Capítulo 29

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3 semanas después

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3 semanas después.

Mis niños, no saben lo emocionados que estamos Zack, Mayte, Dylan y yo por verlos destapar sus primeros regalos de Santa. Éste año será su primer navidad y realmente estoy ansiosa.
Tanto su tía Mayte cómo yo hemos decorado cada parte de la casa, dándole vida.
Hemos también planeado en estrenar la chimenea el veinticuatro y quemar bombones frente a ésta.
Lo único que me causa melancolía es pensar que a ustedes no les tocará vivir la experiencia cómo a mi y a Lucía, pues, cada navidad se reunía la familia y hacíamos ponche y postres y por supuesto, nunca faltaba el pavo relleno.
Las navidades en México eran excelentes, más cuándo se compartían en familia. Siempre hubo ese cálido ambiente familiar. Y por supuesto, las piñatas lo eran todo, aventarse por los dulces y que el niño con los ojos vendados siguiera intentando darle a la ya rota piñata y los padres regañandonos por esperar un poco más. Oh y también estaba la tía que a pesar de sus problemas en las rodillas, siempre se aventaba también por los dulces.
Y no olvido cómo en esas fechas todos parecíamos bolas coloridas pues, nuestros padres nos colocaban un sinfín de chamarras por el frío. A mi me encantaba estrenar mis cómodas botitas. ¡Y que no falte la tradición!
Lizzie, se que odias las nuevas botas que te compré pero, tienes que usarlas.
Mis niños, les prometo que intentaré hacer que cada Navidad valga la pena, intentaré revivir todas esas viejas costumbres con las que yo crecí. Y les prometo que no estarán más sólos pues, un angelito viene en camino.

— ¿¡Qué!? —el grito de Mayte hace que tire la pluma y deje de escribir.

— ¿Qué de qué? —pregunto cerrando el cuadernillo.

- ¿He leído bien? -pregunta con sorpresa. Suelto un suspiro y asiento- ¡Oh por dios! ¡Te atreviste a volver a embarazarte!

- ¡Shhh! Nadie tiene que saberlo aún, es una sorpresa que planeo decir en Navidad -mis mejillas se vuelven rojas.

No quería ni esperaba que pasara esto de nuevo tan rápido pero, al parecer mi cuerpo está en mi contra.

- ¡Oh por dios! Felicidades, ven levantate de ahí que quiero abrazarte -me pongo de pie y Mayte me envuelve en sus brazos.

- Gracias, y quiero que seas la madrina. Con los trillizos te has escapado pero ésta vez no.

- ¡Por supuesto que seré! -chilla- por cierto, las piñatas ya están listas las he guardado en el sótano, junto a los regalos -asiento.

- ¿Qué más hace falta?

- Las piñatas están listas, los bombones también, los dulces ni se diga. Creo que nada hace falta ya.

Mi mejor error.Where stories live. Discover now