Capitulo 21

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A la mañana sguiente...

Cielo: Vamos Dul abre la puerta.

Dul: Déjame sola Cielo, quiero dormir.

Cielo: Pero...

Dul: -gritando- Ya! Quiero dormir, vete.

Cielo: Está bien –yéndose algo triste-.

Dul comenzó a llorar nuevamente. Jamás le había gritado así a Cielo, realmente se sentía una basura.

Rápidamente su celular comenzó a sonar, sabía que era Annie pero al ver el número se extraño ya que no lo tenía agendado.

Dul: -sentándose en la cama y cogiéndolo- Hola?

...: Dulce?

Dul: Si soy yo, quien habla?

...: Hola –sonriendo- Soy Alejandro, no se si recuerdas el chavo de ayer del antro.

Dul: -cerrando los ojos fuertemente- Si, si recuerdo. Como conseguiste mi celular?

Ale: Me tomé el atrevimiento de anotarlo ayer para ver como te encontrabas hoy, espero que no te moleste.

Dul: No, no te preocupes.

Ale: Y bien, como te encuentras?

Dul: Con un dolor de cabeza insoportable, pero dentro de lo que cabe bien.

Ale: En verdad me alegro, mira yo quería hablar sobre lo que pasó ayer.

Dul: -suspirando- Alejandro yo estaba mal. En verdad me avergüenzo de lo que pasó. Yo se que estaba conciente de lo que hacía pero el orgullo, el despecho y el estar un poco tomada no me ayudó en lo más mínimo. Yo si hubiese estado sobria jamás lo hubiese hecho, en verdad perdóname.

Ale: No te preocupes y perdóname tu a mi, pero podemos ser amigos no?

Dul: -extrañada- Ehhh... si claro que si.

Ale: Bueno me tengo que ir, espero que sigas bien. Un beso.

Dul: Adiós, cuídate –colgando- Que extraño -suspirando mientras unas lágrimas rodaban por su rostro- Maldito, fue todo una mentira y yo caí como estúpida, te odio Christopher, te odio!!

Por su parte Chris estaba igual que ella. Se odiaba a si mismo por haber dicho todas aquellas mentiras, pero quizá era lo mejor. Ahora se concentraría plenamente en su trabajo y así terminar lo antes posible aquél caso e irse de aquella casa sacando a Dulce María de su mente y sobretodo de su corazón.

Por otra parte la imagen de aquél hombre besando a Dul se le aparecía en la cabeza. Su corazón sabía que Dul no se había entregado a el pero también sabía y presentía que estuvo a punto de hacerlo. Juntó sus puños imaginándose a Dulce en otros brazos y golpeó salvajemente la mesita de luz haciendo que el velador se caiga y se rompa en mil pedazos.

La tarde transcurrió rápidamente. Ninguno de los dos quizo salir de la recámara. Cielo estaba preocupada por lo que decidió llamar a Anahí y a Poncho.

Annie: Cielo que sucedió?

Cielo: No lo se, ayer llegaron a altas horas de la madrugada a los gritos, no saben el susto que me hicieron pegar. Parecía que iban a matarse en cualquier momento. Y ahora ninguno de los dos ha querido salir de la recámara, ni siquiera para comer.

El novio de mi madreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora