Capitulo 50

471 25 0
                                    


Dul: A ver creo que no estoy entendiendo nada.

Chris: Vámonos Dulce –jalándola hacia la puerta-.

Dul: No espera, necesito saber que pasa aquí, que es lo que quieres? –Mirando a Madeleine-.

Madeleine: -sonriendo- Solo decirte una cosita.

Dul: No puede ser luego y en privado? –mirando a su alrededor-.

Madeleine: Ay no, así toda la gente que te quiere se entera de mi sorpresa de cumpleaños que tengo para ti.

Dul: -mirando a Chris quien estaba demasiado nervioso- Dime ya que quieres.

Madeleine: Bueno como verás me e tomado el tiempo de decírtelo personalmente y se que en el fondo te agradará la sorpresa.

Chris: -colocándose frente a Dul y gritando- Madeleine ya basta! Ya basta! Dulce María nos vamos inmediatamente de aquí –agarrándole fuertemente el brazo sin que ella tenga tiempo de pestañar-.

Dul: Christopher mi madre quiere decirme algo y creo que...

Madeleine: -interrumpiéndola- Ya no hace falta que me llames así.

Dul: -mirándola- Que? No entiendo.

Madeleine: Que ya no hace falta –bajando un escalón- Que me digas así, que me nombres con ese apodo que tanto te cuesta decir y que no nos gusta en lo absoluto a ninguna de las dos, "MADRE".

Dul: -entendiendo cada vez menos- Pero... -riendo nerviosamente- No logro entender.

Madeleine: -perdiendo la paciencia- Dulce María ya no hace falta que sigas llamándome así, es más nunca deberías haberlo hecho porque yo –mirándola fijamente- Yo no soy tu madre.

Todos los allí presentes comenzaron a murmurar sorprendidos mientras Dulce quedó petrificada en su lugar sin poder pronunciar ni siquiera una palabra.

Madeleine: No vas a decir nada?

Dul: Yo... -tragando dificultosamente- Pero como –pasándose las manos por los ojos como si se tratara de alguna broma pesada o un mal sueño-.

Madeleine: Créelo Dulce tu no eres mi hija, ni mi hija ni la hija de Fernando.

Y ahí fue cuando la realidad pareció sacudirla, había oído que no era hija de Madeleine, pero de su padre? De Fernando? Inconscientemente los ojos se le comenzaron a nublar a causa de las lágrimas acumuladas que trataba de no derramar frente a esa cantidad de personas que realmente estaban algo confundidas e intrigadas.

Dul: Como puede ser? –Pestañando para lograr que sus lágrimas no escapen de sus ojos-.

Madeleine: -sonriendo- Bueno ya dicho esto me retiro a descansar un poco, sabes? Ha sido un día agotador –riendo mientras subía las escaleras-.

Y ahí fue cuando sintió el vació de las manos de Christopher en su cintura. Giró para ver donde se encontraba y lo vio caminando como una furia hacia donde su madre, ja Madeleine, había subido las escaleras.

Sin pensarlo y mirando a su alrededor donde toda las personas la miraba algo tristes y con lástima, salió empujando a quien se cruzara en su camino hacia el inmenso jardín de aquella casa.

El novio de mi madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora