No, no hace falta -dije yo.
-Claro que si hace falta hija. Si a Louis no le molesta.
-Por supuesto que no molesta, cuantos más mejor.
-Pues dicho está, vas con él -dijo mi madre.
-Pero mamá....
-O vas, o te quedas toda la tarde limpiando la casa. Que está sin tocar desde el año pasado -ahí cambié automáticamente de opinión. Y di un paso colocándome al lado de Louis.
-¿Dónde están esos amigos tuyos? -pregunté. Todos soltaron una carcajada por mi rápido cambio de opinión. Yo me mantuve seria.